Endesa ha procedido a ajustar contablemente la previsión de cierre para su participación en la central de Almaraz, la primera que clausurará según el acuerdo de apagón nuclear alcanzado el año pasado por las compañías propietarias, aunque mantiene en 50 años la vida útil del resto de sus centrales.
Según consta en el informe anual de 2019 de la compañía, Endesa ha modificado la vida útil de los grupos I y II de la central de Almaraz (Cáceres) -donde posee una participación del 36%- con efectos desde el 1 de abril de 2019, como consecuencia de la solicitud de renovación presentada de los permisos de explotación para la planta a partir de abril de 2020, por un periodo de 7,4 años para el Grupo I y 8,2 años para el II.
En concreto, el grupo señala que el efecto de este cambio en el estado de su resultado consolidado del ejercicio anual de 2019 ha sido de un mayor gasto por dotación a la amortización por importe de 10 millones de euros respecto al ejercicio anterior.
Sin embargo, en sus cuentas el grupo no hace ningún tipo de revisión en el resto de centrales en las que es el principal accionista -Vandellós (72%) y Ascó (85%)-.
El acuerdo alcanzado por las grandes eléctricas y el Gobierno para el apagón nuclear hace casi un año contemplaba el cierre de todo el parque en el país entre 2027 (Almaraz) y 2035 (Vandellós y Trillo).
En el caso de todas las centrales, el protocolo nuclear recortaba el funcionamiento de estas plantas por debajo de los 50 años de vida útil en que Endesa estimaba en sus cuentas para estos activos.