La orden antimusulmanes de Donald Trump hace estallar al mundo de la tecnología

La prohibición, vigente por ahora durante 90 días, de que inmigrantes de países de mayoría musulmana como Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen entren en el país, ni siquiera aquellos con permiso de residencia o doble nacionalidad canadiense, ha sentado como un jarro de agua fría en un sector como el tecnológico, que en EEUU depende en buena medida del talento extranjero.

Resulta estremecedor leer este hilo de Kumail Nanjiani, el actor paquistaní que interpreta a Dinesh en la serie de HBO Silicon Valley:

«Hay 1.500 millones de musulmanes en el mundo. Si todos fuésemos peligrosos no podrías firmar un #muslimban (prohibición a musulmanes). Hay gente con permisos de residencia que no pueden volver al país. Su país. Saltaron por todos los aros para demostrar que merecían estar aquí”, lamentaba. Ya en tono irónico, lamentaba: “Este #muslimban está afectando a nuestras reuniones quincenales sobre cómo minar la civilización occidental«.

Pero es “sólo” un actor. Mucho más importante es qué están diciendo los altos ejecutivos de compañías. Como Reed Hastings, CEO de Netflix, que en un comunicado dejó las cosas bien claras:

“Las acciones de Trump perjudican a los empleados de Netflix en todo el mundo y son tan antiamericanas que nos duelen a todos. Además, estas actuaciones harán de América un lugar menos seguro –por el odio y la pérdida de aliados– y no lo contrario. Es una semana muy triste y lo será más con las vidas de más de 600.000 Soñadores en EEUU bajo una amenaza inminente. Es hora de unir fuerte los brazos para proteger los valores estadounidenses de libertad y oportunidad”.

Tim Cook, CEO de Apple, estuvo a la altura al afirmar que su compañía no existiría sin inmigrantes. Un guiño al hecho de que el padre de Steve Jobs era, precisamente, un inmigrante sirio.

«Apple no existiría sin inmigración, no habría logrado crecer e innovar como lo hicimos (…) Comparto vuestras preocupaciones, no es una política que apoyemos», afirmó. Y citó a Martin Luther King: «Puede que hayamos venido en distintos barcos, pero todos estamos ahora a bordo del mismo navío».

El inversor Sam Altman pidió a los líderes sectoriales una mayor oposición a Trump.

Elon Musk, el ‘Iron Man de la vida real’, padre de Tesla y SpaceX, mostró también su repulsa por la orden ejecutiva.

Travis Kalanick, CEO de Uber y no valorado precisamente por su sensibilidad ni su delicadeza, sorprendió al afirmar que esta prohibición afectará a “mucha gente inocente” y que sacará el tema cuando se reúna con Trump en el primer encuentro de su consejo de asesores empresariales. Su disposición a trabajar con Trump había generado ya mucha controversia.

Más agresivo fue Logan Green, CEO de Lyft, rival de Uber: “Lyft ha trabajado duro para crear una comunidad inclusiva diversa y consciente en la que todos nuestros conductores y pasajeros se sienten bienvenidos y respetados. Prohibir a gente de una religión entrar en EEUU es contrario a los valores esenciales de Lyft y de nuestro país».

El CEO de Google, Sundar Pichai, fue con pies de plomo y se limitó a hablar del impacto de la orden sobre empleados de la compañía y sus familias, así como de la creación artificial de barreras al talento en EEUU. Hasta el momento se verían afectados cerca de 200 empleados de la compañía

El consejero delegado de Microsoft, Satya Nadella indicó: “Como inmigrante y CEO, he experimentado y visto el impacto positivo de la inmigración en nuestra compañía, en nuestro país y en el mundo. Seguiremos defendiendo este tema tan importante”.

El cofundador y CEO de Airbnb, Brian Chesky, no sólo protestó sino que ofreció refugio a los necesitados:

CheskyMark Zuckerberg, CEO de Facebook y alineado inicialmente con Thiel y Trump, habló de su preocupación por las órdenes ejecutivas firmadas por el Presidente. “Tenemos que mantener a salvo este país, pero deberíamos hacerlo centrándonos en gente que realmente supone una amenaza. Deberíamos mantener nuestras puertas abiertas a refugiados y a quienes necesitan ayuda”. Su empresa afirmó estar comprobando el impacto en su plantilla de la medida antes de decir cómo proteger a su gente y sus familias.