El impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables se aplicó a partir del 1 de enero de 2023. La finalidad del impuesto era prevenir la generación de residuos de envases de plástico que no se puedan reutilizar, así como fomentar el reciclaje de los residuos plásticos, contribuyendo a la circularidad de este material.
Un impuesto que directamente afecta a los fabricantes, pero indirectamente estos van a ser quienes van a trasladarlo al precio final de los productos, con lo que el consumidor pagaría algo más. Bien es cierto que, algunos temen que este efecto diluya la rebaja del IVA que se aprobó para ciertos productos.
La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), estimó en su momento que el impuesto tendría un impacto de 690 millones de euros en las empresas. La industria del embalaje y del envasado comprende a más de 3.100 empresas, que emplean alrededor de unas 70.000 personas. Unas empresas que se prepararon y que siguen respetando el adiós al plástico en frutas y verduras que se venden en las grandes superficies comerciales.
ALDI NO SABE LOS MATERIALES DE SUS ENVASES
Aldi no sale de una polémica que ya se ve en otra, la última ha sido una confusión de los consumidores con el plástico del plátano de Canarias que venden en este supermercado. Un consumidor vía redes sociales quiso preguntar a Aldi si el plástico que estaban usando era biodegradable o no.
‘Plástico parece, plástico no es. A ver, ¿Aldi se puede saber que material es y cómo se recicla? Envoltorio sin información adicional’. Los primeros en responder a esta cuestión fueron la marca Plátano de Canarias que dejaban claro que ellos venden el producto a granel, ‘siendo decisión de las empresas de distribución el uso de plástico para su venta’.
Un material que ni la propia cadena de supermercados sabe que es, ya que la respuesta de Aldi fue ‘Hola. Muchas gracias por tu comentario. ¿Serías tan amable de contactar con nosotros por privado para darnos más información’?. Sorprende que la propia cadena de distribución no sepa los materiales que se usan para los envoltorios.
Lo que provocan con esto es confusión y que los clientes no puedan reciclar un material que se desconoce. En el envoltorio la única información que se específica es ‘Envase sin plástico’. Recordando que la nueva normativa obliga al sector a presentar a granel aquellas frutas y verduras frescas que se comercializan enteras, para fomentar la venta a granel de alimentos, especialmente en aquellos casos en los que el envase no aporta ningún valor añadido al producto, y no sea necesario.
EL PLÁSTICO POCO A POCO VA A DESAPARECER
Con el adiós al plástico deberán de contar con envases que estén fabricados a partir de fuentes renovables y que pueden ser biodegradables o compostables con un previo tratamiento específico y unas condiciones determinadas. Trabajan para reducir la cantidad de material que se utiliza en cada envase, tratando de que mantenga todas sus propiedades. Estarán mezclando materiales convencionales con refuerzos naturales para una mejor funcionalidad.
La transparencia en el etiquetado será algo muy importante como información para los consumidores. Al mismo tiempo, se establecen unos mecanismos para aumentar la transparencia en la información de envases y residuo, y un adecuado seguimiento y control de las obligaciones sobre la puesta en el mercado de productos y gestión de sus residuos por parte de los productores de productos y organizaciones del sector.
Para ello se crea la sección de envases en el Registro de Productores de Producto, en el que todos los productores deberán inscribirse y al que deberán remitir anualmente información sobre la puesta en el mercado de envases, la gestión de sus residuos y la gestión financiera de los sistemas.
Utilizar materiales obtenido a partir de residuos de envases reciclados estará en pleno crecimiento y se van a establecer unos porcentajes recomendados de plástico reciclado en los envases para 2025 y 2030. Desde junio ya no deberíamos de ver envases de plástico en los supermercados. Las empresas han tenido un proceso para limitar el uso del plástico en sus ‘packaging’, una implantación que tiene visión de futuro. A parte de la nueva moda de llevar un ‘tupper’ al supermercado para poder guardar productos de charcutería, verduras y frutas.
