Por qué el tiempo pasa volando

El tiempo y su comprensión no son innatos al ser humano. Solo hay que ver a los niños por la mañana, en lugar de darse prisa para ir a la escuela nos enloquecen a todos con su lentitud.

Parménides de Elea, cuatrocientos años antes de Cristo, afirmaba que el tiempo es diferente de lo que parece: en otras palabras, es una ilusión de la realidad encubierta. San Agustín, mil años después, decía que es un movimiento psíquico y no de la naturaleza.

En tiempos modernos, para encontrar un estudio serio sobre el tiempo, tenemos que esperar a Newton; para él, el espacio y el tiempo son dos aspectos independientes y absolutos; La teoría de Einstein de la relatividad especial, demostrando que nada puede ir más allá de la velocidad de la luz, implícitamente está de acuerdo en pensar que el presente, el futuro y el pasado son solo conceptos relativos y que el uno es dependiente del otro y, a continuación, en contra de como había afirmado Newton, no es absoluto; más tarde formula las ecuaciones de lo que llamará la relatividad general, con la que es posible destacar, sin ninguna sombra de duda, que el tiempo absoluto no existe; la física cuántica descubre que, a escala microscópica el espacio-tiempo, deja de ser una red continua, y se convierte en discontinua, a la que se la denominará espuma espacio-tiempo o espuma cuántica; última etapa, el tiempo desaparece para convertirse en átomos de espacio.

el tiempo de la nena

El tiempo y la neurociencia

Por lo tanto, hasta la fecha, las investigaciones más recientes nos llevan a decir que el tiempo no existe, es tan solo una ilusión.

Volviendo al principio del argumento, nadie ha nacido con una comprensión innata del tiempo, y los niños deben aprender a sincronizar y coordinar su comportamiento con el resto del mundo.

La neurociencia no se ha mantenido al margen y también ha buscado saber por qué el tiempo pasa volando, sobretodo, cuando nos divertimos. Para ello han esclarecido el papel de la dopamina en la percepción subjetiva del paso del tiempo.

Las neuronas de la sustancia negra, el centro nervioso que produce dopamina y que enferman la primeras en la enfermedad de Parkinson, serían las responsables de la percepción subjetiva del paso del tiempo y de la duración de los eventos de la vida. Así lo afirma un estudio publicado en Science y realizado en ratones por un equipo de investigadores del Champalimaud Centre for the Unknown de Lisboa, Portugal.

Percepción del tiempo, dopamina y el Parkinson

Es un dato común que el tiempo puede dilatarse y encogerse, en función de la experiencia que estás viviendo. Un evento agradable, por ejemplo, nos puede parecer breve mientras que un evento triste o aburrido con la misma duración, puede parecernos interminable. Además del valor positivo o negativo de la experiencia, otros factores influyen en la percepción y la evaluación subjetiva del tiempo, como puede ser el grado de motivación, atención, un cambio de estimulación sensorial, una nueva experiencia y el estado emocional.

Además, un número de trastornos neuropsiquiátricos pueden afectar a la capacidad de evaluar la duración de los eventos y distorsionar la percepción del tiempo, como en la esquizofrenia, el trastorno de hiperactividad y déficit de atención, el temido ADHD, y la enfermedad de Parkinson.

Sólo las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra, una región profunda del cerebro, que se enferma y degenera en la enfermedad de Parkinson, parecen estar implicadas en los sucesos temporales y la percepción subjetiva del paso del tiempo.

el tiempo y la sustancia engra

Alterar la percepción del tiempo estimulando la sustancia negra

Los datos recogidos hasta este momento, sobre la función de las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra en la percepción del tiempo, explica Sofía Soares en la introducción de estudio, “no son para nada claros a causa de algunas limitaciones técnicas de los experimentos realizados.”

Los investigadores portugueses han utilizado la optogenética mas avanzada de las técnicas de estudio neurocientífico en el animal que permite activar y desactivar pequeños grupos de neuronas, combinados con los test de comportamiento en ratones. “En particular”, continua explicando la Dra. Soares, “a través de la optogenética, hemos encendido o apagado las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra, y las ratas tenían que reconocer si el intervalo de tiempo transcurrido entre dos sonidos era largo o breve. Si el reconocimiento era correcto, los ratones recibían una recompensa“.

”En primer lugar, demostramos que las neuronas dopaminérgicas de la sustancia negra“, dice Sofia Soares ”se activan en correspondencia con el segundo sonido, marcando el ritmo de los acontecimientos que tienen lugar en el mundo exterior”.

el tiempo y los ratones

El verdadero descubrimiento de los investigadores portugueses hace referencia a la posibilidad de distorsionar artificialmente la percepción del tiempo. “De hecho,” afirma Sofía Soares todavía “encender las neuronas de la sustancia negra de los ratones percibían una dilatación del intervalo de tiempo entre los dos sonidos, mientras que apagándolo conseguimos una percepción más cercana de los dos sonidos, aunque el intervalo de tiempo no se hubiera modificado. Por lo tanto, en el primer caso los ratones recibieron la recompensa antes de lo previsto, mientras que en el segundo, la recibieron más tarde“.

El descubrimiento es de importancia fundamental para la comprensión de las bases neurobiológicas de la percepción del tiempo. Cabe señalar que la dopamina se libera en mayor medida cuando estamos motivados o las circunstancias son agradables, entonces, es cuando somos recompensados emocionalmente por los acontecimientos externos.

La sensación de que el tiempo vuela cuando experimentamos placer“, concluye Sofia Soares ”se deriva de una compleja interacción entre el momento de la liberación de dopamina y la sobreestima del momento de la recompensa que se produce antes de lo previsto, dando la sensación de que el tiempo que se transcurre más rápidamente

Por último, el estudio puede proporcionar pistas valiosas sobre el déficit en la percepción del tiempo que, en pacientes con enfermedad de Parkinson, causan anomalías de integración entre la información sensorial y las órdenes motoras.