Millán Salcedo vuelve a las Nocheviejas de TVE tras su guerra con Mota

Millán Salcedo está de vuelta. También en televisión. El excomponente de Martes y 13 despedirá el año en Televisión Española tras 21 años de ausencia. Su última presencia en las Nocheviejas coincidió con su ruptura profesional con Josema Yuste, y ahora regresa de la mano de José Mota, objeto de su ira durante décadas.

Para Mota es la décima ocasión en la que despedirá el año. Este año lo hará con el especial ‘Retratos salvajes’, con el que intentará tapar algunos de sus patinazos en TVE en los últimos tiempos: ‘El hombre de tu vida’ o ‘El acabose’.

Millán está habituado a estas fechas y hará un cameo junto a Paula Prendes, Pepe Navarro, Juan Carlos Rivero, Jesús Álvarez, Ignatius Ferray, Santiago Segura, Ana Arias o Juan José Ballesta, que se dejarán ver en el adiós a 2018.

LLEGA LA PAZ ENTRE MILLÁN Y MOTA

José Mota, productor, director y cara onmipresente durante el especial, ha querido contar con Millán, quizás para dejar atrás una guerra unidireccional protagonizada por el exintegrante de Martes y 13. ¿La razón? Según Millán, tanto Cruz y Raya como su mitad, Mota, plagiaban su estilo.

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José Mota en ‘El acabose’. Foto: TVE.

Hace dos años Millán acusaba a Mota de»piratear» de manera «repugnante» sus programas y este año reiteraba el ataque desde las páginas de El Mundo: «José Mota y yo no nos llevamos bien. No me quiero enfrentar a esta persona. Simplemente digo que hay que citar la fuente de procedencia».

El recordaba que citaba cuando le preguntaban por sus referentes «a Tip y Coll, a Gila… a nuestros maestros. Y hay otros que no nos citan», en clara referencia a José Mota, que regresa a TVE tras su gira teatral junto a Santiago Segura y Florentino Fernández.

MARTES Y 13: LOS DUROS COMIENZOS

Martes y 13 nació en 1976 por casualidad. Millán Salcedo, Josema Yuste y Fernando Conde, tres actores emergentes, se conocieron en la Escuela de Arte Dramático. Pero se perdieron la pista hasta que Millán y Conde se reencontraron haciendo el servicio militar en Santander.

Conde se licenció y Millán se quedó compuesto y sin compañero con el que amenizar las noches a los reclutas. Por eso eligió para subirse a las tablas a Amadeo Arazudi Orcoyen, recién salido de la cárcel por estar implicado en 1969 en la ayuda a Jokin Artajo y Alberto Asurmendi, primeros miembros de ETA que murieron accidentalmente cuando manipulaban material explosivo para acometer una acción violenta contra la dictadura.

Arazudi Orcoyen, «un tío muy raro que tocaba muy bien la guitarra» (en palabras de Salcedo), quedaría atrás y Millán se reencontró con Josema y Conde, unidos en trío y rastreadores de trabajo por todos los pubs de Madrid.

Al fin encontraron «bolos», con sensaciones agridulces: en Huelva un tomate impactó sobre la cara de Conde y en Burgos dieron por terminado el espectáculo cuando les tiraban monedas al escenario de peseta con desprecio. Les acabarían tirando millones…

¿ENCANNA?

Salcedo, Conde y Yuste encontraron su hueco y su fama se acrecentó tras participar en ‘Fantástico’ de José María Íñigo. Más adelante fueron apadrinados por el ídolo de adolescentes del momento, Miguel Bosé, por Mariano Ozores y Javier Aguirre para protagonizar películas ‘fast food’ y por don Narciso, al que rechazaron porque el ‘Un, dos, porque metía «demasiado la tijera» en la edición del programa.

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El trío de Martes y 13 en su debut televisivo.

Hasta 1984 fueron trío, pero Conde, que creía que el mundo de la actuación era un tema más trascendente, los dejó atrás. Ahí se propulsaron y la química entre Josema y Millán estalló cerrando el 85 con el especial ‘Viva 86’, gala presentada por Concha Velasco y marcada por la entrada de España a Europa y la irrupción del IVA.

En la resaca de aquella Nochevieja no se hablaría del mensaje televisivo de Thatcher a los españoles o por el porcentaje de impuestos. El tema eran las empanadillas de Móstoles, simpática conversación telefónica entre una doble de Encarna Sánchez y una señora que tenía un hijo haciendo la mili en la localidad madrileña.

La locutora de COPE les halagó… pero seis años después las caricias se convirtieron en amenazas por entrar al olímpico 92 con parodia sobre su amistad entrañable con Isabel Pantoja.

VEINTE AÑOS DE ÉXITO Y VEINTE DE RECUERDO

Millán Salcedo y Josema Yuste superaban el centenar de bolos en verano, arrasaban en las Nocheviejas de TVE con más de diez millones de espectadores, y reventaban las taquillas con ‘Aquí huele a muerto (Pues yo no he sido)’ o ‘El robobo de la jojoya’.

