Draghi exige a los bancos que se miren el ombligo antes de criticar

Mario Draghi se ha cansado de las críticas y ha decidido pasar al ataque. El presidente del Banco Central Europeo (BCE) cree que los bancos tienen «margen más que suficiente para mejorar su rentabilidad» y, por tanto, deben dejar de quejarse porque el entorno de tipos (en el 0%) sea desfavorable para ellos. Por eso el italiano ha decidido clamar a los cuatro vientos, y cada vez que tiene ocasión, que ahora lo que le toca a la banca europea es ajustarse el cinturón y mejorar las rentabilidades por la vía orgánica. Es decir, recortando todavía más los costes. No sólo en términos de personal, también con el cierre de oficinas, el incremento de la eficiencia, la reducción salarial, etc.

De hecho, el gobernador está convencido de que si los bancos salen bien puestos en la foto ahora mismo es por la labor del Banco Central Europeo durante la crisis. Cree que el entorno de tipos bajos que tenemos les ha ayudado en varios aspectos. Primero, porque se ha puesto una barra libre de dinero; segundo, porque el BCE ha asumido compra de bonos; tercero, porque los tipos 0 han favorecido una reducción del coste de la deuda de hogares y empresas. De este modo, el avance de la recuperación económica y la caída del desempleo, han hecho reducir los impagos. Es decir, que se las tasas de morosidad.

Así que el mensaje que Draghi lanza ahora a los banqueros es el de que se pongan el mono de trabajo. Que es cierto que el negocio de prestar dinero está complicado; pero también que cuando se les saca una foto fija, les salen las vergüenzas al aire porque su eficiencia no ha mejorado desde el año 2010. En concreto, les ha dicho que si se les compara con otros bancos internacionales «la comparativa es desfavorable».

Y razón no le falta. Si tomamos la rentabilidad media de la banca europea (RoE) entre 2006 y 2016 nos llevamos una sorpresa. En el año 2006 (año pre-crisis) el RoE llegaba al 20%; una década después la tenemos situada en el 5%. Es decir, que prácticamente no generan un retorno para pagar el capital; y es o es un problema para los bancos.

La reprimenda de Draghi ha llegado en Madrid, en la sede del Banco de España, durante la I Conferencia de Estabilidad Financiera; de ahí que pese a la bronca haya querido tranquilizar a los mercados. Los bancos europeos son solventes ya que «no hay alertas de desequilibrios extendidos, aunque hay algunas áreas localizadas que sí requieren de vigilancia». Es decir, que le preocupa lo que está pasando en Italia y en Portugal; en menor medida en España con el Popular ya que es una entidad mediana.

De hecho, ha alabado la prudencia de los bancos en los últimos años a la hora de prestar dinero. Algo que, sin duda, es beneficioso para el sistema pues limita las posibilidad de volver a vivir una burbuja crediticia. Eso sí, alerta de que «aunque no hay burbujas a la vista», conviene tener controlado el sector inmobiliario. En concreto, el BCE se fija en el sector ‘prime’ y el mercado de oficinas porque está creciendo a niveles muy por encima de las medias históricas de los últimos años.

Así que para prevenir problemas ha lanzado otros cuatro avisos a quien quiera escucharle. El primero, que conviene avanzar en la unión bancaria; el segundo, que hay que seguir avanzando en un seguro de depósitos a nivel europeo; el tercero, un fondo único de resolución bancaria y, por último, que los reguladores nacionales empiecen a tomarse en serio la ‘banca en la sombra’. Es decir, toda la actividad que hay más allá del sistema financiero, y que permite el mercado de préstamos y bonos. Una actividad que ahora mismo no cuenta con regulación por parte del Banco Central Europeo, y que en muchos países empieza a considerarse un problema ante la falta de colchones de capital con los que cuentan.