La pareja pasa por distintas fases según el tiempo que lleven juntos y, en ocasiones, esto puede hacer que la llama que se encendió en su momento, se vaya consumiendo poco a poco. No obstante, si los sentimientos son reales y fuertes, tan solo son etapas que hay que saber y querer superar.
La monotonía, los problemas económicos, laborales e incluso los hijos hacen que el desgaste, tanto físico como emocional, vaya mermando eso que sentías al principio por la persona que duerme a tu lado. A veces, te molesta todo lo que hace y dice. Te sienta mal si respira fuerte, si ronca, si habla o si no habla. Es una sensación de ahogo, de agobio y de querer salir corriendo muy lejos de donde esté.
Cuando te suceda eso, espera un segundo antes de huir y plantéate algunas preguntas necesarias para seguir o no leyendo este artículo.
Piensa en cuando tu pareja y tú os conocisteis y estabas de los nervios cuando tocaba veros. Recuerda ese instante en el que os disteis ese primer beso, esa primera caricia, esa sonrisa de soslayo que tan solo iba dirigida a ti, aunque hubiese mil personas delante. Intenta retener por un instante la primera vez que hicisteis el amor y sentiste cómo el mundo explotaba a tu alrededor. Una vez que hagas eso, detente y mírate al espejo. Si tienes cara de bobo es que la relación merece ser la pena salvada.
Las trabas las pones tú, no hay nada imposible si el amor existe en una pareja. Aunque, si sigues algunos pequeños consejos, puede que sea incluso fácil.
Priorizar a tu pareja
Hay momentos por X circunstancias que se te olvida que tu pareja necesita sentirse querida. Es normal que, con el paso de los años, eso vaya sucediendo poco a poco sin que ni siquiera te des cuenta y que llegue un día en el que pasen los meses y no os rocéis.
No estoy hablando de tener sexo salvaje, una cosa es mantener relaciones sexuales y otra es el sentirte querido a diario. Estamos en la era de la tecnología, en la que cualquier persona está al alcance de un clic. Recuerda que se tiene tiempo para lo que se prioriza; intenta darle un poco de importancia a quien daría su vida por ti.
Hay gestos que son muy sencillos de hacer, que no te cuestan nada y que para tu relación son un mundo. Mándale un mensaje sin venir a cuento, tan solo para decirle que lo extrañas. Dile las ganas que tienes de llegar para estar a su lado. Expresa tus sentimientos sin que sea tu aniversario. Los momentos especiales son a diario, no dejes que una fecha en el calendario impuesta por el consumismo, como es San Valentín, te diga cuándo debes amar al otro.
Te amo
Cuando amas a alguien quieres que esa persona esté bien por encima de todas las cosas. Para ello puedes sentarte a su lado y acariciarle la mano, mirarle a los ojos y decirle que lo amas. Cuando quieres una flor puedes cortarla; sin embargo, cuando la amas la riegas para que siga creciendo. Esto de la pareja es un poco lo mismo. Es necesario regar cada día al otro mediante pequeñas muestras de amor.
No se trata de comprarle flores, ni un teléfono nuevo. El cariño es de las pocas cosas que no se compran en esta vida. Vale más hacerle sentir especial que gastar dinero para demostrarlo. Lo material se acaba yendo, pero lo que sientes en el corazón es para siempre.
Recuerdos
Llena vuestra vida de momentos para recordar. Es tan sencillo como prepararle un baño para cuando llegue de trabajar, hacer la cena de forma especial o besarle cada lunar del cuerpo mientras duerme y lo miras con cara de bobo.
Las personas solemos recordar más los momentos malos que los buenos. Intenta crear recuerdos especiales para ambos. Haz que tú y tu pareja deseéis estar juntos, aunque tan solo sea viendo una película debajo de una manta en el sofá.
Caricias
Las caricias son las eternas olvidadas en una pareja. No se trata de tocar al otro solo cuando se tienen ganas de sexo. Las caricias son mucho más que un gesto de pasión, también son una demostración de amor.
Rozarle la mejilla mientras esté leyendo, bajarle la manga de la camiseta y besarle la piel desnuda del hombro, simplemente porque te apetece oler el aroma de su cuerpo. Las personas nos damos cuenta cuándo somos deseadas, y esas simples caricias pueden hacer que tu día sea maravilloso, pese a los problemas a los que tengas que afrontarte.
Hazle reír
La risa y la complicidad es crucial para que una pareja libere el estrés y las tensiones. Todos deberíamos tener un pequeño payaso dentro que salga en ocasiones especiales. Conseguir una sonrisa verdadera por parte de tu pareja es uno de los gestos más simples y, a la vez, más bonitos que puedes tener para con él.
La risa por momentos tontos en los que lo contemplas sonreír y sabes que tu mundo está completo tan solo con oírlo. El sexo está bien y es necesario también para que una pareja no deje de serlo y se conviertan en amigos, pero tampoco puedes olvidar que tu pareja puede ser tu mejor y más fiel aliado.
Antepón a tu pareja
Es más que probable que no os gusten exactamente las mismas cosas. Si los dos tuvieseis los mismos gustos por todo, la vida sería muy aburrida. En la diversidad está la perfección. Intenta involucrarte en las cosas que le importan o las que le apasionan.
No hay mayor satisfacción que ver una luz en la mirada de tu pareja cuando hace algo que realmente adora. Formar parte de ese instante hace que ese momento sea tan suyo como tuyo. Es importante valorar las inquietudes del otro, pero no solo pensarlo, también es necesario exteriorizarlo. Piensa que tu pareja no lee tus pensamientos, puede ser que no sepa lo que estés pensando.
Lo más importante para que la llama del amor no se acabe extinguiendo es quererse de forma sincera y desinteresada, siendo lo más noble el uno con el otro.
