La pujanza de las gasolineras ‘low cost’ desata una fiebre de operaciones corporativas

Allí donde los peces pican, no tardan en congregarse los pescadores, ya sea para echar ellos mismos la caña o para comprar el pescado. La avasalladora irrupción en el mercado de las estaciones de servicio automatizadas low cost ha puesto patas arriba el hasta hace poco endogámico mundo de las gasolineras; toda una revolución que ha desencadenado una febril seguidilla de adquisiciones e inversiones que están cambiando de arriba abajo el mapa competitivo del sector.

A finales de marzo se dio a conocer que las estaciones de servicio automáticas de bajo precio (low cost) han multiplicado por dos su presencia en las carreteras españolas en los últimos cuatro años. Según datos de un estudio realizado por la Asociación Nacional de Estaciones de Servicios Automáticas (Aesae), en los últimos cuatro años el número de gasolineras automáticas en nuestro país ha pasado de las 1.033 registradas en 2020 a las 2.100 de finales de 2023; con lo que este tipo de establecimientos acaparan ya el 20% del mercado español.

Este meteórico crecimiento, propulsado por la pandemia y la crisis energética, ha puesto patas arriba el mercado de carburantes, arrastrando los precios y poniendo en jaque a colosos como Repsol, Cepsa, Galp o BP.

LAS GASOLINERAS CAMBIAN DE MANOS

La respuesta de las ‘grandes’ del sector y de los inversores oportunistas no se ha hecho esperar. La primera en ‘echar el lazo’ fue Cepsa, que en noviembre confirmó el acuerdo para adquirir la red de estaciones de servicio de Ballenoil, la más importante de las marcas de gasolineras low cost.

A través de esta operación, cuyo importe no trascendió, Cepsa incorporaba una cartera de más de 220 establecimientos en España, además de un plan para alcanzar los 500 en 2027. De este modo, la energética controlada por Mubadala y Carlyle superará las 2.000 gasolineras en el mercado ibérico -unas 1.500 de ellas en España-, consolidándose como el segundo operador del mercado nacional, tan solo por detrás de Repsol, que suma más de 3.300 puntos de venta.

DESPUÉS DE BALLENOIL Y PLENOIL, La última empresa de gasolineras ‘LOW COST’ en cambiar de patronazgo ha sido Atenoil, cuya red ha sido adquirida por Eni de manos del fondo británico Marcol

En marzo de este año, se hizo público que el fondo estadounidense Tensile Capital Management y la gestora independiente de capital privado Portobello Capital se habían hecho con el dominio de la empresa de estaciones de servicio Plenoil, entrando en su capital a través de una participación de control conjunto. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) se limitó a hacerse a un lado dando el visto bueno a la operación, en pleno debate sobre el peligro de que las empresas estratégicas nacionales pierdan su españolidad.

La última empresa emergente de gasolineras en cambiar de patronazgo ha sido Atenoil, cuya red ha sido adquirida por Eni de manos del fondo británico Marcol. Según los términos del acuerdo, la sociedad matriz de Eni en España, Enilive Iberia, adquiere tres marcas del grupo Atenoil (Aten Oil Setor, Aten Oil y Tasonis Directorship).

Atenoil, especializada en el modelo multi-marca de estaciones de servicio, cuenta con más de 75.000 metros cuadrados destinados a la gestión de energía, retail, restauración y lavado, con una destacada presencia en el centro y sur de España. Actualmente, el grupo se encuentra en plena expansión de su red de gasolineras, con futuras incorporaciones en la zona Norte y Levante que incrementarán las 24 estaciones que gestiona en estos momentos.

LA EXPLOSIÓN DE LAS ESTACIONES ‘LOW COST’

Las gasolineras low cost dijeron ‘presente’ con la liberalización del mercado de hidrocarburos en 2013, durante el mandato de Mariano Rajoy. Desde entonces, y como ha pasado en otros mercados -la televisión, las telecomunicaciones, la electricidad o el transporte ferroviario- un ecosistema empresarial hasta entonces apacible se ha convertido en una jungla competitiva.

EL PESO DE LAS ESTACIONES DE SERVICIO AUTOMÁTICAS EN EL MERCADO ESPAÑOL CRECIÓ UN 12% EN 2023, SEGÚN LA PATRONAL, QUE PREVÉ QUE ESTA CIFRA SIGA CRECIENDO EN LOS PRÓXIMOS AÑOS

Los puntos de venta ‘low cost’ apuestan por una configuración revolucionaria frente a las estaciones de servicio tradicionales: sin tienda, sin ventanilla, sin personal y sin caja; tan solo un servicio automatizado de recarga de combustible en el que el usuario se despacha a sí mismo el producto, paga y se va. Lógicamente, esta manera de comercializar carburante reduce los costes de mantenimiento y logística al mínimo, lo que permite disminuir el precio final que se cobra a los clientes.

Este modelo creció un 12% en 2023, según los datos hechos públicos por Aesae, que prevé que la cifra continúe su meteórica ascensión en los próximos años. Las cifras reflejadas en el informe corresponden al cierre del 31 de diciembre de 2023 y no contabilizan ni las estaciones de los hipermercados ni las cooperativas agrícolas.