La historia de «Sueños de Libertad» sigue aumentando de intensidad con las revelaciones que pueden cambiar el destino de los personajes. El capítulo 294, que se emite hoy jueves 24 de abril, se adentra en los conflictos emocionales que se mueven entre sus protagonistas, mientras que también acerca a Damián a una verdad que puede hacer tambalear los cimientos de la familia De la Reina.
Con el vínculo frágil entre Julia y Begoña y de cerca la sombra de un posible crimen detrás de la muerte de Jesús, este episodio supone un antes y un después en la serie, así que pasemos a desgranar los 3 ejes principales que marcan ese antes y ese después en la telenovela.
LA VERDAD OCULTA TRAS LA MUERTE DE JESÚS

Damián ha dejado de ser un padre que se encuentra de luto a un investigador que es perseverante en Sueños de Libertad. Tras descubrir el chantaje ejercido por Jesús sobre Luz su convicción sobre que su hijo no se suicidó se ve fortalecida. «No fue un suicidio, fue algo más oscuro«; dice en una escena llena de rabia y determinación. La confrontación de Damián y Luz, en el dispensario, no solo es dolor sino voluntad por llevar toda la situación ante la justicia, caiga quien caiga.
Luz está, de su lado, al borde del abismo. Acusada por Damián requiere de la buena fe de Digna, que intenta ser mediadora forzando a que la doctora no acabe en prisión. «Si confiesas todo perderás más que la libertad» le dice Digna, sabedoras ambas de que la verdad puede arrasar con más de una vida. La intervención de Digna es tanto protección de Luz como contención de una investigación que puede destapar secretos aún más oscuros de los cuales no está claro que todos salgan ganadores.
Lo más perturbador de todo es que Damián ya no solo sospecha, sino que actúa. La reunión entre Digna y Damián al final del capítulo deja claro que no se detendrá hasta aclarar lo sucedido. «Alguien mató a mi hijo, y no descansaré hasta saber quién», manifiesta con una frialdad que anticipa una cacería sistemática. La pregunta ahora es: ¿Qué más sabe Digna y hasta dónde está dispuesta a proteger a Luz?
El pasado de Luz empieza a resquebrajarse. Entre documentos ocultos y conversaciones interrumpidas se insinúa que Jesús no era el único que conocía sus secretos. «Hay más personas envueltas y Damián está a punto de encontrarlas», podría ser el giro que lleve la serie a un lugar todavía más arriesgado. Por su parte, la doctora se siente atrapada entre la culpa y el instinto de supervivencia, dejando al espectador con la duda de si al final optar por confesar o por una mentira aún mayor.
La sombra del asesinato flota por la serie. Si Damián prueba que Jesús fue asesinado, las consecuencias pueden ser devastadoras. «No solo hay que vengar, sino hay que hacer justicia», reflexiona en voz baja, y muestra que su búsqueda va más allá del dolor personal.
UNA MANIPULACIÓN FAMILIAR

María ha sido capaz de lo que parecía imposible lograr en Sueños de Libertad: ganarse la confianza absoluta de Julia. La pequeña, vulnerable y necesitada de cariño, se deja atrapar muy rápidamente por su tía, que utiliza celadas afectivas para afianzar su poder, y afirma en un momento de falsa modestia: «Julia ya no me observa como su tía, sino como la que mejor la comprende»; lo que es obvio aunque su conducta no haya pasado desapercibida.
Begoña, apartada de Julia, siente cómo su figura de madre empieza a desvanecerse. En su desesperación busca el abrigo de Digna para compartirle su miedo, pero va a dar de bruces con la apatía de esta: «María está ocupando mi lugar y nadie hace nada», lamenta derrumbada, en una de las secuencias más desgarradoras del capítulo. Su interlocución con Andrés no va a mejorar las cosas, ya que él se las va a arreglar para acusarla de manipular a Julia para compensar sus carencias, mientras Raúl intenta hablando con él solucionar el altercado.
La lucha se extiende más allá del ámbito familiar y está en juego el corazón de Julia. Mientras María aleja a la niña de los valores de Begoña, la pequeña Julia empieza a experimentar cambios alarmantes en su comportamiento: «¿Hasta dónde será capaz de llegar para que Julia se convierta en su cómplice?», se pregunta el espectador anunciar un momento más oscuro en esa relación.
María no solo persigue el amor, sino que desea el poder. La manera de acercarse a Julia no es azarosa: la niña es la heredera de una fortuna y de un apellido. «Esa no será su tía, será su dueña», pronuncia Begoña entre lágrimas, previendo el auténtico juego de su cuñada. Cada regalo, cada palabra de María está diseñada para socavar la autoridad de Begoña y el resultado es una niña cada vez más perdida y distante.
La pasividad y la indiferencia de Andrés empeoran las cosas. Este hace caso omiso de lo que le cuenta Begoña y lleva al extremo la tensión en el seno del matrimonio: «Déjate de darle tantas vueltas y busquilla una solución. ¿Por qué no te dedicas a ser mejor madre en lugar de dar la culpa a los colegas?», le espeta, estableciéndose así un diálogo que muestra la incapacidad de Andrés para ver el peligro.
SECRETOS Y ALIANZAS EN SUEÑOS DE LIBERTAD

Marta y Pelayo: una conexión que suscita celos. Fina nota, con preocupación, hacia cómo Pelayo va tomando protagonismo en la vida de su amiga y, aunque Marta intente ponerse una excusa con una respuesta muy poco precisa: «algo huele mal en esta relación», susurra Fina para sí misma. ¿Es solo desconfianza o es que hay razones para recelar?
Gema y Joaquín: su adopción, un dilema no resuelto. El brote lanzado por Luz les da pie a una conversación incómoda. Joaquín no cierra del todo la puerta a la posibilidad, pero Gema se posiciona con la inseguridad del momento, argumentando: «¿Y si no es el momento nunca?». Ella saca a la luz sus temores más ocultos. Irene esconde los pensamientos inquietantes que tiene sobre la enfermedad de Fermín, añadiendo un nuevo secreto a una trama más sucia.
Luis, de vuelta, se da cuenta de un error importante en la fábrica. Es su rápida mejoría la que despierta su sentido de un error en la gestión de Don Pedro, que podría derivar en un cambio de rumbo de la empresa. La competencia no perdona, y este error nos costará el dinero de la caja», se atreve a advertir, evidenciando así que su lucidez sigue intacta pese a sus problemas de salud.
La relación entre Claudia y Manuela presenta otra incógnita. Cuando Claudia pregunta por Raúl y Manuela responde, la deja atónita. Se sugiere una colaboración entre ambas. ¿Está Manuela usando a Claudia para sus intereses propios? o ¿es una jugada para cuidar a otra persona?
La salud de Fermín puede ser la siguiente bomba. Irene cree que no es tan grave como dice, pero calla por miedo a las consecuencias: «Si Pedro se entera, ¿qué puede hacer con un socio enfermo?», comenta, mostrando la crudeza del mundo de los negocios que les rodea. Mientras tanto, Fermín parece consciente de que el tiempo se lo está acabando, mientras que su silencio dice lo mismo que unas miradas y viceversa.