El silencio de la Ciudad Blanca: las diferencias entre Netflix y el libro

El thriller español está en su mejor momento, y es capaz de competir con las mejores producciones de industrias como Hollywood, e incluso superarlas en calidad. En los últimos años hemos disfrutado de títulos como ‘Celda 211’, ‘El niño’, ‘Tarde para la ira’, ‘Cien años de perdón’ o ‘Que Dios nos perdone’, que demuestran la maestría de los cineastas nacionales en este género. Disponibles todos en Netflix, por cierto. Las adaptaciones de populares best sellers, se han convertido en otra apuesta que parece funcionar, como se demostró en su día con ‘El código DaVinci’ o la saga ‘Millenium’, algo que se ha trasladado a la literatura patria, con el fenómeno de ‘La trilogía del Baztán’, la saga de la escritora donostiarra Dolores Redondo que ha sido adaptada al cine y comprada por Netflix. Algo similar ha ocurrido con ‘El silencio de la ciudad blanca

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DETALLES QUE SE ECHAN DE MENOS EN ‘EL SILENCIO DE LA CIUDAD BLANCA’

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Algunas de las diferencias más obvias es que en la película de Netflix todo va muy deprisa, y entre carrera y carrera, la esencia de la historia se queda fuera. Se pierde una parte muy importante de la novela donde se refleja cómo es la vida en la ciudad, las fiestas patronales, la idiosincrasia de sus gentes y las relaciones personales. Por otra parte, se echa de menos la profundidad psicológica de los personajes protagonistas, Unai, Esti y Alba, que cargan con duras historias de su pasado que en la película apenas se pueden apreciar. Además, algunos cabos quedan sueltos, o no se profundiza lo suficiente en algunas tramas que sirven de arranque a los sucesos de la historia, pero que después no se resuelven. A pesar de todo, se trata de una película visualmente potente y con un ritmo muy entretenido para pasar un buen rato en casa.

Noemi A.
Noemi A.
Soy una apasionada de internet, las nuevas tecnologías y las redes sociales, adicta a la información y a aprender y descubrir algo nuevo cada día.