Tras las tensas reuniones, cada vez es más probable que termine sucediendo un Brexit duro desde el Reino Unido, lo cuál tendría algunas consecuencias, y no buenas, para España.
Boris Johnson, primer ministro británico, afirma su posición de romper lazos con la Unión Europea el próximo 31 de octubre, exista o no un acuerdo previo. Ya hay instituciones y varios expertos que han alertado sobre los duros problemas a los que se enfrentaría, en principio, la economía del Reino Unido, la cual podría incluso entrar en recesión. Esto también es ampliable para el resto de la UE y, en extensión, para nuestro país.
Una rotura no negociada supondría dejar en el aire firmas de varios servicios financieros, rompiendo lazos comerciales. Pero no solo estas serían las consecuencias que tendría la desaparición del Reino Unido de la Unión Europea. Aún existen varias más.
Consecuencias para las importaciones de España tras el Brexit
Las primeras consecuencias que supondría el Brexit para España están relacionadas con el tema de las importaciones.
Según la patronal CEOE, el 4,06 por ciento de las importaciones españolas se tratan de bienes y servicios que han sido producidos en el Reino Unido. Es decir, más de 11.400 millones del consumo español dependen de forma directa del mercado británico.
Estas cifras son similares a las de los Países Bajos, aunque sí es algo menor que en otros países de la Unión Europea como Francia, Alemania o Italia, que suben del 7 por ciento y llegan incluso al 14.
El caso de las exportaciones
En el caso español, tienen más peso las exportaciones de bienes y servicios realizadas desde España al mercado británico, por lo que se verían más afectadas, si cabe, por el Brexit.
Estas representan el 7,2 por ciento de las ventas españolas en el extranjero, lo que se traduce en más de 18.900 millones de euros. También es algo más baja que en el resto de países europeos, como Alemania, Francia o Portugal. No obstante, supone una buena parte de nuestra economía general.
Debido a la separación sin negociaciones, habría que hacer frente a una fuerte amenaza: la arancelaria. Esta, si sucediera, podría afectar al 20 por ciento de todas las exportaciones realizadas en España al mercado británico, rondando los 18.000 millones de euros.
Riesgo para el turismo
El turismo británico es muy importante en nuestro país. En el caso de no negociarse y suceder un Brexit duro, sería uno de los sectores más afectados.
En el pasado año 2018 ya se produjo un descenso de la llegada de viajeros procedentes del Reino Unido a lo que se convirtieron durante años sus destinos tradicionales. Es el caso, por ejemplo, de la ciudad de Benidorm, cuna legendaria del turismo británico y que sufrió un descenso del 10 por ciento.
En líneas generales, 1 de cada 5 de los turistas que llegan a nuestro país proceden de allí. Esto se traduce en grandes cifras de consumo. El año pasado los turistas británicos gastaron en nuestro país más de 18.000 millones de euros.
PIB y empleo
El conjunto de todas estas consecuencias económicas también afectarían, de forma lógica al PIB y al empleo del país.
En resumen, la economía española podría perder hasta el 1 por ciento de su PIB poniéndonos en las peores consecuencias. Además, más de 70.000 empleos se destruirían.
Estas son las consecuencias más negras que podríamos ver en nuestro país en el caso de que sucediera un Brexit sin alcanzar ningún tipo de acuerdo.
Derechos para los residentes españoles
El gobierno británico ha prometido respetar los derechos de residencia de los ciudadanos españoles en el país.
Para ello, creará un registro de personas con «estatus de asentado». Sin embargo, esto no impide que los españoles residentes estén preocupados por su futuro, aún incierto. Un Brexit brusco podría tener consecuencias altamente difíciles de predecir.
Y es que son más de 130.000 los españoles que actualmente hacen vida en las islas británicas.
Qué ocurre con los residentes británicos en España
También habría consecuencias para los residentes británicos. En principio, nuestro gobierno asegura que no se quedarán sin papeles.
Sin embargo, su régimen jurídico sí cambiará. Aunque todo depende de los acuerdos a los que lleguen el Reino Unido y la Unión Europea. Podría darse el caso, si todo estuviera en regla, de formar parte del Espacio Económico Europeo, y así poder acceder y trabajar en España como si fueran comunitarios.
Esto permitiría la libre circulación de personas. No obstante, esto no encajaría con los ultra defensores de la separación desde el Reino Unido. Ellos piden que se limite la inmigración en su país, por lo que el acuerdo no podría suceder.
Se ha paralizado la demanda de hogares y empresas
Debido a la enorme incertidumbre que existe con respecto a la fecha de salida y a que suceda un Brexit duro y desectructurado, se ha paralizado la demanda de hogares y empresas.
El primer ministro tampoco ayuda a despejar el panorama. Ni en Reino Unido ni en España. Las soluciones a estos problemas son difíciles de poner, pues el gobierno del primero podría sufrir una moción de censura y el de nuestro país aún se encuentra en funciones.
Por tanto, el panorama político no ayuda en nada a atajar los posibles problemas que se desencadenarán en caso de una decisión equivocada. De hecho, son consecuencias que ciertos sectores, como el de la vivienda, ya viven desde hace algún tiempo.
Sectores comerciales más afectados
El gran perdedor en caso de un Brexit duro, según el Banco de España, será el comercio bilateral. Los sectores más afectados serán el del automóvil y el de la agroalimentación.
El sector exterior parece resistir, al menos de momento, debido al abastecimiento de bienes no perecederos. Ambos países están acumulando stock en el caso de que sucediera algo dramático en las próximas semanas.
Sin embargo, las exportaciones e importaciones ya se han visto afectadas. Han caído desde el anuncio de la ruptura un 7 y un 1 por ciento respectivamente. Esto puede ser fatal para los acuerdos económicos que históricamente han tenido ambos países.
