Si eres joven es posible que ahora mismo no estés preocupado por tu pensión de jubilación. Sin embargo, tal y como están las cosas, lo que está claro es que nunca es demasiado pronto para empezar a pensar en cómo será nuestra calidad de vida una vez que ya no tengamos que trabajar y estemos jubilados.
Seguro que ya sabes que la edad de jubilación está en aumento y que los años que se tienen en cuenta para calcular el importe de la pensión cada vez son más. Y esto son dos cosas que juegan en nuestra contra, porque implican que nos vamos a jubilar más tarde y que, en comparación, vamos a cobrar menos de lo que cobra un pensionista en la actualidad. Por eso, es hora de ir tomando algunas decisiones.
Evita jubilarte anticipadamente

Todos soñamos con ese día en el que no tengamos que levantarnos temprano para ir a trabajar, soportar el atasco de todas las mañanas, aguantar al jefe… pero ese momento idílico puede no serlo tanto si descubrimos que lo que vamos a cobrar mes a mes es una cantidad tan baja que no nos llega ni para cubrir nuestras necesidades básicas.
Por eso, por muchas ganas que tengas de jubilarte, lo mejor es que no optes por la jubilación anticipada. Porque esta modalidad está cada vez más penalizada y lo estará más de cara al futuro. De hecho, la tendencia es “castigar” a quien opte por retirarse antes de tiempo y premiar con algo más de pensión a quien decida seguir trabajando más allá de la edad legal de jubilación.
Procura no pasar demasiado tiempo sin trabajar para garantizar tu pensión de jubilación

En la actualidad la edad legal de jubilación es de 66 años y para poder cobrar el 100% de la pensión que le corresponde a la persona que ya alcanzado este límite de edad se le exige que haya cotizado, al menos, 36 años. Solo si se tienen cotizados un mínimo de 37 años y 3 meses es posible la cotización a los 65 años. Cuando la edad de jubilación se fije en 67 años en 2027, lo que se exigirá es tener cotizados como poco 38 años y 6 meses.
Esto quiere decir que no puedes despistarte ni un momento. Tomarte un año sabático, o querer dedicar el 100% de tu tiempo al cuidado de tu familia durante un período de tu vida, podría hacer que perdieras una parte importante de tu pensión. No obstante, el dinero no es lo más importante, así que valora bien qué te compensa más.
Cotiza al menos lo justo para tener una pensión contributiva

Si por mucho que te esfuerces no crees que vayas a llegar a cotizar tantos años como exige la ley para cobrar la totalidad de la pensión de jubilación, procura, como poco, cotizar el tiempo mínimo exigido para poder acceder a una pensión contributiva. Lo que se pide en la actualidad es haber cotizado 15 años a lo largo de toda la vida laboral y que, al menos dos de ellos se hayan cotizado en los 15 años inmediatamente anteriores a solicitar la jubilación.
Con esto conseguirás una pensión que será del 50% de la base reguladora. No es una cantidad muy alta, pero te garantiza que tendrás unos ingresos todos los meses. Además, si la pensión que te queda es de un importe inferior a la pensión mínima, podrás cobrar el complemento a mínimos.
No cotices lo mínimo si eres autónomo

Si trabajas por cuenta propia es posible que tengas la tentación de cotizar siempre por la base mínima aunque tus ingresos te permitan sufragar una cuota más alta. Se estima que algo más de la mitad de los autónomos cotizan a la Seguridad Social por la base mínima, y esto es algo que acaba teniendo importantes consecuencias cuando llega el momento de cobrar la pensión de jubilación.
Las grandes diferencias que existen entre la pensión de jubilación de alguien que ha cotizado al Régimen General y de alguien que lo ha hecho al RETA ,se deben principalmente a que los autónomos pueden elegir libremente su base de cotización y, con frecuencia, escogen la más baja posible. Por eso, para no llevarte sorpresas desagradables en el futuro, elige una cuota bien adaptada a tus ingresos.
Asegúrate de que tus cotizaciones son correctas

Si eres asalariado, es tu empresa la que se encarga de gestionar las cotizaciones. No obstante, conviene que te asegures de que todo está en orden. Puedes comenzar pidiendo una vida laboral en la Seguridad Social para comprobar que tus períodos de alta y baja coinciden con los reales. Si hay alguna discrepancia, mejor solucionarlo ahora que dejarlo todo para última hora.
Luego revisa tus nóminas y comprueba si tus bases de cotización están realmente bien calculadas. Si no fuera así, contacta inmediatamente con el departamento encargado de la elaboración de las nóminas para que solucionen el problema lo antes posible. Porque cotizar menos de lo que te corresponde puede hacer que pierdas dinero a la hora de cobrar la pensión de jubilación y cualquier otra prestación social que puedas necesitar, como la de incapacidad temporal.
Cumplimenta tu pensión

Si sigues los consejos que te hemos dado puedes mejorar tu pensión de jubilación. No obstante, hay factores que siempre van a estar fuera de tu control, y ya sabes que la viabilidad de las pensiones está en entredicho. Cada vez hay más pensionistas y menos cotizantes, lo cuál puede ser un problema grave de cara al futuro.
Por eso, además de cotizar todo lo posible, es importante que te asegures de que, en el futuro, no dependes únicamente de tu pensión de jubilado. Es más que recomendable que tengas unos ahorros propios. Para conseguirlos tienes diferentes alternativas, puedes escoger un plan de pensiones (que también desgrava de cara al IRPF) o bien buscar otras opciones como ahorrar dinero e invertirlo por tu cuenta en un fondo de inversiones u otros productos que te ofrezcan rentabilidad.
Cotizando como debes y guardando algo de dinero de cara al futuro, el momento de dejar la vida activa puede ser uno de los mejores. Porque por fin serás libre para disfrutar de tu tiempo como prefieras y sin tener preocupaciones económicas.