Existen muchas formas de emprender. En la mayoría de los casos los nuevos profesionales buscan clientes más o menos estables con los que poder establecer una relación a largo plazo y tener así asegurado un cierto volumen de trabajo. Pero la sociedad cambia y las formas de trabajar también lo hacen. Un buen ejemplo de ello es que cada vez son más los profesionales que optan por trabajar en la conocida como gig economy.
Esta forma de trabajar está transformando el mercado laboral. Son muchas las empresas que prefieren parcelar su trabajo en pequeñas tareas que pueden asignar a profesionales externos, lo que obliga a los emprendedores a adaptarse a esta forma de trabajar si quieren triunfar en el mercado actual. Veamos con más detalle qué supone.
5Desventajas de esta forma de trabajo
No todo es positivo. Aunque es cierto que el emprendedor puede conciliar más fácilmente e incluso puede conseguir fidelizar a clientes y asegurarse así un flujo de trabajo estable, la gig economy también tiene varios aspectos negativos. El principal es que suele tratarse de proyectos con una remuneración baja.
Un precio bajo implica que al final el profesional tiene que meterse de lleno en muchos pequeños proyectos si a final de mes quiere haber ganado una cantidad que sea suficiente para él, lo que reduce de forma notable el tiempo libre y minimiza esa conciliación a la que hacíamos referencia antes.
Además, hay que tener en cuenta que en este caso la incertidumbre es todavía mayor que en otras formas de trabajar. El emprendedor nunca sabe a ciencia cierta cuánto trabajo va a tener y al final no es tan dueño de su tiempo como pensaba, puesto que sus períodos de descanso y vacaciones acaban estando ligados a los momentos en los que no tiene proyectos pendientes.
