La gestora Federated Hermes ha señalado este lunes en un informe que la previsión de la Agencia Internacional de Energía (AIE) por la que los combustibles fósiles alcanzarán su pico de demanda en menos de diez años «puede ser demasiado optimista».
La firma ha remarcado que «es difícil imaginar que se produzca un cambio tan profundo antes de 2030», ya que la demanda de petróleo sigue alcanzando máximos históricos impulsada por los combustibles para el transporte, y ha argumentado que en junio de este año la demanda de ‘oro negro’ alcanzó los 103 millones de barriles al día, por encima del máximo anterior a la crisis de 102,9 millones de agosto de 2019.
Las razones que aduce la agencia para considerar que la demanda de los tres principales combustibles fósiles -petróleo, gas y carbón– podría alcanzar su punto máximo antes del final de la década residen en que la guerra de Ucrania y cambios estructurales en China han propiciado una tendencia hacia formas de energía alternativas.
En ese sentido, de los datos de la AIE se extrae que hay un «cambio claro» en base al crecimiento constante de las fuentes de energía limpia -como los paneles solares, los aerogeneradores y los vehículos eléctricos– en la última década, y, particularmente, en los últimos tres años.
Al hilo de esto, los flujos de inversión en tecnologías limpias siguen superando al gasto en combustibles tradicionales tras las preocupaciones en torno a la seguridad y la asequibilidad desencadenadas por la crisis energética, según datos de la misma fuente.
Con todo, al cierre de la sesión de este lunes, el barril de crudo Brent, de referencia en Europa, subía un 0,75%, a 94,63 dólares, y acumula una revalorización del 27,5% desde que empezó el verano fruto de los continuos recortes de la oferta petrolera de la OPEP+ -a instancias de Rusia y Arabia Saudí- y el impulso de las economías asiáticas.