BBVA y Sabadell: del control de Garanti al papel clave de Kutxabank

A buen entendedor pocas palabras. La venta de la filial de BBVA en Estados Unidos, por casi 10.000 millones, provocó un acelerón de sus acciones. Curiosamente, el mismo porcentaje que en Banco Sabadell. A estas alturas de la película era casi evidente el maridaje futuro entre ambos, al que se podría añadir (con mucho sentido) Kutxabank, que confirmaron ambos ante la CNMV. Pero no es menos evidente que para cerrar la operación será necesario todavía que cada uno termine sus respectivos deberes. La firma bilbaína ha cumplido con el de reforzar su capital y la (ahora) alicantina con el de mejorar su eficiencia. Pero todavía quedan más.

El capital (dinero tangible de un banco) era la asignatura pendiente, principalmente, para BBVA. La entidad presidida por Carlos Torres tenía dos problemas importantes a este respecto. Primero, uno más general, que le tiene toda la banca europea, dado que esos fondos son muy reducidos medidos a niveles de mercado (valor de mercado entre los activos totales). De hecho, los inversores dan un valor real de los mismos entre cuatro y cinco veces menos al que presentan en libros. El segundo es que ese volumen de recursos, en el caso de la firma bilbaína, era muy pequeño incluso medido en esos términos.

Así, para entender lo anterior es mejor poner cifras. El mercado cree que los fondos propios frente al de activos de la banca europea no supera el 3%. Las entidades, por su parte, muestran en balance que ese porcentaje es cercano al 12%. En el caso de BBVA, la cifra fue del 10,84% en el primer trimestre del año frente al 11,74% con el cerró el 2019. En otras palabras, la entidad vasca era prácticamente el banco con menor recursos propios de toda Europa. Un inconveniente muy importante para llevar a cabo una fusión.

¿AUNMENTAR SU PRESENCIA EN TURQUÍA? LA GRAN INCÓGNITA DE BBVA

Por ello, la decisión de BBVA de vender su filial estadounidense ha sido recogida con tanta euforia por el mercado. Con la operación el banco disparará su volumen de capital por encima del 14%, tras la mejora también de los últimos meses, lo que permite definitivamente una operación de adquisición sobre Banco Sabadell. Pero no termina ahí, de hecho, ahora mismo la entidad estaría sobrecapitalizada y podría ejecutar más de una. Una situación que lleva irremediablemente al banco a replantearse su futuro en Turquía, su tercera región más importante.

En principio, el mercado confía en que la entidad española aumente su porcentaje en Garanti, su filial turca, que actualmente se sitúa en el 49%. De hecho, un año atrás un informe de Alantra aconsejaba a BBVA a vender su negocio en EEUU y aprovechar ese excedente de capital para crecer inorgánicamente en España y tomar una mayor participación en Turquía. En concreto, el equipo de análisis del banco de inversión señalaba que la obtención de un mayor peso en el país otomano, comprando paquetes de acciones de los minoristas, permitiría balancear mejor los retornos en proporción al riesgo.

Aunque desde Alantra se insistía con más fuerza en el territorio español y, más en concreto, con Banco Sabadell. «Redistribuir este capital en fusiones o adquisiciones en España sería una decisión inteligente», señalaban los analistas. A su vez, también indicaban que el banco catalán tenía un «mejor» encaje con el bilbaíno que Bankia. Parece casi profético. Con todo ello, la firma que dirige Torres daría un golpe sobre la mesa y lograría hacer sus deberes, el de conseguir capital y simplificar su presencia extranjera, necesarios para iniciar una fusión (o compra) tan larga como compleja.

SABADELL, KUTXABANK Y TURQUÍA, UN GIGANTE TOO BIG TO FAIL

Al fin y al cabo, con la operación BBVA logra salir de EEUU donde el consumo de capital, una quinta parte, era excesivamente alto respecto de los resultados obtenidos con un precio muy interesante. Así como reforzarse en las otras dos grandes regiones, España y Turquía, que deben equilibrar el enorme peso de México en el resultado. Aun así, todavía queda un gran asterisco importante: Reino Unido. En este caso, el negocio en dicha región lo aportará Sabadell, después de comprar TSB en 2014.

Aunque, al igual que pasa con el país otomano, de poco serviría una venta acelerada de esas filiales, puesto que su valor ha caído en picado. En otras palabras, la venta en la actualidad de Garanti o TSB sería visto como un fracaso manifiesto de los actuales equipos de dirección de cada entidad, por lo que de darse probablemente sería en adelante cuando el nuevo banco se forme. Además, ese aspecto internacional le confiere un auténtico carácter de ‘Too Big to Fail’ que, por ejemplo, el nuevo Caixabank no posee.

Kutxabank es el último elemento que se ha añadido a la ecuación de BBVA y Banco Sabadell, según adelantó El Confidencial. Un añadido que desde el punto de vista operativo y de valor es un acierto para todas las partes. La caja posee no solo posee uno de los balances más sólidos, sino también obtiene una de las rentabilidades más altas de toda España. Además, su aporte de activos extra no solo supondría que la nueva entidad adquiriese un tamaño mayor que la futura Caixabank, sino que reforzaría la cuota de mercado en muchas regiones vitales en España.

Pedro Ruiz
Pedro Ruiz
Colaborador de MERCA2