¿10.000 millones de euros anuales? El negocio del contrabando de tabaco en Europa

Jonathan Stearns para Bloomberg

Un plan de la Unión Europea para acabar con el contrabando de cigarrillos ha logrado que fabricantes como British American Tobacco se pongan en pie por la burocracia, lo que indica que la promesa del bloque de una regulación más favorable a los negocios tiene claros límites cuando se trata de fumar.

La UE tiene la intención de rastrear los paquetes de cigarrillos desde la fábrica hasta los comercios usando códigos electrónicos, el último dispositivo para luchar contra las ventas ilícitas que privan a los gobiernos de más de 10.000 millones de euros anuales en ingresos fiscales.

La Comisión Europea quiere que los países de la UE se desvíen del estándar actual de la industria en Europa para los códigos de serie de los productos, diciendo que cualquier costo adicional para las compañías sería insignificante. La discrepancia amenaza con crear problemas técnicos para los fabricantes de cigarrillos y socavar inversiones tecnológicas de “seguimiento y rastreo” que, en el caso de British American Tobacco únicamente, totalizan 60 millones de libras (67 millones de euros) desde 2014, según la compañía.

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Es como decir que Europa ya no medirá la distancia en kilómetros porque la industria automovilística lo apoya, por lo que los gobiernos pueden diseñar sus propios sistemas de medición”, dijo Ronan Barry, jefe de asuntos regulatorios de British American Tobacco en Bruselas. “Se pone muy complicado sin buenas razones”.

El mercado de cigarrillos de la UE es un campo de batalla entre grupos delictivos que desde hace tiempo explotan las fronteras abiertas y la aplicación de la ley para el contrabando lucrativo y las autoridades se interesan cada vez más en darle el tipo de atención de alto perfil tradicionalmente dedicada al narcotráfico. El valor del mercado europeo de tabaco este año es aproximadamente 200.000 millones de euros, según el portal estadístico Statista.

La falsificación y el contrabando representaron más del 9% de los cigarrillos de la UE, o 48.000 millones de cigarrillos, en 2016, según un estudio de KPMG. Esto causó una pérdida total de impuestos de 10.200 millones de euros, según el estudio encargado por el Royal United Services Institute con sede en Londres.

Desde 2014, la Comisión se ha comprometido a aplicar un toque más ligero a la regulación eliminando reglas superfluas

“El sistema propuesto de localización y rastreo tiene el potencial de alcanzar beneficios multimillonarios para la sociedad, mientras que sus costos son muy moderados y serán asumidos por el sector”, observó Anca Paduraru, vocera de política de salud de la comisión, el brazo regulador de 28 naciones de la UE.

El sistema exigirá que se fijen códigos electrónicos en cada paquete de cigarrillos vendido en la UE. Esto es parte de los acuerdos con la oficina antifraude del bloque, que utiliza el estándar de codificación actual en Europa que siguen todas las industrias.

En ese contexto, la comisión propone que cada gobierno de la UE presente su propio código de seguimiento y localización de hasta 50 caracteres. Esto más que los 38 caracteres que se aplican en Europa y que la industria del tabaco dice que es el límite para la producción de paquetes.

Riesgos para la salud

Desde que asumió el cargo a fines de 2014, la comisión del presidente Jean-Claude Juncker se ha comprometido a aplicar un toque más ligero a la regulación eliminando reglas superfluas y evaluando nuevas iniciativas legislativas de forma más rigurosa.

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Pero la industria tabacalera no ha tenido el beneficio de la duda, en especial por parte de un comisionado europeo de salud, Vytenis Andriukaitis, que es un cirujano cardíaco. Esto refleja el grado de preocupación de las autoridades sobre el contrabando de cigarrillos, sobre la presunta complicidad del pasado de los fabricantes y sobre el daño a la salud causado por fumar.

El tabaco mata a unas 695.000 personas al año en la UE, o una persona cada 45 segundos, según la comisión, que alega que un tercio de los europeos aún fuma. Este es el mayor riesgo a la salud evitable en Europa, y causa más problemas que el alcohol, las drogas, la alta presión arterial, colesterol y obesidad.

El sistema planificado de localización y rastreo de cigarrillos de la UE se deriva de la legislación de 2014 que amplió las advertencias en los paquetes. Con esa ley estableciendo un plazo de mayo de 2019 para que el sistema esté en funcionamiento, la comisión está presionando a los gobiernos de la UE para que aprueben su propuesta a fin de año.

La ventanilla única

La comisión dice que su proyecto se equilibrará creando un conjunto de códigos de identificación para los paquetes vendidos en la UE, dejando a los países miembros con espacio en una etapa posterior para desarrollar la codificación para integrar con estampillas fiscales. Además, los capitales nacionales podrían asociarse para usar el mismo operador.

El tabaco mata a unas 695.000 personas al año en la UE, o una persona cada 45 segundos, según la comisión

Sin embargo, la industria tabacalera preferiría una ventanilla única para los códigos europeos, además de un límite de 38 caracteres. Quieren evitar un formato de identificado no armonizado que requeriría diferentes estándares de codificación en la misma línea de empaquetado.

Si bien los paquetes destinados a la venta en más de un mercado nacional en la UE ya se diferencian por idioma e imágenes, los diferentes códigos complican aún más la producción. La industria tabacalera esperaba que sus acuerdos de 2004 a 2010 con la oficina antifraude de la UE fueran la base de las reglas de seguimiento y rastreo derivadas de la legislación de 2014.

Nuestras compañías ya han invertido cientos de millones de euros en cooperación con la oficina antifraude de la UE para anticipar la necesidad de rastrear”, dijo Alisdair Gray, secretario general de la Confederación de Fabricantes de Cigarrillos de la Comunidad Europea, que incluye a BAT, JT International e Imperial Brands.

“La propuesta de la comisión allana el camino a un sistema altamente complejo en el que cada estado miembro trabaja aislado del otro”, dijo Gray. “El sistema ha sido mal pensado y puede resultar inviable a pesar de tener más de tres años para establecerlo”.