Tanto los perros como el resto de los animales logran que tu corazón mejore tanto a nivel psicológico como físico. Las personas que aman a los animales saben que la relación que se tiene con un perro o con cualquier otro animal es como la que tienes con un familiar, o incluso a veces mayor.
Los animales te entregan su corazón sin pedir nada a cambio, son incondicionales, no te juzgan y estarán toda la vida a tu lado. Saben cuándo estás triste, enfermo, embarazada o hasta cuándo vas a morir. El cuerpo crea unos químicos antes de morir que el olfato del perro detecta.
En muchas ocasiones, los animales tienen más corazón que las propias personas. Ellos no entienden de raza ni de color. Simplemente, son felices con tenerte cerca y que le des un poco de cariño. A cambio de esta insignificancia el perro puede ayudar a que tu corazón mejore considerablemente.
Veamos cómo consiguen los canes esta proeza.
Enfermedades del corazón
Los perros ayudan a que tu corazón mejore, pero no solo eso, también baja los niveles de colesterol y la presión arterial.
Las personas que tienen un perro y han sufrido algún tipo de enfermedad cardiovascular, multiplican por cuatro sus posibilidades de mejora. En cambio, los que no lo tienen pueden sufrir otro ataque o enfermedad del corazón.
Obesidad
Los que padecen obesidad o sobrepeso tienen más factores de riesgo de sufrir colesterol, glucosa alta en sangre y, por lo tanto, las enfermedades cardíacas como un infarto, angina de pecho o ictus es algo que les acechan a diario.
Cuando tienes un perro te obligas a sacarlo a pasear y eso hace que hagas ejercicio y que dejes el sedentarismo si no quieres que el pobre animalito te haga pipí en casa. El que tiene un perro debe saber que son animales que necesitan ejercicio diario, pero tú no eres un can y también lo requieres.
Si tu cuerpo se mueve, pierdes peso, y el corazón y los pulmones se benefician de ese ejercicio haciéndose más fuertes. Al día se debería de andar un mínimo de unas dos horas, que serían unos ocho o diez kilómetros. A un perro hay que sacarlo a hacer sus necesidades un mínimo de tres veces al día. Si te marcas una rutina de paseo a un buen ritmo puedes conseguir superar esa meta con creces. No es lo mismo andar solo que ir acompañado por tu mejor amigo peludo.
Depresión
Tienes que tener en cuenta que no es recomendable adquirir un perro solo por razones egoístas. Ten en cuenta que son animales que dependen de ti para comer, estar sanos y tener una calidad de vida en condiciones.
Si estás deprimido, acariciar a un perro, mirarle a los ojos y ver cómo te salta y te lame la cara hace que se te olviden los problemas y que vuelvas a sonreír. Además, es una forma de obligarte a salir de casa y a volver a empezar.
Un perro no es un juguete, es un ser vivo con un corazón enorme que te amará toda la vida, por muy mala persona que tú seas. En las protectoras hay cientos de perros abandonados esperando tener una segunda oportunidad y una familia en condiciones. Si quieres tener un perro no lo compres. ADOPTA, te cambiará tu vida más que la de él.
Por tanto, los beneficios de tener un perro no solo mejoran nuestro corazón, sino que nos ayudan en otros muchos aspectos. Pero no sería buena idea, según los médicos, pensar en tener un perro solo por estas cuestiones, ya que un perro es un animal vivo que requiere de cuidados y atenciones que tenemos que estar dispuestos a darle.
