Trabajar por cuenta propia no es nada sencillo. No es solo que haya que hacer bien el trabajo y además dedicar tiempo a tareas de marketing y actividades de gestión como la contabilidad, es que también hay que ser muy eficiente a la hora de hacer ciertas tareas, como todas aquellas que tienen relación con Hacienda.
Facturar es un proceso fundamental para cualquier autónomo, puesto que las facturas son los documentos que dan lugar a que nazca la obligación de pago por parte del cliente que ha recibido el producto o servicio por parte del profesional. Pero hacer una factura correctamente es todavía más importante, puesto que cualquier error puede dar lugar a problemas con la Agencia Tributaria.
¿Cómo es la estructura del número de la factura?
Lo más sencillo es usar cifras únicas que sean correlativas (no puede haber una factura número 24 si antes no hemos hecho la factura número 23). Lo normal es que el número de la factura vaya precedido o lleve detrás el del año en curso. Esto ayuda a identificar el año fiscal en el que ha sido emitida la misma. Pero el número también puede llevar otros datos como las iniciales del profesional.
Un ejemplo de numeración de factura sería 24/2020 o 2020/24. En este sentido, es importante escoger un formato y usar siempre el mismo. Así se evitan posibles errores tanto en la contabilidad propia como en la contabilidad del cliente que va a recibir el documento. Pero hay que tener en cuenta que la serie numérica no tiene que empezar necesariamente por el número 1, aunque está claro que a nivel contable resulta todo mucho más sencillo si la primera factura emitida en el año es la número 1 y el resto son correlativas.
