Algunas de las ‘dietas milagro’ que no debes intentar jamás

Pese a que la difusión de las “dietas milagro” no se encuentra permitida, cada cierto tiempo salen a la palestra novedosas propuestas que desafortunadamente pueden poner en peligro la salud de los que la practican. El riesgo que se puede desprender de estas dietas es abrumador, conllevando a que la salud e inclusive la vida de las personas se vean expuestas.

En MERCA2 traemos para ti cuales son las dietas milagros más famosas de los últimos años, las cuales son prohibidas por varios nutricionistas y especialistas en el tema. ¡Descártalas en hacerlas!

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El teatoxing

Practicamos el teatoxing: el programa de adelgazamiento de las francesas - AS.com

Es una de las dietas milagro que se apega a la combinación que puede construirse de las palabras té y detox, donde su conceptualización explica que gracias a un consumo de té puedes depurar totalmente tu organismo, eliminar nocivas toxinas y por ende, adelgazaras sin problema alguno. No obstante, como sucede con otras dietas milagro, la teatoxing no contara con soporte científico alguno.

Laura Girona explica: «No necesitamos ninguna ayuda externa para desintoxicarnos. Hay órganos de nuestro cuerpo como el hígado y el riñón que se encargan de ello». Además, la especialista agrega que si existiera una complicación con ambos órganos, tanto la ingesta de batidos verdes como de tés pueden ser la solución ideal para contrastar afecciones.

Para la médica y dietista Montse Folch, el consumo de té ya sea previo o luego a las comidas puede ser beneficioso para disminuir las sensaciones de hambre, aunque descarta que actúen como una especie de adelgazante. Por otra parte, los férreos defensores del teatoxing aseguran que es conveniente la ingesta entre seis y ocho tazas diarias, una cifra que supera a lo recomendado por la experta: Entre café y té, no deberían superarse las tres tazas diarias. Aunque son bebidas con un aporte calórico bajo, tomar cafeína y teína en exceso puede influir en la secreción de insulina y provocarnos más hambre».