A finales de junio finalizó el plazo para presentar la declaración de la renta. Aunque los contribuyentes contamos con un plazo de más de dos meses para hacer el trámite, siempre hay alguien que no lo hace a tiempo. Ya sea porque sin darse cuenta se le ha pasado el plazo o porque pensaba que no tenía que presentar la declaración del IRPF y luego ha descubierto que sí.
Si no has presentado tus impuestos no hace falta que entres en pánico. Estás a tiempo de solucionar la situación. Eso sí, como cada vez que cometes un error en temas relacionados con Hacienda, te va a salir un poco más caro de lo habitual, porque vas a tener que pagar una sanción por el retraso.
¿Qué hacer si no has presentado la declaración de la renta?

Si tenías obligación de presentar este impuesto y no lo hiciste en su momento, lo mejor es que te pongas en marcha cuanto antes para solucionar el problema. De hecho, es mucho mejor para tu bolsillo que seas tú mismo el que le comunique el error a Hacienda antes que esperar a que sea ella la que te reclame algo.
Ten por seguro que a la Agencia Tributaria no se le escapa ni una. Es una de las Administraciones Públicas mejor digitalizadas, y va a descubrir el fallo tarde o temprano. Lo bueno es que, si eres tú quien le avisa a ella de que no has cumplido con tu obligación, va a ser un poco más benevolente contigo y la sanción será menor.
Presentación de la declaración a devolver sin requerimiento

Cuando te das cuenta de que has cometido un error en algo relacionado con Hacienda siempre es mejor solucionarlo lo antes posible y sin esperar a que sea ella la que te reclame. Si tu declaración te sale a devolver y no la presentaste dentro del plazo dado para ello, puedes presentarla por tu cuenta aunque la Agencia Tributaria no te la haya reclamado.
Si ya te ha llegado el requerimiento de Hacienda, vas a tener que pagar una sanción de 200 euros. En caso de que presentes el impuesto antes de que la Administración te reclame nada, te puedes ahorrar el 50% de esa sanción. Así que te compensa presentarla lo antes posible, ahorrarás dinero.
Presentación de la declaración a pagar sin requerimiento

En caso de que tu declaración te salga a pagar, tu situación es un poco más complicada. Si la presentas voluntariamente sin haber recibido requerimiento previo de Hacienda no se te va a aplicar una sanción, pero se va a incrementar la cantidad que debes con un recargo. Lo que tienes que hacer es presentar tu declaración y luego será la Administración la que te diga lo que has de pagar de más como recargo.
Cuanto más tiempo dejes pasar sin presentar la declaración de la renta, más crecerá el recargo. Será de un 5% en los tres primeros meses después de acabar el plazo ordinario de presentación. Del 10% en el período del tercer al sexto mes. Si haces la presentación entre el mes seis y el 12, entonces el recargo sube al 15%. Pasado el mes 12, a partir de ese momento a la deuda se sumará no solo un recargo del 20% sino también los intereses de demora.
Presentación de la declaración de la renta a pagar con requerimiento

Si Hacienda detecta que no has presentado tu declaración, iniciará un procedimiento sancionador. De primeras vas a tener que pagar una multa de 200 euros. Además, si la declaración sale a pagar, se te impondrá una sanción que será entre el 50% y el 150% de la deuda (se valora en función del perjuicio económico que le hayas causado ala Administración y también teniendo en cuenta si hay reincidencia por tu parte).
En estos casos se puede aplicar una reducción del 30% si como contribuyente aceptas la sanción y no la recurres. Otra opción es la aplicación de una reducción del 25% si pagas la cantidad debida dentro del período voluntario de pago que te va a dar Hacienda en la notificación.
¿Qué hacer si no has presentado la declaración de la renta a tiempo?

Presentar la declaración de la renta fuera de plazo no es un proceso complicado. Ahora bien, al haber finalizado la campaña, ya no puedes disponer de las ayudas que normalmente la Agencia Tributaria pone a disposición de los ciudadanos durante la misma.
Lo mejor en estos casos es que te pongas en manos de un especialista en gestión tributaria. Él puede encargarse de elaborar tus impuestos e incluso de presentarlos. Contar con ayuda especializada hará que este trámite te salga un poco más caro, pero en la mayoría de los casos te ahorrará problemas y preocupaciones, así que merece la pena.