La temporada 8 de ‘Pesadilla en la cocina’ se paró en seco debido al covid y aún queda un capítulo por emitir y más por grabar, pero por ahora no hay novedades al respecto. Mientras, vamos a repasar y adentrarnos en los trapos sucios del programa de Chicote, con tanto éxito como sospechas y denuncias de irregularidades y manipulaciones por parte de participantes y parte de la audiencia, como se han visto en redes sociales.
Por ahora, al margen de esto, no se sabe cuándo podremos ver nuevos caso de Chicote de la temporada 8, aunque el propio chef madrileño confirmó que la temporada volverá con nuevos restos. La pandemia ha trastocado todo y por las características del programa, obviamente ha sido una de las producciones más afectadas.
¿’Pesadilla en la cocina’ no es lo que parece?

Alberto Chicote y su programa ‘Pesadilla en la cocina’ es ya un clásico de la televisión. Nos ha dejado momentos míticos de broncas, negligencias, humor, tensión y sobre todo de suciedad. Y es que uno de los momentos más esperados del cocinero en cada programa, junto con la degustación previa de los platos que ofrece el restaurante, es cuando entra a inspeccionar por primera vez la cocina. Hemos visto de todo allí, extremos que nos hacían dudar que fuera cierto y menos aún cuando saben que iban a grabar y lo vería toda España. ¿Estaba todo forzado y preparado?
Cuántas veces no hemos tenido casi que apartar la vista cuando el cocinero madrileño ha pasado el «algodón» con sus propias manos, recogiendo porquería o descubriendo despensas y congeladores más propios de la casa de los horrores, cuando no bichos pululando por ahí. Muchos seguidores del programa estaban convencidos de que todo eso estaba planeado y que es imposible que en la realidad ocurran esas escenas, al menos mientras va a ir un gran chef a reflotar tu negocio.
Peor el remedio que la enfermedad

A lo largo de sus más de siete años en antena, Alberto Chicote ha pasado por centenares de restaurantes en situación calamitosa, dispuesto a poner en marcha su método de gestión de éxito. Sin embargo, para más del 70% de los locales visitados y expuestos públicamente en la dinámica del programa, la auténtica pesadilla en las cocinas llegó tras el paso del televisivo chef. La visita, consejos y broncas de Alberto Chicote no siempre han terminado en negocios de éxito tras su marcha. Muchos de esos restaurantes tuvieron que echar el cierre al poco de la emisión o paso de Alberto Chicote por sus cocinas.
¿Sirve de algo por tanto ‘Pesadilla en la Cocina’? Esta es una pregunta recurrente entre espectadores y propietarios de restaurantes. Si googleamos algunos de las cocinas a las que Alberto Chicote honró con su visita y su dinámica de broncas, charlas de motivación y remodelaciones a lo grande, en muchos casos vemos que las opiniones apuntan a un cierto renacer de los locales que pronto caen en las mismas rutinas y malos hábitos, o simplemente no pueden hacer frente a las deudas y se ven abocados al cierre. Y es que, aunque la intención de Alberto Chicote y su equipo es buena, no siempre consiguieron ser el salvavidas para estos negocios. También, como siempre, la gente piensa mal y ve en alguno de esos casos una simple oportunidad de renovar el negocio para luego venderlo a mejor precio.
Un dueño que señala a ‘Pesadilla en la cocina’

Ante tanto rumor había que confirmarlo desde dentro. Lo que le faltaba a ‘Pesadilla en la cocina’, pero el momento llegó de la mano del dueño de uno de los restaurantes que participó en el programa. Fue Antonio Domínguez, que regentaba ‘A la parrilla’ (ahora, ‘Casa Cancebo’) y que cargó contra el programa en una entrevista en Huffington Post en 2019 , indicando que todo era mentira.
«Es todo un poco teatro. La mayoría de las cosas es mentira, ellos tienen que hacer un programa para que tenga tirón, porque si sale todo bien no tendría gracia», asegura Antonio. Pero va más allá, ya que no fueron ellos quienes contactaron con el programa para solicitar ayuda, sino al revés. «Nos contactaron ellos. Nosotros no estábamos muy mal. Vi que en las primeras temporadas se gastaban dinero en la reforma y por eso acepté. Dije, me van a poner un poco de tonto, pero si me arreglan el restaurante, pues bueno, dame pan y llámame tonto», confiesa el propietario.
«Trucos» para que todo sea un desastre

En esa misma entrevista, Antonio Domínguez explica cómo el programa montaba todo de tal manera que la cosa fuera lo peor posible o al menos se viera en cámara al margen de la realidad. Veamos los ejemplos que pone en la entrevista con el Huffington Post. «Les decía que hacían trampa. Cuando se levanta un cliente, me lo acaban de pedir, voy a la cocina a decirlo y cuando salgo ya me lo están reclamando», evidenciando que todo estaba preparado por el programa.
Al parecer, era imposible además dar servicios con normalidad, ya que el restaurante se llenaba con el reclamo de poder comer gratis. Todo ello derivaba en que pedían más platos de lo normal, pero es que iban más allá, como apunta Antonio: «Te meten varias mesas de golpe para que no des pie con bola».
Las desastrosas reformas

Otro de los momentos estelares de ‘Pesadilla en la cocina’ es cuando les reforman el local y se lo enseñan. Les cambian el mobiliario, la decoración y hasta el nombre, hasta el punto de que muchas veces no parece el mismo restaurante, con un giro de estilo radical. Pero ¿esas reformas favorecían el negocio y eran de calidad? Pues según algunos dueños que han participado en el programa, no. Aparte de Antonio, que también señala en esa entrevista que le hicieron una reforma chapucera y que al poco tiempo ya se caía todo, otra dueña corroboró este punto negativo del programa.
La dueña del ‘Café Zamora’, Sole, denunció que le hicieron una reforma mal, cuando el programa había indicado que lo habían dejado sin acabar porque el chef había abandonado el reto al considerar que era imposible reflotarlo. Sin embargo, Sole afirma que todo era un montaje, que de hecho a Chicote se le ve con la misma ropa que llevaba en la reapertura.
Otros detalles que te hacen sospechar

Al margen de testimonios directos u opiniones, lo cierto es que no hace falta ver con mucha atención ‘Pesadilla en la cocina’ para deducir o al menos dudar sobre su verosimilitud. Hay muchos ejemplos, aparte de los señalados por los dos restauradores que hemos visto. Otro de ellos es el de la suciedad en las cocinas. Quizá sería igual de sospechoso limpiar todo a conciencia sabiendo que van a verlo, pero es más absurdo que casi todas las cocinas tengan suciedad de meses o años, con comida guardada de hace también meses o productos caducados y echando moho.
Tampoco cuadra ciertas actitudes de algunos de los propietarios y empleados. Muchas veces se nota que están sobreactuando o mostrando una agresividad o pasotismo que no cuadra con el propietario de un negocio. Algunos de ellos parecían más bien showmen que restauradores que quieren reflotar su sustento de vida. En el programa se ha visto de todo y mucho poco creíble: insultos a Chicote sin venir a cuento, gritos y discusiones sin motivo aparente, empleados bebiendo durante el servicio, cocineros dejando su puesto y yéndose a su casa, etc.