Desde que somos pequeños, nos han dicho que tenemos que comer acelgas, ya que tienen muchas propiedades y son buenas. El problema es que a muchos no les gustaba comérselas en su día, así que decidieron dejar de hacerlo y evitarlas en su edad adulta, presuponiendo que no iban a tener buen sabor.
Sin embargo, deberías pensarlo bien y darle una segunda oportunidad a este plato. ¿Por qué hacer eso? Porque la acelga tiene muchas propiedades y un gran sabor, siempre que se cocine bien. Por ello, vamos a ver cuáles son esas propiedades y alguna receta para cocinarlas con gusto y volver a disfrutar de ellas.
Las propiedades de las acelgas
Lo primero que vamos a ver son las propiedades de esta hortaliza. En términos calóricos, es una hortaliza que apenas engorda, con menos de 20 calorías por cada 100 gramos, además de ser ricas en fibra. No tienen nada de grasa y la mayoría son carbohidratos, aunque también tiene una pequeña cantidad de proteínas. Eso hace que sean ideales para dietas de definición, con el fin de saciarte comiendo sin apenas engordar.
En cuanto a las vitaminas y minerales, contiene vitamina A, B1, B3, B5, B6, B9, C, E y K. Contiene minerales como calcio, socio, cobre, hierro, fósforo y potasio. Finalmente, mencionar su contenido en Omega 3, luteína, beta carotenos, flavonoides y zeaxantinas.
En términos de cocina, se pueden consumir en crudo para hacer ensaladas, utilizando sus hojas más tiernas. También se consumen cocidas para hacer recetas, además de consumir las pencas de las hojas pequeñas (las de las grandes suelen ser demasiado amargas).
Beneficios para la salud
Las acelgas tienen beneficios para la salud. Sirven para regular el colesterol y los triglicéridos de la sangre, liberando ácidos biliares que los expulsan. También ayuda a regular la flora intestinal, ayudando al tránsito y sintetizando los ácidos grasos de cadena corta. Eso ayuda también a evitar el estreñimiento. La vitamina K mejora la coagulación sanguínea y fortalece los huesos, mientras que el magnesio y el calcio ayudan a la buena salud cardiovascular.
Las únicas contraindicaciones que tienen son que su consumo excesivo puede provocar diarrea, ya que es rica en fibra y agua. Por otro lado, el oxalato sódico vegetal hace que esté contraindicado para personas con tendencia a los cálculos renales, además de no estar indicada para personas que están con tratamientos anticoagulantes.
Cómo hacer acelgas con bechamel
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La acelga se puede consumir en zumos o en cápsulas, pero eso no tendría gracia. Es mejor hacer recetas con ella, como las que tienen bechamel. Para esta receta necesitamos 1 kilo de esta hortaliza, junto con una cebolla, 3 cucharadas de mantequilla, una pizca de queso rallado, 2 cucharadas de harina, 1 cucharada de piñones, medio vaso de leche desnatada y sal y pimienta al gusto.
Después de cocer las hojas de esta hortaliza y picarlas, picaremos también la cebolla. La bechamel la haremos con mantequilla en una sartén, cebolla rehogada, harina, leche, sal y pimienta. Cuando esté hecha, añadiremos la acelga y el queso, rehogando 2 minutos y poniendo en cazuelas refractarias. Finalmente, espolvoreamos con piñones para decorar y gratinamos de forma suave.
Acelga rehogada con patatas
La siguiente receta que vamos a ver es la de acelgas rehogadas con guarnición de patatas. Para esta receta, necesitaremos 300 gramos de acelga por cada patata y diente de ajo, junto a media cebolla, media cucharada de pimentón dulce y una pizca de aceite de oliva. Como siempre, si quieres hacer más, aumenta la cantidad de los ingredientes de forma proporcional.
Para esta receta, coceremos las patatas con piel durante unos 40 minutos, añadiendo sal y n poco de vinagre. Cuando estén hechas, las dejamos templar y quitamos la piel, pero sin dejar que se enfríe del todo. Ahora coceremos la acelga, levando, separando las pencas y cortando, para luego echar algo de sal y cocer durante 10 minutos.
Ahora rehogamos con algo de aceite la patata cocida, la cebolla y los ajos, añadiendo un poquito de pimentón dulce a fuego bajo. Finalmente, añadimos la hortaliza y revolvemos, con el fin de que se junten los sabores.
Cómo hacer tortilla de acelgas
La tortilla de acelga es una receta recomendada que no te puedes perder. Vamos a necesitar unos 300 gramos de esta hortaliza, junto a 6 huevos. Los añadidos los dejamos en tu mano, ya que podrás añadir cebolla si te justa o incluso tacos de jamón, eso ya depende de ti. Lo importante es cocer la acelga troceada durante 10 minutos primero, tal y como hemos hecho antes.
Si vamos a utilizar cebolla o jamón, es el momento de saltear con algo de aceite en la sartén, añadiendo después la hortaliza y mezclando durante un par de minutos. Cuando esté todo salteado, ponemos más aceite para que cubra el fondo, dejamos que se caliente y añadimos los huevos batidos. Ahora es solo cuestión de que se cuaje, moviendo la sartén de vez en cuando para que no se pegue. Al terminar un lado, no hay más que darle la vuelta a la tortilla y esperar a que se haga por el otro lado. Cuando esté lista, servimos.
Potaje de acelga y garbanzos
Finalmente, la última receta de la lista es este potaje de acelgas con garbanzos, un plato que entrará muy bien este invierno. Por cada 300 gramos de garbanzo en seco, vamos a necesitar 1 kilo de esta hortaliza. Además, añadiremos 3 dientes de ajo, una hoja de laurel, 2 clavos de olor, 200 gramos de tomate natural tamizado, 2 rebanadas de pan pequeñas, una pizca de pimentón dulce, una pizca de comido en polvo y aceite de oliva y sal.
Después de haber puesto los garbanzos a remojo durante una noche, cortamos la acelga, dividiendo por un lado las pencas y por el otro las hojas, cortando todo. Lo que tenemos lo introducimos en una olla exprés junto a los garbanzos, la sal, los calvos del olor y el laurel. Más o menos, lo tendrás cocinado en unos 15 minutos.
Para hacer el majado, pelamos los ajos en rodajas finas y los sofreímos. Además, freímos las rebanadas de pan unos minutos. Apartamos el pan y lo reservamos, añadiendo después tomate, sal, pimentón y comino en la misma sartén, para crear una salsa. Ahora trituramos el pan y los ajos con un poco de caldo del potaje que habremos apartado, echándolo todo después a la salsa de tomate y pimentón. Cuando esté listo el majado, abrimos la olla y echamos al majado, cociendo 5 minutos más. Ahora ya se puede comer y está listo para servir este potaje de garbanzos con acelgas.