sábado, 14 diciembre 2024

El BE propone un fondo de recuperación europeo de 1,5 billones

El Banco de España ha propuesto la creación de un fondo de recuperación europeo de entre 1 y 1,5 billones de euros y con disponibilidad para comprar títulos de deuda pública, capaz de mantener unas condiciones de financiación adecuadas para los Estados miembro e impulsar la financiación de los proyectos necesarios para que afronten sus necesidades estratégicas en el marco de la crisis del coronavirus.

La entidad supervisora española considera, en su documento ‘Reflexiones sobre el diseño de un fondo de recuperación europeo’, que la Unión Europea (UE) requiere de una acción «rápida, duradera y suficiente» ante la crisis sanitaria y económica provocada por el Covid-19.

El banco central defiende que las respuestas dadas por el Banco Central Europeo (BCE) y el Consejo de la UE han sido efectivas para mitigar la incidencia de la crisis en el corto plazo y reducir los riesgos de su propagación, pero cree que la dimensión de la crisis «ha puesto en evidencia la falta de instrumentos clave de política económica comunes».

En este contexto, recuerda que se han sucedido varias propuestas, entre las que destaca la iniciativa acordada recientemente por los gobiernos de Alemania y Francia para crear un fondo dotado de 500.000 millones de euros, dentro del presupuesto europeo, que financie inversiones acordes con las prioridades europeas.

Sin embargo, el Banco de España va más allá y, en línea con la propuesta realizada por el Gobierno, cree que el volumen de recursos que habría que movilizar para las actuales necesidades supondría dotar a este instrumento de una capacidad inicial teórica de entre 1 y 1,5 billones de euros.

NUEVOS IMPUESTOS COMUNITARIOS

Además, la entidad supervisora considera que este fondo podría dar lugar a una estructura permanente y respaldada por el presupuesto de la Unión Europea, debidamente reforzada mediante recursos adicionales de los Estados y por ingresos procedentes de la eventual implantación de nuevas figuras tributarias a escala comunitaria.

Respecto a este último punto, ya se han producido propuestas en distintos foros, como las tasas medioambientales, la ‘tasa sobre los plásticos’, la ‘tasa digital’ o la aplicación de un porcentaje a una eventual base impositiva común del impuesto sobre sociedades.

No obstante, el Banco de España cita una serie de condicionantes, ya que este instrumento debe ser eficiente, regido por el principio de uso adecuado y proporcional de los recursos públicos; solidario, haciendo especialmente accesibles sus recursos a aquellos que más lo necesiten; equilibrado, eliminando riesgos de transferencias permanentes inducidos por comportamientos oportunistas de los miembros; y con una condicionalidad en el uso de sus recursos ligada a los propios objetivos de la estrategia de recuperación, con especial énfasis en potenciar las palancas de crecimiento.

IMPEDIR UN AUMENTO DESMESURADO DE LA CARGA FINANCIERA

A raíz de la crisis sanitaria, el déficit previsto actualmente para la UE en su conjunto es del 8,5% del PIB en 2020, mientras que el déficit en 2021 todavía se situaría en el 3,6%. De su lado, las previsiones de primavera de 2020 de la Comisión Europea proyectan una caída del PIB en 2020 del 7,7% y un aumento significativo del desempleo.

De forma paralela, en el corto plazo, junto con el aumento del gasto sanitario, el Banco de España espera que en los próximos meses se producirá una escalada muy importante de las necesidades de financiación públicas por el aumento del gasto asociado a los diversos programas puestos en marcha en toda la UE para contener el desplome de las rentas de colectivos muy amplios de la población y facilitar la liquidez y financiación de empresas y trabajadores autónomos.

Por todo ello, el propósito principal de la capacidad de compra de títulos de deuda pública de los estados por parte de este fondo es impedir un aumento desmesurado de la carga financiera inmediata de los países sujetos a un mayor estrés fiscal y permitir que estos acometan sin disrupciones la financiación de la recuperación y reconstrucción de sus economías.

La institución gobernada por Pablo Hernández de Cos defiende que este instrumento garantizaría el acceso a financiación a largo plazo, que en ocasiones puede verse constreñido, como sucedió en entre 2010 y 2012, a un coste más reducido que el que soportaría en ausencia del fondo.

Para el Banco de España, «urge» disponer de medios comunes de la Unión Europea para «facilitar» la finalización de la reconstrucción de las economías de todos los Estados miembro. El objetivo de esto es «evitar» episodios de desestabilización «como los que se vivieron durante la crisis de deuda soberana» que sufrieron varios países del euro durante la primera mitad de la década pasada.

Además, una vez que se relajen las medidas de confinamiento y se normalice el comportamiento de los agentes, espera que la potencia de estos canales sea máxima. En primer lugar, por la cantidad de recursos ociosos que habrá en las economías europeas. En segundo lugar, por la complementariedad con la inversión privada, y, finalmente, por la existencia de sinergias positivas entre las diferentes políticas de la Unión.


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