Las tácticas más increíbles para intentar engañar al seguro

Ni más ni menos que 1.000 millones de euros son los que cada año sufren ‘en sus carnes’ las compañías aseguradoras debido a los diferentes tipos de fraude. En concreto, y por poner un ejemplo, los pagos indemnizatorios fraudulentos detectados por AXA en 2018 fueron de 66,2 millones de euros, un 5,5% más que el año anterior. “Defraudar al seguro no es una cuestión de picaresca, sino un delito que puede llegar a acarrear penas de cárcel”, advierte Philippe de Mingo, director de Fraude de AXA España.

Auto sigue siendo el ramo que concentra el mayor porcentaje de fraude al seguro, con casi el 50%, aunque ha descendido de manera significativa. En 2012, dicho porcentaje era del 70%. Sin embargo, el ramo de Multirriesgo (Hogar, Comercio y Oficinas y Comunidades) ha aumentado hasta el 40%. Y ahí el ‘culpable’ tiene nombre propio: Hogar.

Muchas, y variadas, son las formas de engañar al seguro. Por ejemplo, un coche se dedica a hacer trompos en los alrededores de una feria. El conductor, ebrio, acaba perdiendo el control, y choca con una de las atracciones. Dado su estado etílico, el conductor cambia de posición con el copiloto, que no había bebido.

Uno de los fraudes más comunes es inflar la cantidad que se demanda por el daño causado

El feriante, por su parte, incrementa los daños causados por el incidente hasta los 165.000 euros. Revisados dichos daños, se quedan en unos raquíticos 600 euros. Este ejemplo es muy significativo porque abarca una de las tres tipologías de fraudes que existen en la actualidad. En concreto, la denominada ocasional u oportunista, que no es otra que aquella que aprovecha un hecho real (en este caso, el daño en la atracción), para inflar el dinero solicitado. A la par, el conductor intenta ‘lavarse las manos’ y no sufrir las posibles consecuencias de su estado etílico.

Junto al fraude ocasional u oportunista, está el denominado premeditado que, en esta ocasión, se trata de un hecho ficticio. Aquí podría señalarse el conocido como ‘parte de favor’. ¿En qué consiste? Una persona tiene un seguro de auto a terceros, y llega a un acuerdo con un amigo, que lo tiene a todo riesgo, para que de esta manera la responsabilidad no le impacte.

Y, por último, está el fraude organizado por tramas, en el que cada uno de los componentes se atribuye diferentes roles. Es común que el cabecilla capte personas para alegar reclamaciones falsas (fraude criminal) o que, incluso, lleguen a tirarse literalmente ante un coche para así reclamar las pertinentes indemnizaciones. “Se dio un caso de este tipo. Pero dicha persona, al ver que el coche llevaba una cámara, y había sido grabado lanzándose al coche, desapareció literalmente y no reclamó”, añade Philippe de Mingo.

EL FRAUDE AL SEGURO SE PROFESIONALIZA

Según el VI Mapa AXA del fraude en España, los casos premeditados, aquellos que han sido planificados con antelación, suponen ya el 47,5% del total de los casos, frente al 41% de un año antes. El organizado, por su parte, ha subido desde el 1% del total en 2015, al 2,6% en 2018.

En el pasado año también fue significativo que bajase el número de fraudes causados por lesiones corporales en el auto. “La aplicación del nuevo baremo aprobado en 2016, que hace que sean necesarias pruebas médicas para reclamar lesiones, ha dificultado la reclamación por este tipo de actos. También la reforma del Código Penal, por lo que el defraudador tiene que acudir a la vía civil, y las costas están a su cargo si pierde, han reducido de manera significativa los casos relacionados con los daños corporales”, matiza de Mingo. El latigazo cervical, por esta necesidad de aportar pruebas médicas, se ha reducido considerablemente.

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¿Más ejemplos de fraudes? La persona que ha tenido daño en un aparato eléctrico, pero que añade otros que, por decirlo así, ya necesitaban un Plan Renove. Otra que aprovecha una fuga de agua real, recibe la indemnización, pero no repara los daños y, días después, vuelve a reclamar por otra fuga similar. O aquel otro que, habiendo sufrido los efectos climatológicos en su almacén, aprovecha para decir que los muebles que tenía allí guardados han sido dañados por el fuerte aguacero. Lo curioso es que, una vez analizada el agua por los peritos, esta no procedía de la lluvia, sino del grifo: había utilizado una manguera para mojar los muebles. También hubo quien usurpó la identidad de 36 personas ya fallecidas para contratar diferentes seguros de Hogar. Fue detectado el fraude porque todas tenían la misma cuenta bancaria.

La detección de los casos de fraude tiene un impacto en la prima final que se paga. Durante 2018, los pagos evitados por casos de fraude y que no fueron repercutidos en el resto de los asegurados, supusieron un ahorro del 5% en el seguro de Auto, o del 19% en los casos de Responsabilidad Civil. «Un caso curioso es el de un robo en una casa. Hecho el inventario, se hubieran necesitado 22 camiones para haber sacado todo el material de la casa que la persona dijo que había sido sustraído”, concluye el experto de AXA.