El consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, ha resaltado el compromiso de la entidad por cerrar el proceso de reestructuración de la plantilla “lo antes posible” y, como en anteriores ocasiones, con un acuerdo con los sindicatos.
Tanto el consejero delegado como el presidente de CaixaBank, Jordi Gual, han destacado durante la presentación de resultados anuales la necesidad de adaptar la red comercial del banco a la nueva realidad de la banca y los clientes. “Se trata de un ejercicio de prudencia para anticipar acontecimientos futuros”, ha explicado el presidente del banco. “Ante el cambio digital y los tipos bajos es obligado repensar la red de oficinas para atender mejor a los clientes”, ha ahondado.
Tras la cuarta reunión con los sindicatos, los directivos no han puesto fecha a la firma del acuerdo ni una estimación de los costes que supondrá la reestructuración de la plantilla, estimada en torno a los 2.000 despidos y el cierre de 800 oficinas. Sí han dejado claro que “no se contempla una rebaja del sueldo de los empleados”. “La tradición siempre ha sido alcanzar un pacto con los sindicatos y nos dejaremos la piel para lograrlo”. Para ellos también ha habido un mensaje. “Les pedimos que, al igual que nosotros, hagan lo posible y lo imposible para llegar a un acuerdo satisfactorio”, ha declarado Gonzalo Gortázar.
Los máximos dirigentes del banco han mostrado su apuesta por las oficinas urbanas Store y el modelo Agrobank que les ha llevado a tener más de 1.000 oficinas en localidades con menos de 10.000 habitantes. CaixaBank va a realizar una inversión de 250 millones de euros como parte del Plan Estratégico presentado el año pasado en Londres para duplicar el número de sus sucursales Store en las grandes ciudades, lo que implicará el cierre de algunas otras. “Los clientes tendrán que andar un poquito más, pero irán menos veces, podrán hacer más operaciones y obtendrán un servicio mejor”, ha incidido el consejero delegado. “Veamos el vaso medio lleno”, ha apostillado.
En cuanto a la red rural, Gonzalo Gortázar ha sido muy claro. “No queremos irnos de un solo pueblo de España”, ha afirmado. “Mantener nuestra presencia en la red rural ha sido un gran acierto y esa propuesta de valor es imbatible; no nos cuesta dinero y es sostenible”, ha explicado el consejero delegado de la entidad en Valencia. “Ahora”, ha especificado, “en algunas poblaciones habrá una mayor flexibilidad laboral con menos empleados”.
CAIXABANK, MUDO SOBRE BBVA Y BANKIA
Tanto Jordi Gual y Gonzalo Gortázar han pasado de puntillas sobre el tema estrella en la presentación de resultados de todos los bancos españoles: Francisco González y el espionaje del excomisario Villarejo. “No vamos a comentar nada de lo que sucede en otras entidades”, ha zanjado el presidente en la primera pregunta al respecto.
En cuanto a la posible repercusión negativa en la reputación del sector por los escándalos de BBVA, el máximo directivo de CaixaBank ha destacado que el banco que preside “tiene un claro enfoque en la Responsabilidad Social Corporativa y tratamos de responder a nuestros valores”. Del mismo modo, ha recordado que el 40% del banco es propiedad de la Fundación la Caixa a través de Cirteria. Por tanto, los en torno a 800 millones de euros que han recibido “serán revertidos en la sociedad”.
Sobre la posibilidad de un futuro acercamiento hacia Bankia, los directivos han mantenido su hermetismo y prudencia. “No tenemos ninguna operación corporativa en nuestro Plan Estratégico; no corresponde ir más allá de que estamos centrados en dar un mejor servicio a los clientes y llegar a un acuerdo con los sindicatos”, ha declarado Gonzalo Gortázar. En línea con el mensaje del consejero delegado, el presidente ha reiterado que “tenemos un modelo de negocio exitoso y estamos muy enfocados en él”.