La industria musical con Universal Music Group de Vivendi, Sony y Warner Music Group a la cabeza cargan contra Spotify por incumplir con los contratos contraídos en la reproducción de vídeos y no pagar a los artistas.
Spotify presenta vídeos musicales en la parte superior de muchas de sus listas de reproducción, que según la compañía es una forma de promocionar artistas a sus 180 millones de usuarios. Pero ejecutivo de Universal Music Publishing, Marc Cimino acusa al gigante de no pagar más por los vídeos como había asegurado.
La disputa, que hierve a fuego lento durante meses, amenaza con hacer explotar las relaciones que han ayudado a la industria discográfica a salir de un agujero de casi dos décadas y permitir que Spotify se eleve.
«Queremos permitir que nuestros socios digitales experimenten y, al mismo tiempo, asegurarnos de que nuestros compositores reciban los pagos correctos», añade Cimino en su primera entrevista sobre la disputa. «El audio es diferente al vídeo».
PRUEBAS DE SPOTIFY
Además, Spotify introduce o prueba rutinariamente nuevas funciones sin acuerdo sobre la compensación, denuncian los ejecutivos de la industria. En respuesta, han obstaculizado la expansión de la compañía en nuevos territorios y se movieron para reforzar los lazos con sus rivales más grandes.
Ambos lados coinciden en que su relación es inestable. Los ejecutivos de la música llaman a Spotify un «socio malo, arrogante, poco confiable», y se apresuran a señalar que tales servicios son populares solo por la música. Por su parte, Spotify asegura que las etiquetas son «retrospectivas y ahoga sus intentos de innovar».
No obstante, la prueba más grande está por llegar. La plataforma, con sede en Estocolmo, está a punto de iniciar conversaciones sobre nuevos contratos con las tres principales discográficas. Los acuerdos determinarán si la compañía se puede convertir su servicio en uno negocio rentable.
Lucas Shaw para Bloomberg