viernes, 13 diciembre 2024

La encrucijada que enfrenta Draghi para salir del plan de estímulos

Los asesores políticos del Banco Central Europeo se cuestionan cuánto estímulo ofrecer una vez que la compra de bonos se detenga.

La evaluación de estos asesores influirá en la estrategia del BCE para poner a fin a su programa de estímulos, pero los responsables no pueden ignorar que su plan de flexibilización se traduce en que los inversores se centren más en el flujo mensual de adquisiciones y no en el endeudamiento acumulado en los últimos tres años.

“Los mercados tratan de entender el pensamiento del BCE cuando leen el flujo de compras”, sostuvo Jamie Murray, economista de Bloomberg Intelligence en Londres.  “Los cambios en los flujos pueden contarnos cuándo es que las tasas de interés comenzarán a subir”.

El enfoque del BCE pone cualquier observación oficial bajo microscopio. Los responsables políticos son conscientes del desafío de comunicar una salida de QE, el plan de estímulos con el que dotar al sistema económico de liquidez aumentando la cantidad de dinero en circulación. Un informe de la reunión del Consejo de Gobierno del 19 al 20 de julio mostró que los miembros pidieron considerar el tema.

Las fuentes que revelaron esta información pidieron no ser reveladas porque las discusiones internas son confidenciales.

El Banco Central Europeo ha acumulado cerca de 10.700 millones de euros, número que ascendería hasta 640 mil millones para 2020.

Hubo un momento en que el presidente del BCE, Mario Draghi, parecía inclinarse hacia un objetivo definido, señalando en septiembre de 2014 que el balance del BCE se expandiría en un billón de euros para evitar amenazas de deflación.

Este balance se ha ampliado desde entonces más de dos veces después de que la promesa se convirtió en un objetivo mensual -actualmente en 60 mil millones de euros-, sin un  punto final definido. La orientación del Consejo de Gobierno de que las compras pueden incrementarse “en términos de tamaño y duración” si el panorama se agrava contribuye a alimentar el interés de los inversores en este plan, al igual que la reinversión del BCE de la deuda vencida.

Desde marzo, el banco central ha acumulado cerca de 10.700 millones de euros, según la firma ABN Amro, un número que aumentaría hasta 640 mil millones de euros a finales de 2020.

¿Qué sucederá ahora?

Draghi no ha hecho comentarios sobre qué sucederá después, prometiendo únicamente que las compras no pararán abruptamente, y que la decisión se tomará en otoño. Los analistas aspiran a que anuncie que el plan continuará a un ritmo reducido a partir de 2018, y que será gradualmente eliminado el próximo año.

El fortalecimiento de la recuperación económica permitiría al banco central ajustar sus parámetros políticos

Si el jefe del BCE desea introducir estos temas para los debates del Consejo de Gobierno en su próxima reunión del 7 de septiembre, tiene al menos dos oportunidades. Hablará en el sur de Alemania el 23 de agosto y dos días después se dirigirá ante la Reserva Federal en Jackson Hole, Wyoming.

Su enfoque actual se hace eco de la estrategia que la FED usó en su tercer programa de estímulos de 2012 a 2014. Mientras que el entonces presidente Ben Bernanke pudo calibrar el estímulo basado en los datos entrantes, envió a los mercados globales a negociar.

Dragui tuvo una experiencia similar en junio al argumentar que el fortalecimiento de la recuperación económica podría permitir al banco central ajustar sus parámetros políticos. Eso se tomó como una señal de que la disminución de la tasa de interés está en pendientes, haciendo que el euro y los rendimientos de los bonos suban, lo que llevó al BCE a decir que los inversores habían interpretado equivocadamente el mensaje.

Cuando a Dragui se le preguntó en 2016 cómo la teoría de stock versus flujo tendría impacto en el desarrollo del estímulo monetario, dijo que el Consejo de Gobierno no había discutido el asunto aún.

Stock de deuda versus flujos

Desde entonces, el problema ha burbujeado y miembros del consejo están preocupados de que el efecto del plan de estímulos se desvanezca.

Otros no están de acuerdo. Ardo Hansson, miembro de Estonia, dijo en una entrevista con el diario Aripaev que la “economía está apoyada no por las compras de bonos, sino por el balance del banco central”.

El balance del BCE se expandiría en un billón de euros para evitar amenazas de deflación.

El Banco de Pagos Internacionales, que ha monitoreado los programas de facilitación cuantitativa de los bancos centrales desde su creación, abordó la cuestión en términos globales en su informe anual de 2017, señalando las implicaciones para cualquier estrategia de salida del plan.

Según la institución, la opinión predominante entre economistas es que el stock de deuda es más importantes para los precios de los activos, pero también es posible que los flujos importen. “Las preocupaciones sobre los efectos del flujo inducirían a los bancos centrales a prestar más atención para suavizar las transacciones reales y reforzarían el argumento del gradualismo”.


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