Cronología del interesado cambio de discurso de Isabel Gemio sobre su adiós a Onda Cero

Isabel Gemio y Onda Cero confirmaban el pasado 28 de septiembre que cerraban, tras un acuerdo mutuo, el magazine de fin de semana ‘Te doy mi palabra’. La comunicadora señalaba que concluía esta etapa tras 14 años por voluntad propia.

«Necesito poder dedicarle más tiempo a otros proyectos vitales diferentes de la radio, un medio que profesionalmente me ha dado mucho y al que espero poder regresar en algún momento. Con el paso de los años las prioridades cambian y ahora es el momento de cerrar una etapa en Onda Cero que ha sido maravillosa para abrir otra en la que mi profesión pueda ser plenamente compatible con mi vida familiar y personal. Para mí ha sido un honor y un orgullo poder compartir mi palabra cada fin de semana con los oyentes, haciendo una radio comprometida y pegada a las preocupaciones de los ciudadanos».

Tal y como adelantó Merca2, Onda Cero pretendía darle al final de la relación profesional con la extremeña «un final bonito». Tras casi un cuarto de siglo de éxitos radiofónicos y televisivos, la emisora pretendía proporcionarle a la locutora una despedida por todo lo alto que se realizará el próximo 17 de diciembre con el tradicional Fin de Semana Solidario que organiza la Fundación a la que la Gemio da nombre.

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Pero el pasado miércoles, contra todo pronóstico, Isabel se plantaba en ‘El hormiguero 3.0’ y cambió su discurso de hace poco más de dos meses: «Desde que se hizo pública la noticia, la verdad es que he tenido problemas de insomnio y hasta de conciencia. Parece que yo me quiera ir, es verdad que tengo unas circunstancias familiares que son las que son. Levantarse a las 5 los sábados y domingos no me permite conciliar bien esas necesidades familiares«.

Isabel proseguía: «Es verdad que llevaba años pidiendo un cambio de horario pero no pudo ser. Al final tengo que decirle a la gente que no lo he elegido yo. No me voy por voluntad propia. Había pedido esos cambios de horario y al final ha sido Onda Cero la que ha decidido no prorrogar el contrato que terminaba en 2017».

Isabel Gemio lo deja sin rencor

Cierto es que Isabel Gemio tenía palabras de cariño hacia Atresmedia Radio por esta etapa: «Yo solamente tengo palabras de agradecimiento a Onda Cero por estos 14 años que me han permitido hacer un programa maravilloso, pegado a la gente, con sus problemas y me ha permitido hacer todo lo que creo que engrandece al ser humano. Ha sido un privilegio. Llevo 24 años en este grupo, dejo aquí amigos y me va a costar, va a ser una despedida muy emotiva. Yo solo me voy con palabras de agradecimiento para este grupo porque nos hemos dado muchísimo mutuamente».

Pero pese a estos parabienes, sorprenden las palabras de la presentadora de ‘Te doy mi palabra’. ¿Qué ha cambiado en este dos meses en Isabel Gemio, además de su discurso? Lo principal ha sido que ha naufragado el proyecto televisivo en el que ha colaborado, ‘¿Cómo lo ves?, en TVE.

Este fracaso ha podido disparar las alarmas en la locutora, ya que si el programa de Carlos Herrera hubiese tenido éxito su futuro laboral inmediato lo hubiera advertido más propicio. Pero ni la última subida «post-mortem» que ha conseguido en el último EGM ni el Premio Ondas que recogerá en unos días en Sevilla parecen proporcionarle la estabilidad laboral que pretendía.

Tampoco le ayuda que presentadores como Jorge Javier Vázquez haya insinuado insidias contra ella desde Lecturas: «Cada vez que veo a esta persona aparecer en televisión (Jorge no se atreve a citar su nombre) se me revuelven las tripas. No me pasa sólo con ella. Me pasa con otras tantas. Señoras y señores de cierta edad que en su día gozaron de mucha relevancia en nuestro país y que ahora, relegados al olvido por el público que antes les adoraba, se dedican a despotricar contra la televisión actual. Pasean su sonrisa bonachona por platós y suspiran por un pasado que, según ellos, siempre fue mejor. Algunos críticos les dedican crónicas maravillosas y los ponen como ejemplos a seguir. Y a veces me dan ganas de contar que esas personas a las que seguíamos con devoción eran auténticas tiranas».