La clave secreta que explica el sorpresivo adiós de Kiko Matamoros a ‘Sálvame’

Kiko Matamoros dice adiós a ‘Sálvame’ en su peor momento. Porque el tertuliano abandona el programa meses después de airearse que debe más de 1 millón de euros a Hacienda, sumándose además que ya compatibiliza varios platós como antaño y que su mujer, Makoke, tampoco encuentra una silla en televisión. Sobre el adiós de Matamoros circulan tres teorías. La primera dice que el tertuliano está que trina porque ‘Sálvame’ desveló el embarazo de su hija Laura, rompiéndole así su posibilidad de exclusiva. La segunda apunta a que Matamoros está dolido por la bronca de la semana pasada contra Mila Ximénez, que le afeó su actitud: «Tú tienes un problema y no mientas. Lo que no tendría yo es que estar trabajando con un compañero con el que tengo un litigio con su mujer, y eso es lo que a ti te molesta». Matamoros contestó: «No voy a venir aquí a llevarme un disgusto todas las tardes, no va conmigo. Estoy aburrido de esto, es aburrimiento. Como no puedo más y me da una pereza intelectual enorme pues me voy a casa. Yo no tengo que estar dando el espectáculo».

La tercera hipótesis, la más extendida entre sus compañeros o ya ex compañeros, es el caso de Jorge Javier Vázquez, Chelo García Cortés, Kiko Hernández o Gemma López, afirma que Kiko Matamoros necesita un cambio de aires para recobrar fuerzas. Mila Ximénez se mostró triste por su baja: «Me da pena porque ha sido mi colega y mi cómplice. Yo este fin de semana me inflé a llorar». Ninguna de las tres citadas teorías podría ser la correcta, ya que en otras ocasiones sonoras bajas han sido estrategias pilotadas por la dirección del programa, también llamada «cúpula», que ha invitado a muchos de sus pesos pesados a tomarse unas vacaciones para revitalizar el personaje. Recuerden que Kiko Matamoros es el único de los «pesos pesados» del programa que no ha tenido un descanso prolongado en sus más de ocho años de emisión. Sí que disfrutaron de él y se alejaron de la pantalla amiga Belén Esteban, en este caso por un tema de salud, Kiko Hernández, que afirmó que entró en depresión, Mila Ximénez, que se mostró quemada, o Jorge Javier Vázquez, que señaló en su libro ‘La vida iba en serio’ que durante un tiempo ir a trabajar se había convertido en un problema serio.

Tampoco pasa por sus mejores momentos Mila, que admite esta semana en Lecturas que está desando dejarlo todo: «Estoy cansada. Y me gustaría huir a cualquier sitio donde el silencio y el ladrido de los perros que me están esperando, sea el único sonido que disfrute cada día. Y creo que lo merezco ya. Llevo luchando demasiados años para demostrar no sé qué. Ahora, me gustaría que mi hoja de ruta sea disfrutar del presente para aliviar las ausencias del pasado. He tenido mucha suerte me recogieran del contenedor del olvido y me regalaran muchos años trabajando con un equipo que estaba muy lejos de soñar. Y lo he disfrutado mucho. Aun así, los años me están pidiendo complicidad. Y me queda poco para sumarme al cortejo de vuelta. He dado y me han dado mucho. Pero mi reloj biológico me está llamando la atención. No quiero ser un gnomo ridículo taconeando en los photocall para llamar la atención del olvido». Pero sea como fuere, «a Rey muerto, Rey puesto». Eso deben pensar en el programa, que ayer anunció que se suma a la nómina de colaboradores Carmen Borrego, que durante meses se negó a acudir al plató más polémico de la televisión por su enfrentamiento con Mila Ximénez.