La apuesta de Netflix por el cine puede acabar con las salas

Indirectamente, Netflix ha perjudicado a toda la industria del ocio. Primero fueron las televisiones en abierto, ahora el cine. La nueva estrategia de la plataforma norteamericana trata por impulsar la producción cinematográfica. Un plan que ha empezado a llevar a cabo y que consolidará a lo largo de este año. Una estrategia que, como ha ocurrido anteriormente, pasará factura a las demás empresas del sector.

Netflix está echando un pulso al gigante Hollywood. Después de conquistar el mercado de las series da el salto al cine. El fin de los acuerdos con Disney, Relativity y Weinstein deja a la plataforma con poco contenido cinematográfico. Eso, posiblemente, es lo que ha llevado a la empresa a duplicar el número de producciones cinematográficas propias para este año. Según el informe ‘Netflix apuesta por las películas’, elaborado por los analistas de Bloomberg Geetha Ranganathan y Paul T Sweeney, la empresa prevé producir 80 películas este 2018. Eso es un 40% más que las 50 de 2017. Un proyecto para el que destinará 8.000 millones de euros, un 14% más que el año anterior.

Netflix producirá un 40% más de películas propias este año

Esa cifra y los planes de distribución de la empresa preocupan a las productoras tradicionales. Y es que Netflix supera en estrenos cinematográficos a empresas como Disney. Muestra de ello es que la primera produjo 50 largometrajes en un año mientras la segunda 25 en tres años.

Lo que está haciendo la plataforma digital es producir sus propias películas para lanzarlas directamente en su plataforma. Es lo que ha hecho con películas como Fe de etarras, o Bright (la más reciente).

Al contrario que se ha venido haciendo hasta ahora, las películas de Netflix no pasan por el cine. A simple vista no parece que esto pase factura a la industria. Sin embargo, la práctica augura un final negro para ellas. Si Disney sigue el mismo modelo que la que era hasta hace poco su compañera, podría agudizar el comportamiento bajista de las salas de cine. Y lo haría en un momento en el que el sector se resiente porque, según Statista, el número de salas de cines se redujo un 11% hasta las 3.492 salas desde 2009.

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Hombre viendo la cartelera de Netflix

Además, las películas están cada vez menos días en cartelera. Según el informe de Bloomberg, en 2017 se proyectaban durante poco más de 100 días, salvo casos excepcionales. Pues bien, eso es la mitad de tiempo que hace 20 años. Ese tiempo ahora se podrá reducir todavía más, acortando con ello los ingresos de las salas. Aunque no serán los únicos afectados.

Netflix y su ruptura con Disney

Hasta ahora, Netflix combinaba sus producciones propias con contenido de otras productoras. Sin embargo, el fin del acuerdo con Disney y otras productoras ha podido cambiar la estrategia de la compañía. A partir del año que viene, la plataforma digital dejará de tener acceso a todas esas películas, entre las que se incluyen la saga de La Guerra de las Galaxias. El motivo de este cambio es que Disney prevé lanzar su propia plataforma en la que distribuir contenido de producción propia.

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En 2012, Netflix y Disney firmaron un acuerdo por el que la primera tendría acceso a todas las producciones de la segunda por 300 millones de dólares al año. Pero ese acuerdo llega a su fin en diciembre de este año y no tiene posibilidades de renovación porque Disney tiene sus propios planes.

Netflix se adelanta a los cambios. Es más, él ocasiona dichos cambios. Primero ha sido en la forma de ver televisión a la carta. Ahora, podría modificar también el consumo de películas. Si lo hace y otras empresas siguen su camino, las salas de cine serán las más perjudicadas.