Mientras el Covid-19 avanza implacable por todo el mundo, cientos de charlatanes (desde curanderos de África al presidente de de uno de los países más importantes de América) están dando sus recetas para combatirlo: el ajo, el limón o el jengibre son alguno de los casos. Pero hay más, la oración o el abrazo a Dios, al que sea de la religión que sea, también servirá, dicen, para batir al coronavirus.
Así, con está idea de vencer el coronavirus como si fuera el demonio reencarnado en un cuerpo de proteínas muertas, como es un virus, todavía se permiten misas y concentraciones religiosas masivas. Un error sin precedentes que solo hará que extender todavía más el virus en aquellos países, además, más pobres para combatirlos.
LA BRASIL DE BOLSONARO SE ENCOMIENDA A DIOS
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, eximió el jueves pasado a las iglesias de los aislamientos por coronavirus al incluir las actividades religiosas con un servicio esencial. Un estatus que le habían pedido los líderes evangélicos del país. El conservador ha llegado a exclamar públicamente que los centros religiosos deben permanecer abiertos porque son “el último refugio” para muchas personas.
Obviamente, la medida va en contra de lo que gobernadores y alcaldes habían pedido para evitar que el contagio del virus se extendiese. La decisión, controvertida, puede salirle muy caro a la población brasileña y llevará a muchos de ellos, más de los necesarios, a reunirse con su salvador antes de tiempo.
EN ETIOPIA SE COMBATE CON LIMÓN Y JENJIBRE
Al parecer, la cura del coronavirus se encuentra en un país africano llamado Etiopia. Allí, los curanderos y charlatanes que invocan a sus dioses celestiales creen tener la solución a los problemas: el ajo, el limón y el jengibre. Cómo si el Covid-19 tuviera mitad de vampiro y mitad de escorbuto. Aunque, la idea puede parecer descabellada en países tan pobres como el africano la gente se lo cree y ha hecho que el precio de dichos alimentos se halla multiplicado por 3 en los últimos días. Así, muchos etíopes ven a su país como bendecido y, por lo tanto, protegido por la gracia de Dios.
EN NIGERIA SON RESISTENTES “POR QUE SON HIJOS DE DIOS”
La religión también es un salvavidas que hace a la gente creerse inmunes. Ese es el caso de Nigeria, donde cerca de uno de cada tres de sus ciudadanos está convencido que el coronavirus no podrá con él, debido a que es “hijo de Dios”. Por ello, las iglesias en el país siguen abiertas y acuden a ellas miles y miles de personas. En pocas semanas, se verá si realmente las intuiciones religiosas de los nigerianos sirven o se termina imponiendo la cruda realidad. Por el momento, apenas cuentan con un centenar de unidades de cuidados intensivos y los respiradores son más difíciles de ver que los milagros.
EN EL CONGO SE PIENSA QUE SOLO AFECTA A BLANCOS
En países como en el Congo la situación todavía es más prosaica. Allí, el coronavirus se ve como una enfermedad ‘mzungu’ que literalmente significa persona blanca. El hecho de que el primer castigo haya sido en occidente, en el mundo rico blanco, ha ayudado que sea visto de esa manera. Pero, Covid-19 no hace distinciones por razas como pronto comenzarán a ver los congoleños más pronto que tarde. Y, para lo que médicamente no están preparados.
TANZANIA
En Tanzania, uno de los países más pobres de África, es todavía peor. Su presidente, Jhon Magufuli, considera que la única curación posibles es en las iglesias. De hecho, explicó recientemente que “ahí es donde hay una verdadera curación. Corona es el diablo y no puede sobrevivir en el cuerpo de Jesús». Y quizás sea cierto. Al menos que lo piensa, porque el país apenas cuenta con una decena de UCIs y, probablemente, todavía menos respiradores. Aunque seguro, que uno o varios ya los tiene reservado el señor Magufuli por si Dios no vence al Diablo.