Estas son tus posibilidades de hacer con el Gordo de Navidad

Diciembre ya ha llegado, y con este mes –como cada año- se acerca una de las fiestas más entrañables de nuestro calendario: La Navidad. Junto a estas fechas, llega también uno de los sorteos más esperados del año y con el que muchos ciudadanos buscan, si no hacerse ricos, al menos obtener un desahogo financiero cuando los niños del colegio San Ildefonso canten su número el 22 de diciembre. Sin embargo, la lotería de Navidad es uno de los sorteos en los que resulta más difícil hacerse rico.

“La probabilidad de que toque el Gordo de Navidad son muy bajas. Apenas llegan al 0,00001%. Es muy sencillo, hay que dividir este premio entre los 100.000 números disponibles en las bolas”, asegura Miguel Córdoba, profesor experto en matemáticas y juego de la CEU.

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Se forman grandes colas en las puertas de las administraciones de loterías más famosas de España. En la imagen, la de Doña Manolita en Madrid

Entre el resto de participantes, un 5% de los jugadores se reparten las pedreas y un 10% los premios del reintegro. Sin embargo, el dato impactante es que el 85% del total de los jugadores pierden todo el dinero que han jugado.

En cuanto a los sorteos más clásicos de nuestras navidades, es mucho más fácil tener fortuna -por su formato- en el sorteo del Niño, ya que cuenta con tres reintegros totales.

“Siempre lo dicen las personas mayores y tiene una razón lógica y científica: es mejor jugar al sorteo del Niño. En total, se devuelve, aproximadamente el 30% del dinero, y las probabilidades de que te toque algo son del 7,89%, ya que existen tres reintegros”, continúa Córdoba en este sentido.

«La gente juega al sorteo de Navidad por tradición y folclore popular»

Entonces ¿por qué juega casi toda España a este sorteo y se gasta tanto dinero en unos décimos que cuentan tan pocas probabilidades de salir premiados? La respuesta es bien sencilla: lo hacen por tradición y folclore popular. 

«La gente juega por folclore popular. Es una cuestión de tradición, un gran fenómeno social en toda regla. Es, por ejemplo, como la gente que pasa el décimo por un manto de la virgen, no tiene sentido racional», explica Córdoba.

De hecho, y en este mismo sentido de tradición, ya existen símbolos que se han convertido en todo un icono para varias generaciones alrededor de este fenómeno.

Por ejemplo, en los últimos años, esperamos con gran ternura -por la historia que nos trae- el anuncio del sorteo, pero hace unos años era el calvo de la lotería el que llenaba las pantallas de los españoles para repartir suerte.

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Desde luego, y a pesar de estos datos, existe una posibilidad de ganar dinero, al menos para el que le toca el premio ganador, pero el verdadero vencedor es el Estado, que se lleva casi el 30% del total jugado en esta apuesta tan pintoresca.

En este mismo sentido, se refirió uno de los presidentes más importantes de la historia de los Estados Unidos, Thomas Jefferson, y con razón: “La lotería es el impuesto que la gente paga más gustosamente”.

En nuestro país, se decidió implantar este modelo en el siglo XIX, cuando ya se usaba en otros países europeos y del mundo como medio de recaudación de recursos económicos.