Tal vez haya visto los juguetes de Funko Pop!. Se caracterizan por representar a personajes de las series, películas y cómics más populares en un momento en el que todas estas cosas son más populares que nunca. Las figuras siguen un diseño estricto: Tienen que tener una pose fija, un cabezón cuadrado y ligeramente bamboleante, aunque no demasiado, y sobre todo tienen que ser monísimos. “¿Y por qué esto aparece en mi web de información empresarial favorita?”, se preguntarán nuestros fieles lectores. Muy simple: Porque estos señores no dejan de crecer y aspiran a vender figuras de vinilo por valor de mil millones de dólares de aquí a cinco años.
Estamos hablando de una empresa que tiene licencia hasta de mi padre. Más de 200 en total y de los productos más exóticos que uno pueda imaginar. ¿Figuritas de Las Chicas de Oro? Hecho. ¿De Plantas contra Zombies? Aquí las tenéis. ¿De Eleven de Stranger Things comiendo gofres y sangrando por la nariz? Cosa de niños…
La serie Funko Pop tiene un coste de producción tan bajo y los juguetes son tan baratos (en el entorno de los 10€) que son capaces de atender las necesidades de bases de fans reducidas o realmente mal atendidas, como los fans de los videojuegos. Estamos hablando de una compañía cuyas casetas en las grandes comic cons de Nueva York y San Diego están atendidas por fans que se pasan una noche entera haciendo cola para ser elegidos para trabajar a cambio de acceso a artículos de edición limitada. Según Forbes, para una fiesta de la compañía llegó a haber una lista de espera de 8.000 personas.
Precisamente Forbes ofrecía datos de facturación de la compañía: 425 millones de dólares y el objetivo declarado de llegar al millardo en cinco años. El 44% de sus ventas viene de franquicias muy estabilizadas y el 55% restante viene de series y películas específicas. Un dato importante: El 55% de sus clientes son mujeres y forman parte de un mercado de 20.000 millones de dólares cuya edad media es de 30 años.
Teniendo en cuenta el precio medio de las figuras, hablamos de unos planes que consistirían, aproximadamente, en vender cada año más de una figura a todos los habitantes de un país del tamaño de España.
Uno de los motivos de su éxito entre coleccionistas son sus características cajas blancas y cuadradas, fáciles de almacenar y con un número de coleccionista bien destacado.
La compañía es, por ahora, dueña de un fondo privado, ACON Investments, que se la compró a Fundamental Capitals en 2015. El fondo saliente se quedó, por cierto, con una participación minoritaria y un puesto en el consejo.
No era la primera entrada de ACON en este mundillo. Hace una década, invirtió en Spencer Spirit, la sociedad que controla la cadena de tiendas de centros comerciales Spencer´s y el vendedor de artículos estacionales Spirit Halloween.
Hace pocos meses, su marca Funko Pop! fue elegida como objeto de coleccionista del año y preferida del público en los premios Juguete del Año 2017. Superó a Lego, por cierto.
La historia de la empresa comienza en 1998, cuando un diseñador de camisetas, Mike Becker, se decidió a fabricar en China distintos ‘bobbleheads’ que coincidían en algo: Eran cosas que él quería tener. Pero la compañía no despegó hasta la entrada de Mariotti, un antiguo dueño de discotecas que, además, era un ferviente coleccionista. Según Rolling Stone, llegó a pagar la entrada de su casa con lo que sacó de su colección de dispensadores Pez. Compró la compañía y empezó la fiebre.
Sus primeros intentos fueron infructuosos, con una revitalización de los productos Funko Force que ya vendía la empresa, pero recibió estímulos positivos y descubrió algo interesante: Las mujeres compraban sus productos.
¿Las claves del éxito? Fueron varias. No sólo la ampliación constante de franquicias y el diseño afortunado. También las ventas fuera de tiendas especializadas y un fenómeno curioso: No sólo los fans comenzaban a colgar en foros y redes sociales fotos de sus Pop!. También los protagonistas de las series lo hicieron a lo loco, especialmente los de Juego de Tronos.
¿Tenemos Funko Pop! basados en españoles?
Alguno hay… Por ejemplo, Pau Gasol y Ricky Rubio tienen los suyos (José Calderón, Willy Hernangómez y Marc Gasol aún esperan), y raro será que el Capitán Salazar de Javier Bardem no consiga el suyo después del estreno de la quinta entrega de Piratas del Caribe. Antonio Banderas tiene, más o menos, el suyo a través del Gato con Botas.
También los hay políticos. Como, por ejemplo, los de Hillary Clinton, Bernie Sanders y un muy adelgazado Donald Trump. ¿Rajoy? Seguid esperando, pero con el ritmo de crecimiento de la compañía tampoco parece una idea tan disparatada. El suyo, o el de Pablo Iglesias.
