El BCE suelta lastre con pérdidas: quién va a rescatar a los bancos centrales

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El Banco Central Europeo (BCE) ha comenzado a soltar lastre por segunda semana consecutiva con el objetivo de reducir su balance. Hasta ahora, la operativa del BCE ha consistido en comprar deuda pública soberana como si no hubiera un mañana y lo ha hecho a un ritmo frenético durante los dos últimos años sin pedir condiciones a los países. Todo vale ahora como valió en 2012. El fin era evitar una recesión profunda a costa de inundar de liquidez el sistema; hace una década se hizo para evitar la quiebra del sistema financiero y de países.

La operación está trayendo de cabeza al mercado de deuda y por tanto al sector financiero

Sin embargo, esta vorágine de deuda soberana y de ingentes compras por parte del BCE ha tocado a su fin, al menos en cuanto al BCE se refiere. Y es que, la inflación ha hecho acto de presencia por todo lo alto, alcanzando niveles no vistos en 40 años en la mayoría de los países y a doble dígito, es decir, por encima del 10%.

La crisis provocada por el propio BCE la pagan las familias vulnerables y quienes a duras penas llegaban a fin de mes con el uso del crédito. Si se extendiera en el tiempo por encima de lo previsto, muy probablemente los ahorros de la llamada clase media se reducirá a un mayor ritmo, más cuando los precios no cesan en sus alzas.

EL BCE DEJA DE COMPRAR DEUDA PARA INICIAR SU VENTA

Cuando el BCE compra deuda, deposita el dinero en la cuenta de una entidad nacional. Cuando la vende, retira ese dinero asumiendo la pérdida o ganancia. Sin embargo, en la última década, el BCE ha comprado la deuda muy cara al haber reducido el interés incluso a tasas negativas. En este momento, el precio de esos bonos en el balance del BCE tiene un valor muy inferior al registrado en la compra debido, precisamente, a los incrementos de los tipos de interés. Cuando éstos suben, el precio del bono cae; y viceversa.

Evolución del balance del BCE
Evolución del balance del BCE

La operación está trayendo de cabeza al mercado de deuda y por tanto al sector financiero. La esperada reducción del balance se está realizando con cuenta gotas, ya que la institución debe salvaguardar sus propias ganancias y beneficios, pese a que sus políticas monetarias perjudican seriamente al ciudadano de a pie. Todo ello, en connivencia de los propios bancos centrales nacionales.

El BCE ha triplicado su balance en la última década y duplicado desde 2020. Es decir, ha enviado su helicóptero financiero sobre los tejados de los bancos centrales nacionales, mientras los gobiernos han disparado su deuda pública, un doble golpe para los hogares y empresas. Al mismo tiempo, ha creado una monstruosa burbuja de deuda, cuyos niveles en la Eurozona son prácticamente insostenibles.

EL BCE TIENE EN DEUDA EL 66% DEL PIB DE LA EUROZONA

Para hacerse una idea de la situación, el BCE tiene en su balance el equivalente al 66% del PIB de toda la Eurozona. Vender todos esos títulos de deuda abocaría a la economía a una recesión aún más profunda de la estimada hasta ahora -suave y de corta duración-. La realidad es que el BCE no mueve la ficha del balance porque provocaría una crisis de deuda sin precedentes y dejaría a los Gobiernos sin la posibilidad de emitir bonos ante la exigencia de altos intereses por parte de los inversores.

Por este motivo, el BCE se guarda esta baza hasta después de incrementar los tipos de interés en la próxima reunión, la semana que viene y justo antes de Navidad. «Será un hachazo para los mercados», señalan analistas consultados por MERCA2. Si bien, matizan que dependerá del ritmo de ventas. Por el momento, el BCE tan sólo se ha desprendido de 500 millones de euros en la última semana y ha dejado su balance en los 8,84 billones de euros, unas ocho veces el PIB de España.

Para ponerlo en contexto, la Reserva Federal estadounidense tan ‘sólo’ tiene el 33% del PIB de EE UU en su balance, la mitad que el BCE. En este sentido, la FED está reduciendo su balance a un ritmo más elevado que el BCE.

LOS CONTRIBUYENTES, LOS MÁS PERJUDICADOS POR LAS VENTAS DEL BCE

La ingente cantidad de liquidez del sistema muestra la falta de necesidad de los bancos para remunerar los depósitos. De tal forma, que ganan con la subida de tipos de interés y al mismo tiempo no tienen que captar clientes ante la bajada de petición de crédito, sin que se libre así una guerra como la vivida en 2008. Y es que, las ratios de capital se encuentran en niveles de solvencia, al menos en España, pero algunas entidades financieras, como Credit Suisse, entre otras, han iniciado su travesía en el desierto con ampliaciones de capital.

El principal problema de la banca es que no puede desprenderse de los títulos comprados directamente a los gobiernos en la primera emisión. De hacerlo, incurrirían en pérdidas, que ahora son sólo potenciales en los balances. De esta forma, se esperan al vencimiento para evitar mostrar las vergüenzas.

Mientras tanto, el propio BCE y los gobiernos tratan de combatir a duras penas la inflación. Países como España, no tan dependiente como Alemania de Rusia, ha rebajado la subida de la inflación al 6,3%, mientras en Europa los precios alcanzan el 10%. Se trata de niveles inasumibles y que se comen los ahorros. Incluso, según Financial Times, los trabajadores del BCE exigen subidas acordes a la inflación a Lagarde, que podría enfrentarse a la huelga si hace caso omiso a la exigencia. La paradoja sería que la institución aceptara estas alzas en las nóminas tras advertir de los temidos efectos de segunda ronda.

EL BCE Y SU GUERRA CONTRA LA INFLACIÓN PERJUDICA

Y es que, es prácticamente imposible poder reducir la inflación sin retirar liquidez de la economía. Por esta razón, Lagarde podría empujar al euro por debajo de la paridad frente al dólar, empobreciendo aún más a las familias y empresas y castigando a las empresas productivas e internacionales.

Esta liquidez irá bajando también por la devolución de los préstamos de los bancos al BCE. La derivada de todo ello es un endurecimiento del acceso al crédito, mientras caerá el consumo y la inversión debido a la prudencia.

Y es que, la fórmula de reducir el balance tendrá un efecto inmediato en los consumidores, al ser el sostén de todo el sistema; pero también en la propia entidad. ¿Qué ocurriría si el BCE, como está ocurriendo al banco nacional de Bélgica, se encontrara en pérdidas? ¿Quién acudiría al rescate?

Álvaro J. Medina
Álvaro J. Medina
Madrileño en Barcelona. Apasionado de la actualidad política, la Economía y empresas. He pasado por el grupo Intereconomía y Vozpópuli. Ahora, en MERCA2.es, INVERSIÓN.es y MONCLOA.com para seguir informando. "Si no lo puedes explicar, es que no lo sabes". Si tienes algo que contarme: alvaro.medina@merca2.es