Es conveniente realizar una limpieza normal cada semana en tu casa y una más profunda cada mes o pocos meses. Sin embargo, aún así, por tiempo o despiste, siempre dejamos sin limpiar bien zonas más ocultas o de difícil acceso. Es el caso de las juntas del suelo. Es una zona muy propensa a que se acumule la suciedad y que lo vayamos dejando u olvidando. Al final, nos damos cuenta de lo desagradable y poco estético.
Pero hay un problema añadido. Precisamente, cuanto más se acumula y pasa el tiempo, esa suciedad costará más quitarla, con lo que al final optamos por buscar agresivos y costosos productos de limpieza. Como pasa para el resto de la casa, no te preocupes porque podrás ahorrar dinero quitándolo con productos caseros y naturales, sin elementos tóxicos. Te mostramos cómo y con qué.
PRIMER PASO: LIMPIEZA PREVIA
Antes de ir más a la raíz, lo primero es una limpieza general, barriendo y fregando la zona, para eliminar todo el polvo, migas, pelos… Mejor aún si lo aspiras, ya que con todo ello el producto que apliques penetrará mejor, con un resultado óptimo.
A continuación, despeja todo lo que te pueda molestar para acceder a todas la baldosas, al igual que las zonas más recónditas como esquinas o detrás de una puerta, mueble… Ahora veamos las nociones básicas para la limpieza a fondo de las juntas.
TIPOS DE BALDOSAS, PRODUCTOS Y UTENSILIOS
Si las baldosas tienen brillo, utiliza la mezcla 1-1-1: una cucharadita de bicarbonato, una de jabón lavaplatos y una de agua. Si no tienen brillo sustituye el agua por una cucharadita de vinagre de limpieza. A continuación, remueve la mezcla y aplica en las juntas ayudándote con un cepillo de dientes. Deja actuar 15 minutos.
El mejor aliado para la limpieza profunda es el cepillo, para frotar en las juntas, y luego limpiar con un paño con microfibra. Otro truco es utilizar piedra blanca. Para ello debes aplicarla con la esponja mojada y aclarar al instante. Seca y ¡listo!
EL VINAGRE BLANCO, OTRO LIMPIADOR NATURAL FABULOSO
Como pasa con el bicarbonato, el vinagre es un elemento casi mágico, perfecto no sólo para tema de aliño, sino para desinfectar, limpiar, eliminar moho… Y también para dejar las juntas del suelo impecables. Además de quitar los restos de cal de la grifería, resulta muy útil para la limpiar las juntas del suelo. Para ello moja las juntas con el vinagre y refuerza el efecto si quieres añadiendo detergente en polvo, como Ajaz o Cif.
Tras dejar reposar unos minutos, frota con el cepillo. Eso sí, siempre recuerda protegerte las manos con guantes para que no se irrite tu piel. Luego tan solo queda aclarar y fregar bien con el producto que utilices normalmente. Pero hay más productos perfectos para limpiar esta parte de tu hogar…
EL AGUA OXIGENEDA CONTRA LA SUCIEDAD DE LAS JUNTAS DEL SUELO
Aquí entra el nombrado bicarbonato también. Un potente limpiador y desinfectante, junto con el agua oxigenada. Es sencillo: solo basta con espolvorear el bicarbonato sobre las juntas y añadir un chorro de agua oxigenada. Deja reposar 10 minutos y frota con un cepillo mojado en agua y jabón de lavavajillas. Lo ideal sería que utilizaras un cepillo suave de uñas y dientes para no arañar las baldosas. Aclara finalmente el suelo y friega con normalidad.
EL AMONIACO
Es muy conocido como limpiador definitivo, para casos graves. Es una sustancia incolora pero de fuerte olor que elimina manchas y suciedad. Para las juntas del suelo y tras ponerte unos guantes y mascarilla, solo tienes que mezclar en una cubeta 30 ml de amoniaco con agua. Aplica la mezcla sobre las juntas del suelo y las paredes y frota las ranuras de la cerámica con un cepillo de dientes viejo para remover todos los sedimentos y manchas. Por último, lava la superficie con agua caliente y detergente para optimizar el poder limpiador del amoniaco.
LA LEJÍA, EL MÁS CLÁSICO, TAMBIÉN PARA LAS JUNTAS DEL SUELO
No podía faltar, si bien comenzamos antes con los productos naturales y menos nocivos. En este caso, como el amoniaco, también requiere protección y precaución, pero desde luego quita y desinfecta cualquier cosa. En los casos más extremos de suciedad, con la lejía todo quedará impecable. La lejía actúa como un agresivo disolvente en la limpieza de los azulejos del baño y la cocina, ya que pulveriza de inmediato sarro y hollín acumulado en las ranuras de la cerámica. Veamos en concreto cómo utilizar la lejía para limpiar las juntas del suelo:
Lo primero es disolver 30 ml de lejía en medio litro de agua tibia. A continuación, aplica el líquido con un envase rociador o con una esponja sobre la superficie a limpiar. Una vez más, frota las juntas del suelo con un cepillo y deja reposar la lejía sobre la cerámica durante 5 minutos. Luego, lava con abundante agua y desinfectante.
¿Y PARA LAS JUNTAS MÁS «REBELDES» Y SUCIAS?
Sobre todo en zonas casi inaccesibles, es probable que ya las juntas estén ennegrecidas, lo que significa una suciedad y tiempo máximo. Ahí entra ya un peligro para la higiene, puesto que es la señal de que se hayan acumulado moho, bacterias y gérmenes. En este caso lo mejor es usar pasta de dientes, una vez más disponible en tu casa sin necesidad de gasto extra:
Y es que el dentífrico blanco es ideal para limpiar plata, metales y las juntas rebeldes. Basta con aplicarlo con una espátula o un pincel, dejarlo unas horas (mejor toda la noche) y retirarlo luego usando un cepillo de dientes. Finalmente, lo friegas un par de veces y como nuevo.
PARA LOS QUE NO QUIEREN COMPLICARSE
Si no tienes tiempo o no quieres hacerte con estos productos, te falta alguno y prefieres algo ya rápido y fabricado, opta por estas medidas y productos:
Marcas como Paso y Bosque Verde son algunas de las más demandadas por su eficacia. En cualquier caso, lee bien las instrucciones y asegúrate de que está indicado para ese tipo de suelo. Otras como Cillit Bang también están formulados para combatir las manchas de humedad de las juntas, con lo que es una buena opción para utilizar en el cuarto de baño.
También puedes adquirir blanqueadores de juntas con pincel y esponja. Se trata de aplicarlo con cuidado sobre la junta y dejar que repose el tiempo indicado. Baldosinín o Ceys son algunas de las marcas más conocidas.