martes, 10 diciembre 2024

De la taza a la caldera: Nestlé revoluciona la energía con residuos de cacao y café

El aprovechamiento y valorización del subproducto que genera la propia actividad de la industria responde a uno de los principios de la economía circular. En este caso, el resultado es una energía más barata y sostenible. La fábrica de chocolates de Cantabria de Nestlé estrena una caldera que emplea cascarilla de cacao como materia prima para la obtención de vapor. Pero esta suerte de circularidad que devuelve el residuo generado a la cadena de producción, a través del ciclo energético, ya la aplicó la compañía con el residuo del café.

Nestlé España avanza así en su estrategia de sostenibilidad medioambiental con el objetivo de conseguir cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en 2050 e impulsar la energía verde. El uso de biocombustibles como fuente energética ocupa un lugar preferente en su generación renovable.

Entre las iniciativas desarrolladas en esta línea, Nestlé ha decidido instalar una caldera de biomasa en su fábrica de chocolates ubicada en La Penilla de Cayón (Cantabria), en colaboración con la empresa de servicios energéticos Bioenergy Ibérica.

La nueva caldera utilizará la cascarilla resultante del proceso de torrefacción del cacao como materia prima para la obtención de vapor. De esta manera y debido a su enorme poder calorífico, la cascarilla de cacao se valorizará energéticamente como biocombustible. Como resultado, se impulsará la economía circular dentro de la factoría, ya que dicho vapor se utilizará de nuevo en el proceso de tostado del cacao.

La caldera, que se prevé que entre en funcionamiento en el primer semestre de 2022, generará cerca de 12.500 toneladas de vapor al año, lo que supondrá el 10% del vapor total producido. Además, comportará reducir en casi 2.500 toneladas las emisiones de CO2 que se producen anualmente tanto de forma directa como indirecta en la factoría.

COMPROMISO MEDIOAMBIENTAL

Esta caldera complementará otros procesos de generación de energía eficiente ya existentes en la fábrica de Nestlé en La Penilla como es el de la planta de cogeneración. En funcionamiento desde 1993, esta instalación proporciona energía eléctrica y un 75% del vapor que se utilizan en los procesos de producción.

Asimismo, en 2019 se introdujeron mejoras en la caldera convencional de vapor de la factoría con la finalidad de mejorar su eficiencia. De esta manera, a partir de 2022, se prevé que la práctica totalidad de la energía que se produzca sea de alta eficiencia.

Además, en el compromiso de la fábrica por el medio ambiente, el centro de producción cántabro ha disminuido en más de un 83% el uso de agua, en más de un 16% el consumo de energía y en casi un 8% las emisiones en kilogramos de CO2 por tonelada producida en el período comprendido entre 2011 y 2020.

Asimismo, toda la energía eléctrica que se compra en este centro de producción proviene de fuentes renovables. Esta factoría también se considera “cero residuos a vertedero”, al minimizar la generación de los mismos y fomentar su reutilización, reciclaje o valorización.

Instalada en 1905, la fábrica de Nestlé en La Penilla de Cayón fue la primera de la compañía en España. Inicialmente dedicada a la elaboración de Harina Lacteada Nestlé y, poco después, a la de leche condensada La Lechera, en 1929 comenzó la fabricación de chocolates.

En la actualidad, la fábrica de La Penilla es uno de los centros de producción más importantes de Nestlé España. Cuenta con una plantilla media de 900 trabajadores y se dedica a la producción de tabletas de chocolate Extrafino, postres, bombones Caja Roja, cacao soluble Nesquik, cereales infantiles, productos para Nescafé Dolce Gusto y obleas para empanadillas Buitoni.

LA CIRCULARIDAD DEL RESIDUO DE CAFÉ

Tras la puesta en funcionamiento con éxito de una nueva caldera que emplea como biocombustible posos de café, ahora le llega el turno al residuo de cacao. La experiencia con los restos de café se implementó, el año pasado, en su fábrica de Girona, dedicada a la elaboración de café soluble y bebidas en cápsulas monodosis. La caldera de biomasa de Vyncke consigue reducir en un 25% el consumo de gas natural.

El poso o marro del café es un subproducto 100% vegetal que resulta de la fabricación de café soluble y que contiene un elevado poder calorífico (5.900 kcal/kg). La fábrica de Girona produce al año unas 45.000 toneladas de este biocombustible y prevé aprovechar el 80% en su nueva instalación.

La instalación industrial cuenta con una caldera pirotubular de 16,6 MW, que genera 125.000 toneladas al año de vapor (22t/h) a 19 bar para el proceso productivo.

El proyecto ha supuesto una inversión total de 17,2 millones de euros y ha contado con 1.224.088 euros de subvención del Fondo Nacional de Eficiencia Energética gestionado por IDAE con financiación FEDER, cuyo objetivo es conseguir una economía más limpia y sostenible.

HUESO DE ACEITUNA Y OTRAS BIOMASAS

Desde el punto de vista medioambiental, el uso de biomasa facilita el aprovechamiento y valorización energética de residuos procedentes de procesos industriales, como es el caso del hueso de aceituna y los restos forestales del olivar, para generación de energía renovable, más barata y no contaminante. Para utilizar el hueso de aceituna como biocombustible basta con secarlo y eliminar las partículas finas.

En este sentido, en España la biomasa representa de una fuente de energía autóctona, que se produce en el ámbito local y que, por tanto, contribuye a fijar población y crear empleo en nuestro territorio.

El sector de la biomasa ofrece equipos eficientes, tecnológicamente muy avanzados y policombustibles -que permiten la combustión de diferentes tipos de biocombustibles-. Precisamente, por la disponibilidad de una amplia gana de equipos industriales y domésticos, el hueso de aceituna representa una de las alternativas energéticas más competitivas en Andalucía y marcas como Nestlé pueden aprovechar los subproductos derivados de sus procesos.


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