Cómo ahorrar en costes en tu empresa

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Si tienes una empresa, ya te habrás dado cuenta de la importancia que tiene ahorrar en los costes de la misma. Esta es una tarea pendiente que entra cada año en un buen plan financiero.

Las empresas cuesta bastante mantenerlas. Por ello, sobre todo si estás empezando, hay que saber muy bien cómo jugar las cartas para que no llegue un momento en el que debas declararte en quiebra. La reducción de los gastos puede suponer un quebradero de cabeza si no sabes cómo hacerlo, pero con los consejos adecuados, puede salvar las cuentas anuales.

Si los gastos son superiores a los ingresos, nos encontraremos ante una situación delicada. Sin embargo, con la planificación correcta podemos invertir la cuenta de resultados y conseguir más oportunidades. Descubre cómo ahorrar costes en tu empresa de forma adecuada.

Ahorra costes en tu empresa de forma sencilla

Aunque cuando la cuenta de resultados no va del todo bien en lo primero que se piensa es en incrementar los ingresos, eso no es del todo fácil a corto plazo. Por ello, debemos intentar reducir los costes.

Reducir los costes de la empresa es más beneficioso que aumentar los ingresos, pues los resultados los veremos de forma más inmediata.

Olvida a los clientes poco rentables

En muchas ocasiones, trabajamos demasiado por clientes que no son todo lo rentables que deberían. Para detectar este tipo de clientes, lo ideal es hacer un estudio de la rentabilidad de todos ellos, sobre todo en las pequeñas y medianas empresas, para poder tomar una decisión adecuada.

Si el cliente que resulta menos rentable creíamos que era lo mejor que teníamos, es hora de deshacernos de él. A la larga, tu empresa lo agradecerá.

Gestión adecuada de los gastos básicos

Siempre vamos a contar con una serie de gastos que son necesarios para el funcionamiento de la empresa. Gas, luz, electricidad… Todo ello son los denominados gastos fijos. Aunque es complicado deshacernos de ellos, pues si no nuestra compañía no tendría sentido, podemos aprender a gestionarlos de forma adecuada.

Se trata de hacer varias comparaciones con el fin de quedarnos con el proveedor que resulte más económico. Aunque pensemos que estamos pagando una tarifa de luz adecuada, por ejemplo, siempre es bueno conocer otras ofertas para saber cuál se adapta mejor a nuestras necesidades particulares.

La importancia del margen de los productos de nuestra empresa

Quizá los mayores costes que tengamos provengan de nuestros propios productos. Y eso es un gran error. Cuanto mayor sea el margen de beneficio, mejor nos irá en materia económica. Se suele dar el caso en los denominados productos estrella. ¿Por qué? Debido a su éxito, es probable que cada vez vayan siendo menos rentables.

Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de valorar el cambiar dichos productos y ofrecer a los clientes otros en primer lugar. Quizá no sean la estrella de la empresa, pero gracias a ellos podremos recuperar cierta rentabilidad.

La automatización de los procesos

Las nuevas tecnologías llegaron para quedarse hace muchos años. Por ello, es una pena que aún no hayas sacado provecho de ellas. Gracias a todas las nuevas herramientas que existen en el mercado, podemos mejorar la eficiencia de los procesos y reducir el riesgo de cometer errores.

Es importante, por ejemplo, automatizar el inventario para tener siempre controlado que no haya escasez de productos, pero tampoco exceso. Ninguna de las dos opciones resulta rentable para nuestra empresa.

Buscar ayuda externa

Que tengas una empresa no quiere decir que en ella se deba hacer todo. La ayuda externa a veces es necesaria. Sobre todo, en pequeñas empresas para realizar tareas puntuales como auditorías anuales o un repaso de la cuenta de resultados.

La mayoría de las veces, cuatro ojos ven más que dos y, gracias a este tipo de ayuda, seremos capaces de resolver a tiempo problemas con los que no contábamos. Además, nos ahorraremos contratar a alguien durante todo el año para una tarea que tan solo haremos de forma anual.

Una oficina para todos los miembros de la empresa

Si tu empresa no es demasiado pequeña pero tampoco es una multinacional, no hay necesidad alguna de contar con demasiadas oficinas repartidas por ahí.

Es mucho más económico alquilar una oficina grande que muchas pequeñas. Ahorrarás en alquiler, y en los costes fijos asociados como la luz o el gas.

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Ahorrar costes no es demasiado complicado si sabemos cómo hacerlo. A veces, las cosas más pequeñas son las que más dinero nos están quitando. Por ello, es importante hacer revisiones anuales y ver qué sí y qué no resulta rentable en nuestra empresa.