Pero el nacimiento de las privadas les obligó a entrar en la trinchera televisiva, donde hasta la fecha solo aparecían una vez al año. Y llegaron los especiales en vísperas y festivos, y los 40 programas desde el 92 de ‘Viéndonos’, donde Millán se puso unas bragas ante Maddona en un hotel italiano. TVE pagó por estos programas 800 millones de pesetas (4,8 millones de euros).

Dos años después llegaría otro espacio regular, ‘El retonno’, que tendría serias dificultades para frenar al vendaval de las privadas. El programa fue superado por el ‘¡Ay, Señor, Señor!’ de Pajares en Antena 3. Y la grieta que se había abierto entre ambos se agrandó.

Todo comenzó en el 92 con Millán quedándose en blanco en una gala de la Expo. Fue internado en Incosol durante 40 días y salió sabiendo que tenía que romper con Josema, al que no tragaba. Pero TVE les quería a toda costa. Y aguantaron hasta el 31 de diciembre del 97, donde se dijeron ‘Adós’.

VEINTIÚN AÑOS DE DIVORCIO

Millán se llevó la peor parte del divorcio: la prensa rosa le machacaba insinuando adicciones y enamoramientos. Y Josema renunciaba a seguir haciendo un espacio de autor para aceptar encargos sin compasión. Así llegó su éxito en ‘Todos los hombres sois iguales’, de Telecinco.

Salcedo quiso emprender el camino en solitario, pero antes de la ruptura definitiva patinó con la serie ‘Ketty no para’, que comenzó coja tras caerse del reparto Carmen Maura y acabaría emitiéndose en La 2 por sus bajos índices de audiencia. Más tarde llegaría ‘Un Millán de cosas’, trabajo hercúleo que fracasó en Telecinco y supuso el inicio de la reclusión voluntaria del cómico en su casa.

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Martes y 13 en pleno éxito.

En estos 21 años Millán ha rechazado ofertas de todo tipo (‘El informal’, ‘Tu cara me suena’, ‘Fenómenos’ y realities varios), mientras Yuste se enganchaba a cualquier tren, casi siempre con acierto. El talento para el humor y el talento para los negocios dictaba sentencia.

EL REFUGIO

Millán durante estas dos últimas décadas ha publicado tres libros, ha protagonizado varias obras teatrales en la estela de lo que fue Martes y 13, ha reconocido algunos errores del dúo (como el sketch en el que se mofaban de una mujer maltratada), y ha despreciado a Cruz y Raya (que relevaron al dúo en Nochevieja con 3,5 millones menos de espectadores).

También se ha reencontrado con tirantez con Yuste (en la edición de sus DVD, en un anuncio cervecero o en varios programas televisivos), ha explicado que sigue trabajando como «terapia ocupacional» y no por dinero, se ha lamentado de la factura psicológica por haber sido «un cómico las 24 horas», y renunció a dar el pregón en su Brazatortas natal por haber sido objeto de amenazas e insultos homófobos.

DOS MANERAS DE ENTENDER LA VIDA

Antes de la emisión de ‘Adós’ (1997), El Mundo los entrevistó por separado. Millán no se cortó: «A mí, la vida de Josema no me gusta nada ni a él la mía. Martes y Trece se convirtió en una oficina. Y el trabajo creativo no tiene horarios. A mí no me importa currar hasta las cinco de la mañana, pero él lo considera una barbaridad. Somos distintos completamente (…) Ya estaba harto de trabajar como una mula para cobrar a medias».

Y remataba: «Yo actualmente no tengo ninguna gana de ver a Josema. No le tengo ningún odio, pero no volvería a trabajar con él ni aunque lo pidiera todo el pueblo español con pancartas. No es que no nos podamos ni ver, es que tenemos inteligencia y la hemos puesto al servicio de salvar este asunto. Si hubiéramos seguido los dos juntos, hubiéramos acabado fatal. La gente incluso nos habría abucheado».

EL ESTALLIDO

Josema rebajaba el tono: «Estoy súper relajado, él también, y le he dicho que me tiene para cualquier cosa que necesite. Me llamó para que colaborara en su programa, pero luego pensó que era mejor olvidarlo para así dejar claro que estábamos separados«.

Le fueron con el cuento a Millán, que no se calló : «¡Pero si le propuse un papel en ‘Ketty no para’ y no mostró ningún interés, no le apeteció nada!». Dos personalidades análogas que hicieron reír a varias regeneraciones con sketches como el de Paca Carmona, «tú haces una gira por Soria y te forras, hija de la gran puta».

MILLÁN: GENIO Y FIGURA

Millán de vez en cuando nos deslumbra sobre las tablas para quitarse el mono. Lejanos quedaron los años en los que tras la muerte de su padre se internó en un hospicio de Ciudad Real. Allí, en el coro del colegio, encontró su vocación: estar sobre las tablas.

Millán
Su última experiencia en TVE fue negativa por su falta de feeling con Mariló, tal y como admitió el propio Millán.

En los últimos tiempos se había resistido al WhatsApp, pero ahora se ha saltado la dieta digital. El cómico cuenta con pocos caprichos (desayunar, comer y cenar todos los días fuera de su casa), tiene la luz pagada para los restos, y pasa el tiempo haciendo collages y fotografías. La libertad tenía un precio. Y casi siempre, véase el ejemplo de Millán, merece la pena pagarlo.