La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha dado luz verde en primera fase a la fusión por absorción de Bankia por CaixaBank, pero sujeta al cumplimiento de una serie de compromisos presentados por el nuevo grupo para solventar algunos riesgos de competencia observados en determinadas áreas.
La operación, que supone la fusión de la tercera y la cuarta entidad bancaria del país, dará lugar a un banco líder en el mercado de servicios bancarios, concretamente en todos los segmentos de banca minorista.
Por ello, la CNMC, en su análisis, ha concluido que la operación supone una amenaza para la competencia efectiva en determinados ámbitos del mercado de banca minorista, así como en el mercado de cajeros automáticos.
Para el mercado de sucursales, además de realizar el análisis a nivel nacional y provincial, y a la vista de los elevados índices de concentración derivados de la operación en determinadas provincias, se ha identificando localmente todos los códigos postales en los que las partes solapan sus actividades.
El supervisor ha realizado un exhaustivo examen de cuotas de mercado y número de competidores existentes en los entornos más afectados, considerando isócronas de 1,5 kilómetros de distancia desde las sucursales de la entidad fusionada.
El análisis de códigos postales resulta también un proxy adecuado para otros mercados de producto que pueden tener una contratación en el entorno de la sucursal, como créditos, depósitos o servicio de cajeros.
CASI 90 CÓDIGOS POSTALES EN SITUACIÓN DE MONOPOLIO Y OLIGOPOLIO
Se han identificado 86 códigos postales en los que la entidad resultante quedará, bien en una situación de monopolio, siendo la única entidad bancaria presente en 21 códigos postales, o en situación de duopolio expuesta a débil presión competitiva, en un radio de 1,5 kilómetros desde la sucursal en otros 65 códigos postales.
Tras comparar productos y condiciones ofrecidas en los distintos segmentos de mercado por ambos bancos y sus principales competidores, se ha determinado que la «nula o reducida» presión competitiva en estas zonas otorgará a la nueva CaixaBank un «elevado poder» de mercado que podría influir en su comportamiento, con posibles efectos adversos para los consumidores.
Concretamente, se ha identificado un riesgo de exclusión financiera en los lugares donde estén presentes únicamente las partes, debido a la posibilidad de cierre de las oficinas bancarias presentes en esas zonas tras la fusión.
Asimismo, en entornos en los que no existe una suficiente presión competitiva por parte de terceros operadores, podría producirse un empeoramiento en las condiciones comerciales para los actuales clientes de Bankia.
POTENCIAL RUPTURA DE ACUERDOS DE TERCEROS CON CAJEROS DE BANKIA
Adicionalmente, el análisis del mercado de cajeros automáticos ha puesto de manifiesto que, para los clientes de terceras entidades que tenían suscritos acuerdos con Bankia, como ING, Banco Sabadell y las entidades pertenecientes a la red Euro6000, una posible ruptura de los mismos supondría para ellos dejar de acceder a la red de cajeros de la entidad absorbida en las condiciones en las que venían haciéndolo y tener que pagar una comisión más elevada.
«Esta situación sería especialmente perceptible en las localizaciones en las que la posición de Bankia en el mercado de cajeros es especialmente relevante», recoge el informe de la CNMC.
NO ES UNA AMENAZA EN BANCA CORPORATIVA, DE INVERSIÓN, TPV Y OTROS
Al contrario, la operación no supondrá una amenaza para la competencia efectiva en los mercados de banca corporativa, banca de inversión, factoring, tarjetas, TPV, producción y distribución de seguros y gestión de fondos y planes de pensiones.
La CNMC explica que esto se debe a que en estos mercados, o bien las cuotas resultantes no son preocupantes o bien la adición de Bankia es reducida, por lo que no se produce una modificación relevante de la estructura competitiva previa a la operación, y existe presión competitiva suficiente en todos ellos.
LOS COMPROMISOS DE LA NUEVA CAIXABANK
A la vista de los problemas de competencia identificados, CaixaBank se ha comprometido a no abandonar, salvo en supuestos excepcionales sujetos a autorización previa de la CNMC, ningún municipio en el que actualmente esté presente una de las partes –o ambas– y no haya ninguna oficina competidora con el fin de evitar la exclusión financiera en los municipios.
En los códigos postales identificados en los que se quedará en situación de monopolio, no podrá cambiar las condiciones y términos que los clientes de Bankia tengan actualmente suscritos en sus productos. Este requisito deberá cumplirlo durante un periodo de tres años.
Igualmente, el nuevo grupo ofrecerá sus productos en zonas consideradas problemáticas por competencia en condiciones sustancialmente iguales o no peores a las ofrecidas por CaixaBank en los tres códigos postales con mayor exposición de la entidad catalana a competidores durante tres años.
Tampoco podrá cobrar, en ninguno de los 86 códigos postales identificados como problemáticos, comisiones a los clientes procedentes de Bankia por realizar una operación en ventanilla cuando esa operación hubiese sido gratuita de acuerdo con las condiciones ofrecidas por la entidad absorbida en la fecha de autorización de la operación durante 3 años.
Asimismo, está obligada a comunicar a los clientes de Bankia, tanto el cierre de la operación, como los posibles cambios en productos que pudieran afectarles, como nuevas comisiones o productos que cumplan con criterios de elegibilidad y sean equiparables o mejores que los que tengan contratados con Bankia.
En esta misma línea, tendrá que identificar qué clientes de Bankia cumplen con los requisitos de la cuenta social de CaixaBank y comunicarles la posibilidad de beneficiarse de las condiciones de la misma.
ING, EURO6000 Y SABADELL
Respecto a los riesgos derivados de una posible ruptura de los acuerdos existentes entre Bankia e ING por un lado, y con Euro6000 y Banco Sabadell por otro, para el uso de su cajeros automáticos, CaixaBank deberá permitirles acceso al menos por un periodo de 18 meses y en las mismas condiciones económicas.
En el caso de cierre de cajeros de Bankia como consecuencia de la operación, se dará acceso a los clientes de estas entidades al cajero de CaixaBank más próximo al de la entidad absorbida cerrado. Para ello, CaixaBank deberá señalizar debidamente los cajeros afectados con el objetivo de que sean fácilmente identificables.
«La CNMC ha considerado estos compromisos adecuados para solucionar los problemas de competencia que presentaba la operación, en la medida en que neutralizan o mitigan los riesgos identificados, y vigilará el cumplimiento de los mismos», señala la autoridad presidida por Cani Fernández.
La nueva CaixaBank tendrá activos por importe superior a los 650.000 millones de euros, unas 6.600 sucursales (4.400 la entidad de origen catalán y más de 2.200 la entidad nacionalizada) y una plantilla conjunta superior a los 51.000 empleados (casi 35.600 CaixaBank y unos 16.000 Bankia), lo que propiciará significativas sinergias.