El ladrillo anda a la caza ‘ninis’: los nuevos héroes de la burbuja

Renovarse a morir. El sector inmobiliario cada vez tiene más complicado construir. Los retrasos en las licencias de obra, los elevados costes de construcción y la ausencia de mano de obra han supuesto que promotoras como Vía Célere o Aedas exploren otras vías de negocio como la industralización. Y aunque resulte extraño, los ‘ninis’ tienen un papel protagonistas en esta transición.

Desde el estallido de la crisis, muchos son los trabajadores que ha perdido la obra. Algunos empleados sufrieron jubilaciones anticipadas forzosas y otros -los más jóvenes- se reciclaron para entrar en otros sectores ante la falta de trabajo. Desde el 2014, el inmobiliario vive un ciclo alcista. Pero en este crecimiento se ha encontrado con una alarmante falta de mano de obra. No hay obreros y muchos especialistas como pudieran ser los ferrallistas.

En tiempos del ‘boom’ inmobiliario eran los jóvenes que no querían estudiar los que acababan en la construcción. Generaciones que buscaban refugio en la obra, un trabajo que les reportaba un sueldo más que competente. De hecho, muchos de ellos accedían con su jornal a créditos para comprar una vivienda. Es decir, la pescadilla que se mordía la cola y retroalimentaba la burbuja.

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El problema, es que desde hace un tiempo hasta ahora existe una generación que no quiere ni estudiar, ni trabajar. Los denominados ‘ninis’ todavía abundan en la sociedad española y muchos de ellos se escudan en la falta de oportunidades laborales. Pero lo cierto es que sí existen esas oportunidades. Y un ejemplo de ello son estos nuevos modelos de negocio surgidos alrededor del ladrillo. 

Por este motivo, las promotoras inmobiliarias buscan cómo seducir a esta generación de jóvenes que sienten poco o ningún atractivo por la construcción. «Tenemos la misión de atraer a esa generación para poder captar mano de obra. Hemos de hacer de la industralización inmobiliaria una salida interesante para el joven», explica una fuente reconocido del sector.

En el futuro -más cercano que lejano- construir casas será un proceso muy similar a la fabricación de un coche. Este sector, el automovilístico, ya supo captar la atención laboral de muchos jóvenes en diversas plantas repartidas por el territorio nacional, sobre todo en Cataluña. Por este motivo, las semejanzas con la producción de un vehículo invitan al optimismo con respecto a la captación de esta nueva de obra.

«Tenemos la misión de atraer a esa generación para poder captar mano de obra»

Los primeros pasos para reconvertir el negocio ya lo han dado algunas de las principales promotoras inmobiliarias en España. La primera en apostar por la industralización fue Aedas. La compañía de David Martínez ya ha vendido el 80% de ‘Merian’, en sólo dos meses. Lo importante de esta promoción no son sólo los materiales, sino el tiempo de espera, porque los clientes que hayan comprado su vivienda a finales del 2018 podrán disfrutar de ella este septiembre.

INDUSTRIALIZAR VIVIENDAS EN ALTURA

Otra promotora que también se ha sumado a la industralización es Vía Célere. Este miércoles, Juan Antonio Gómez-Pintado, CEO de la compañía, anunciaba su promoción de viviendas producidas 100% en fábrica. En este caso, la empresa redobla la apuesta de Aedas, porque proyectará la primera promoción de viviendas industralizadas plurifamiliares, es decir, en altura. 

Este primer paso tendrá lugar en Boadilla del Monte gracias a la construcción de 17 viviendas en un edificio de cinco alturas en Boadilla del Monte cuya producción estará terminada en siete meses, doce menos que un proceso tradicional.

EL RESTO DE PROMOTORAS, AL ACECHO

De momento son dos de las grandes promotoras las que han entrado a este modelo de negocio, pero no se descarta que alguna otra de este salto en este 2019. Eso sí, cada uno con su propio modelo, porque lo que sí existe en esta nueva vía es mucho recelo de compartir nada con la competencia. Cada uno utiliza sus modelos particulares y no desvelan demasiados datos al mercado para no ser plagiados.

Pero el problema de que las demás promotoras se sumen a esta fórmula no se concentrará en el cómo, sino en el con quién. Por este motivo, la generación ‘nini’ tiene un papel fundamental en todo este proceso de cambio. La industralización del ladrillo les abre una salida laboral que además tiene componentes añadidos de formación en las nuevas tecnologías. Además, este ‘nuevo’ obrero contará con una mayor seguridad laboral, ya que este método reduce el Índice de Incidencia de accidentes hasta un 55%, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social.