¿Está España preparada para el gran reto de la economía circular?

Es cierto, estamos viviendo por encima de nuestras posibilidades. Durante las últimas décadas la rápida industrialización de las economías emergentes y el uso desmedido y continuado de recursos en los países desarrollados a fomentado el crecimiento sin precedenctes de la demanda de recursos.

De hecho, el estudio Cerrar el círculo, El business case de la economía circular coordinado por Forética apunta que la cantidad de materias primas extraídas y consumidas en todo el mundo ha aumentado un 60% desde 1980.

El mes pasado el propio ex presidente de Estados Unidos Barack Obama lideró la Cumbre de Innovación Tecnológica y Economía Circular organizada en Madrid donde recalcó la importancia de impulsar líderes verdes en todas las escalas industriales.

La sobre explotación de recursos tiene origen en el sistema arcaico que está basado la industria: la economía lineal (producir, consumir, tirar). Actualmente es insostenible para la la sociedad y el medio ambiente. Y según auguran los expertos esperan que sigamos generando un impacto negativo, dado que, según Naciones Unidas, se estima un incremento de la población mundial actual de 7.600 millones de personas a 8.600 millones para 2030.

La economía líneal trae consigo dos grandes peligros: la escasez de recursos y la sobreabundancia de residuos que están contaminando los ecosistemas terrestres y marinos. Según datos del Banco Mundial, en 2012 las ciudades generaron 1,3 billones de toneladas de residuos sólidos al año, volumen que podría superar los 2,2 billones de toneladas para 2025, más del 50% comparado con 2012, considerando el crecimiento de la población esperado y su mayor concentración en las ciudades.

AÚN HAY ESPERANZA

Existe una oportunidad: La economía circular (producir, consumir, reutilizar). Este modelo aporta grandes beneficios para el planeta, la sociedad y la economía global y, por lo tanto, para el sector privado. El informe Cerrar el círculo, El business case de la economía circular apunta que en este sentido, se ha estimado que una reducción de tan sólo un 1% en el consumo de recursos podría suponer un ahorro de 840 millones de toneladas de metales, combustibles fósiles, minerales y biomasa anualmente, así como de 39,2 trillones de litros de agua. Esta reducción en el consumo de materias primas podría traducirse en un ahorro potencial de casi 80 billones de dólares (69 billones de euros) para la economía global.

Precisamente, Europa podría obtener un beneficio neto de 1,8 billones de euros de aquí a 2030 si cambia de modelo, por lo que obtendría 0,9 billones más que en el actual modelo lineal, según datos aportados por la Fundación Ellen MacArthur, McKinsey y el Foro Económico Mundial.

NO ES PAÍS PARA DERROCHADORES

Un poco tarde, pero 2018 fue el pistoletazo de salida para la puesta en marcha de medidas sostenible en España. En febrero se lanzó el borrador de la Estrategia Española de Economía Circular España 2030 con el objetivo de impulsar la transición hacia un modelo de economía circular.

El informe apunta que según la huella ecológica de España y su biocapacidad, “nuestro país necesitaría casi 2,4 veces más superficie de la que dispone para mantener el nivel de vida y población actuales”. También señala que en España se están desaprovechando los recursos. En el caso del año pasado se recicló únicamente el 24,32% de los residuos, varios puntos por debajo de la media europea (36%).

Se espera que la estrategia tenga de plazo hasta 2030, ya que está pensada a largo plazo. Mientras tanto, se esperan resultados a través de planes a corto plazo que ya están en marcha.

El primer Plan de 2018 a 2020, incluye 70 actuaciones. Este primer plan considera cinco sectores actividad: sector de la construcción, de la agroalimentación, de la industria, los bienes de consumo, y el turismo. También se ha considerado la reutilización de agua como otro eje prioritario, debido a la importancia que tiene el agua en el arco mediterráneo.

EUROPA REFERENTE MUNDIAL

Al final va a ser cierto que las cosas llegan a España con retraso, puesto que a nivel global las medidas de economía circular comenzaron mucho antes. Concretamente, en 2015 se lanzaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dedicados a conseguir una producción y consumo responsables para lograr un crecimiento económico sostenible y también se firmó el histórico Acuerdo de Paris, que marcó el inicio de un nuevo camino en la lucha contra el cambio climático a escala global.

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los 17 objetivos de desarrollo sostenible.

El impulso europeo fue clave como referente mundial al impulsar medidas como “Cerrar el círculo: un plan de acción de la UE para la economía circular” con el objetivo de acompañar a empresas y consumidores en la transición a una economía más sólida y circular a través de 54 medidas para los próximos 5 años.

La Comisión Europea augura un incremento del 8% del volumen de negocio anual de las empresas de la Unión Europea, un ahorro neto anual de 600.000 millones de euros, un incremento del PIB europeo en un 1% y además de un empuje a la innovación y desarrollo de nuevas tecnologías.

UN LARGO CAMINO

El The Circularity Gap report, ha evaluado el “nivel de circularidad» actual y los datos indican que tan sólo un 9,1% de la economía global es circular, dejando claro que aún queda un largo y duro camino, ya que no sólo hay que concienciar a países y empresas, también es necesario sensibilizar a la sociedad que es el motor de cambio de las civilizaciones. Porque no hay futuro fuera de la economía circular.