‘La Promesa’: ¿será capaz Manuel de contarle toda la verdad a Jimena o seguirá con la farsa?

Tras unos capítulos de lo más intensos, ‘La Promesa’ finaliza esta semana con un nuevo episodio lleno de sorpresas y emociones fuertes. Con Jana y Manuel manteniendo una relación en secreto, Abel sospechando de ambos y Jimena queriendo recuperar su matrimonio, las cosas se plantean muy difíciles para la pareja.

Y no sólo eso. La enfermedad también ha llegado a palacio de la mano de Rómulo, quien ha tenido que dejar aparte su trabajo como mayordomo para recuperarse. Y la mentira tiene un nombre: don Pelayo, a quien ahora ayuda Gerónimo Gamboa con su negocio ilegal de armas.

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¿Qué ha pasado en ‘La Promesa’?

Esta semana hemos sido testigos de cómo los personajes de ‘La Promesa’ se enfrentan a situaciones de lo más complicadas. Empezando por Jana, pues Abel no acepta su ruptura; de hecho, le ha pedido que se case con él. Todo ello con Manuel fuera del palacio por recomendación de Jana. Sólo ella y Catalina saben la verdad de esta escapada.

Y es que la situación con su esposa es cada vez peor. El señorito no quiere continuar con Jimena, por lo que le ha propuesto mantener un matrimonio falso de cara a la galería y hacer vidas separada dentro de La Promesa. Algo que hizo enfurecer a Jimena, propiciando una discusión que acabó con su marido mandándola a dormir al dormitorio vacío de Leonor. Sin embargo, la joven sigue teniendo esperanzas en reconducir la situación.

En cuanto a Curro, sigue adelante con su misión de descubrir la verdad sobre su pasado. Y la mejor manera de hacerlo es acercarse a Alonso, algo que está consiguiendo poco a poco. El problema es que Cruz teme que su sobrino haya descubierto la verdad: el marqués es su verdadero padre. Por ello Cruz le ha pedido a Lorenzo que actúe rápidamente enviando a su hijo a estudiar al extranjero.

Por otro lado, Lope se fue de La Promesa para emprender una nueva vida como chef de un importante restaurante de Madrid. Pero antes Rómulo le permitió cocinar su propia cena de despedida, durante la cual el cocinero le confesó a su amigo que aún sigue enamorado de María Fernández.

Y mientras unos van, otros vienen. Ante la marcha de Lope, el Conde de Añil ha traído a su propio lacayo al palacio: Jerónimo Gamboa. Lo que nadie sabe es que en realidad es su cómplice en el negocio ilegal de tráfico de armas que ambos están llevando a cabo. Y lo peor de todo, están usando el negocio de mermeladas de Catalina como tapadera.

Otro trabajador nuevo en La Promesa es Valentín, quien se está ganando al servicio con su carácter alegre y dicharachero. Ha puesto sus ojos sobre María Fernández, a quien no para de halagar continuamente, pero ella no muestra mayor interés en él. Sin embargo, se interesa más por las cartas que Lope le envía desde Madrid.

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