A pesar de que el fichaje de Terelu Campos acaparó gran parte del protagonismo al inicio de Supervivientes 2025, Makoke, de 55 años, ha sabido ganarse un espacio propio en el concurso más extremo de la televisión. Para la colaboradora malagueña, esta participación representa el cumplimiento de un sueño que llevaba años persiguiendo, y aunque muchos no apostaban por ella como una figura central del reality, su paso por el programa ha servido para descubrir una faceta muy distinta a la que ha proyectado durante décadas en los medios.
El lado más desconocido de Makoke

Lejos de mostrar una actitud dominante o estratégica, Makoke se ha presentado como una mujer serena, calmada y reflexiva. Tal como explicaba la psicóloga Lara Ferreiro en un análisis para Lecturas, “Makoke no tiene una personalidad líder, no es una estratega… Ella es tranquila, pausada, no es protagonista. Su vida siempre gira en torno a otras personas”. Esta percepción ha cobrado más sentido que nunca tras su paso por el icónico puente de las emociones, un momento catártico que le permitió mostrarse ante el público desde la sinceridad más profunda.
Durante ese instante de máxima intimidad, Makoke hizo un repaso de su vida desde una infancia feliz en el seno de una gran familia hasta su mudanza a Madrid, donde inició su carrera como azafata de televisión. Fue entonces cuando su vida cambió radicalmente. Lejos de lamentarse por su exposición mediática, la malagueña reconoció que se siente agradecida por la fama, ya que le ha permitido vivir experiencias y acceder a oportunidades impensables en otro contexto. “Gracias a esto he conseguido muchas cosas. Solo me ha dado cosas bonitas”, afirmaba.
Sin embargo, también confesó haber vivido momentos muy oscuros ligados precisamente a esa popularidad. “Muchas veces se ha plasmado una imagen de mí que no tiene nada que ver conmigo. De una mujer fría, interesada, calculadora, seria… ¡No soy así!”, se desahogaba entre lágrimas, dejando ver el daño que le han causado ciertos juicios públicos. Reconoció haberse sentido vapuleada, pero también aseguró que su fortaleza le ha permitido salir adelante en los peores momentos. “Esa etapa de oscuridad iba enlazada con mi vida pública, cuando sentía que no tenía fuerzas para seguir. Pero he tenido suerte”, reflexionaba con honestidad.
Makoke se rompe en ‘Supervivientes’

Como no podía ser de otro modo, Makoke también se refirió a sus hijos, Javier Tudela y Anita Matamoros, quienes ocupan un lugar central en su vida. “Lo son todo para mí”, decía con la voz rota por la emoción. También confesó sentirse profundamente orgullosa del vínculo que existe entre ambos. “Están muy unidos, estoy tan orgullosa de ellos… Sé que he cometido errores, no siempre he podido ser la mejor madre porque han tenido que vivir episodios muy feos”, admitía, sin profundizar en detalles por respeto a sus hijos, pero dejando claro que el amor por ellos es incondicional.
Makoke no solo ha abierto su corazón en el programa, también ha vivido momentos duros a nivel físico. A pesar de su esfuerzo y compromiso en las pruebas, una reciente lesión en el brazo y la muñeca la ha obligado a abandonar momentáneamente el directo del programa por prescripción médica. Visiblemente afectada, compartía su malestar con Laura Madrueño durante la gala: “Me duele muchísimo. Lo tengo en carne viva, me pica mogollón. Llevo tres días sin bañarme… perdonadme, me da mucha rabia”. Su dolencia le impidió completar una de las pruebas de recompensa, y aunque el dolor afecta a su vida diaria en la playa, confía en recuperarse pronto con los cuidados adecuados.
A pesar de los obstáculos, Makoke se encuentra en un momento vital muy positivo. Después de su mediática separación de Kiko Matamoros, ha rehecho su vida junto a Gonzalo, un hombre completamente alejado del foco mediático, con quien planea casarse en septiembre. “Es un amor maduro y yo no esperaba vivirlo a mi edad. Pensaba que no existía, pero lo amo y va a ser mi marido”, decía con una mezcla de ilusión y seguridad, convencida de que ha encontrado a su compañero de vida.
Con una mezcla de emoción, madurez y verdad, Makoke ha demostrado que detrás de la imagen de colaboradora de televisión se esconde una mujer que ha vivido luces y sombras, que ha aprendido a reconstruirse y que, ante todo, busca la paz, el amor y la plenitud en esta etapa de su vida.