La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y es esencial para nuestra salud. Si desatendemos nuestra piel, es probable que nos enfermemos. Aquí te acercamos unos hábitos para tu piel con los que podrás añadirle años de vida y salud.
Es importante cuidar la piel porque es la capa más externa del cuerpo y cumple una serie de funciones importantes. En primer lugar, protege al cuerpo de los elementos externos, como el sol, el frío, el viento y las bacterias. También ayuda a regular la temperatura corporal y a mantener la hidratación. Además, la piel es un importante órgano sensorial, ya que está repleta de receptores que permiten al cuerpo percibir el mundo que nos rodea.
Por qué debo cuidar mi piel todos los días

Cuidar nuestra piel todos los días es muy importante para mantenerla sana y saludable. El cuidado de la piel nos ayuda a reducir el envejecimiento prematuro, eliminar impurezas, mantener la elasticidad de la piel y prevenir el daño solar. Además, nuestra piel en última instancia nos protege de los elementos ambientales externos y es el último paso para mantener nuestra salud en general.
Una rutina diaria de cuidado de la piel comprende una limpieza suave con un limpiador adecuado para tu tipo de piel, exfoliación para eliminar las células muertas de la piel y liberar los poros de impurezas, tonificación para equilibrar el pH de la piel y finalmente hidratación para mantener nuestra piel suave y saludable. Además, es importante usar protectores solares con un SPF adecuado para protegerse de los rayos del sol dañinos. La protección adicional contra el sol también puede venir de la forma de un sombrero, gafas de sol o una chaqueta con capucha para minimizar el daño solar.
Malos hábitos para tu piel: No usar protección solar

Sin el uso adecuado de protección solar, la piel se ve expuesta a los dañinos rayos UV del sol. Estos rayos pueden dañar el colágeno y el tejido de la piel, lo que conduce a una serie de problemas. Estos incluyen la aparición de arrugas, líneas finas, manchas oscuras, envejecimiento prematuro y cáncer de piel.
Además, la exposición a los rayos UV sin protección solar también puede causar una resequedad extrema de la piel, así como erupciones cutáneas, deshidratación, retracción, inflamación y pigmentación desigual. Estos problemas en la piel no solo pueden ser dolorosos, sino que también pueden provocar una apariencia envejecida y desagradable. Por lo tanto, para mantener una piel sana y joven, es esencial usar una protección solar adecuada para protegerla de los dañinos rayos UV.
No hidratar la piel adecuadamente

Cuando la piel no está adecuadamente hidratada, se pueden presentar una variedad de problemas. Estos problemas pueden incluir enrojecimiento, descamación, picazón, sequedad, irritación, hinchazón y aparición de arrugas prematuras. La piel seca se ve áspera y apagada, sin brillo y con la apariencia de piel envejecida.
La deshidratación de la piel también puede ser una causa subyacente de erupciones cutáneas, como el eccema, el acné y las alergias cutáneas. Esto ocurre porque la deshidratación dificulta la capacidad de la piel para protegerse de los factores ambientales externos y de los productos químicos que causan reacciones alérgicas. La deshidratación también puede reducir la producción de colágeno en la piel, lo que puede contribuir al envejecimiento prematuro.
Fumar, enemigo de la piel

Los problemas en la piel son una de las muchas complicaciones que pueden presentarse cuando se fuma. Fumar aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades de la piel como el eccema, el acné y el enrojecimiento de la piel. El humo del cigarrillo contiene químicos agresivos que irritan la piel y la resecan, lo que aumenta la susceptibilidad a infecciones, enrojecimiento e hinchazón.
Fumar también acelera el proceso de envejecimiento de la piel, lo que hace que la piel se vea más seca, arrugada y manchada. Esto se debe a que el tabaco disminuye el flujo sanguíneo a la piel, lo que reduce la cantidad de nutrientes y oxígeno que llegan a la piel, lo que reduce la producción de colágeno y elastina, dos proteínas que ayudan a mantener la juventud de la piel. Además, los radicales libres presentes en el humo del cigarrillo dañan las células de la piel, lo que da como resultado una piel más frágil y propensa al envejecimiento prematuro.
No dormir suficiente

Cuando una persona no obtiene las horas de sueño necesarias, su salud en general se ve afectada. Esto también se aplica a la salud de la piel. La falta de sueño puede provocar que la piel se seque, se deshidrate y sufra estragos. Esto puede dejar la piel inflamada, con mayor sensibilidad, descamación, manchas, líneas finas y arrugas.
Además, la falta de sueño puede provocar que la piel no se renueve adecuadamente. Esto puede reducir la producción de colágeno, el cual es responsable de la elasticidad y firmeza de la piel. La falta de sueño también puede estimular la producción de radicales libres, los cuales pueden dañar la piel y causar envejecimiento prematuro. Por esta razón, es importante obtener suficientes horas de sueño para mantener la salud de la piel.
Usar maquillaje durante períodos prolongados

Los problemas en la piel al usar maquillaje durante períodos prolongados pueden ser muy comunes. Esto se debe a que los productos químicos contenidos en los maquillajes son demasiado agresivos para la piel. Estos productos químicos pueden bloquear los poros, lo que lleva a una acumulación de suciedad, aceite y bacterias en la piel. Esto lleva a una inflamación de la piel, así como a la aparición de acné, erupciones cutáneas y alergias.
El uso de maquillaje a largo plazo también puede dañar la capa externa de la piel, lo que resulta en una pérdida de elasticidad y tono. Esto resulta en la aparición de arrugas y líneas finas prematuras. Además, la exposición a los productos químicos contenidos en los maquillajes aumenta el riesgo de cáncer de piel.
No exfoliar la piel regularmente

No exfoliar la piel regularmente puede tener graves consecuencias en la salud de la piel. Esto se debe a que la exfoliación ayuda a eliminar las células muertas de la superficie de la piel, permitiendo que los nutrientes y la humedad sean absorbidos mejor. Esto mejora la textura, el tono y el aspecto general de la piel, y también ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro. Además, la exfoliación también ayuda a desobstruir los poros, lo que reduce la aparición de acné y espinillas.
Si la piel no se exfolia regularmente, el resultado puede ser una piel más áspera, con poros obstruidos, deshidratada y con signos de envejecimiento prematuro. Esto se debe a que las células muertas permanecen en la superficie de la piel, impidiendo que los nutrientes y la humedad sean absorbidos adecuadamente. Esto también puede afectar el tono y el color de la piel, haciéndola parecer más opaca y desigual. Además, la excesiva acumulación de células muertas también puede conducir a la obstrucción de los poros, dando lugar a la aparición de acné y espinillas. Por lo tanto, es importante que la piel se exfolie regularmente para mantenerla sana y bella.
No proteger la piel del frío y el viento

Los problemas en la piel relacionados con la exposición al frío y al viento son una realidad para muchas personas. Estos factores externos tienen un efecto significativo en la salud de la piel, siendo los principales componentes del envejecimiento prematuro y la aparición de ciertas dolencias.
Cuando la piel no está protegida del frío y el viento, esta pierde su hidratación y su elasticidad con más rapidez. Esto provoca que los tejidos se endurezcan, que se irriten y que se sequen, lo que puede desencadenar la aparición de enrojecimientos, descamaciones, descolgamiento y arrugas. Además, el frío y el viento también pueden favorecer la aparición de infecciones por hongos, como la tiña. Por ello, es fundamental proteger la piel del frío y el viento con una crema hidratante, especialmente en invierno. Esta crema debe ser de consistencia grasa para ayudar a evitar la deshidratación y la pérdida de elasticidad de la piel.