Iberdrola entró en colapso este pasado 23 de junio. La imputación de su presidente y consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán, hizo un agujero de 3.000 millones en la capitalización bursátil de la eléctrica. Además de abrir una vía de inestabilidad en uno de los pilares de los nuevos criterios de inversión, los llamados ESG, y en el futuro de la compañía. Aun así, el salmantino ha hecho gala de su bravuconería al explicar ante todo el mundo que está «encantado».
Así se refirió a su imputación durante un acto celebrado por este pasado jueves 24 de junio. Al ser preguntado por la situación, Galán señaló que «no es una situación agradable», pero que está «encantado de poder ir a contar lo que no nos han dejado contar hasta ahora». Todo ello con una sonrisa. Bajo el punto de vista del presidente de la firma, la comparecencia ante el magistrado Manuel García Castellón le servirá para que «le cuente mi versión».
Durante su intervención en el Foro Tendencias de El País, Galán indicó que lleva tres años enterándose de las noticias por los medios de comunicación. «No hemos tenido acceso a la información, hemos intentado personarnos sin éxito», recordó el presidente, que en mayo pidió declarar en la causa junto a otros directivos del grupo, ante su preocupación por el desgaste reputacional de la compañía por este asunto.
Pero ahora esa declaración se realizará como imputado. Además, le acompañarán, aunque será en distintos días, otros directivos del grupo. En concreto, el pasado 22 también se produjo la imputación del director general de negocios, Francisco Martínez Córcoles; el expresidente de Iberdrola España Fernando Becker; y el que fuera jefe de gabinete de Presidencia Rafael Orbegozo.
IBERDROLA PUEDE PADECER UN FUERTE REVÉS SI LA ESTRATEGIA DE GALÁN NO FUNCIONA
A todos ellos, se le imputa un delito continuado de cohecho activo, contra la intimidad y falsedad en documento mercantil. No es poca cosa, aunque desde la compañía se prefiere quitar peso a la situación y se asegura de que no tiene fundamento legal y pronto serán desimputados. Pero lo anterior no se puede asegurar. De hecho, uno de los ejemplos más recientes acerca de este caso fue la dimisión de Francisco González como presidente de honor de BBVA, tras verse implicado en el caso.
la situación es límite y si los directivos no son capaces de limpiar su imagen, Iberdrola deberá cesarles en el cargo
Con Galán podría pasar algo parecido, aunque no sin antes provocar un terremoto sobre la acción. Así, los analistas consultados por MERCA2 coinciden en que la situación es límite y que si los directivos, incluido el presidente, no son capaces de limpiar su imagen pronto, Iberdrola deberá cesarles en el cargo a través del Consejo. Un procedimiento que supondría una sangría en forma de dinero para los accionistas de la compañía.
En definitiva, Galán ha optado por encarar el problema en el que está metido con cierta chulería. Una posición que podría debilitarle todavía más si las cosas no le salen como quiere. Por el momento, Iberdrola (y sus accionistas) han perdido ya más de 3.000 millones de euros, pero podría ser mucho más próximamente. El siguiente capítulo será pronto.