Las nuevas soluciones de movilidad urbana: el que no corre, vuela

Las postales urbanas vistas en Blade Runner podrían dejar de ser ciencia ficción en poco tiempo. En breve nuestras ciudades se llenarán de vehículos voladores. Será mucho antes de lo que pensamos. La startup alemana Volocopter ha anunciado recientemente que comenzará a operar su servicio de taxis aéreos a finales de año en Dubai. No será la única. Otra compañía del ramo llamada Aeromobil asegura que sus coches voladores podrían desplegar sus alas en 2020, tardando tan solo unos segundos en llegar de la carretera al cielo. Además hay otra veintena de empresas compitiendo en la carrera por el automóvil volador.

No hay que olvidar que Uber se ha sumado al carro, nunca mejor dicho. El director de Producto de la firma, Jeff Holden, ha anunciado durante el Web Summit de Lisboa que los coches voladores de la startup de ridesharing serán una realidad también en 2020 y ha dado algunos detalles sobre su ‘aterrizaje’ en este mercado. Además de las ya confirmadas Dallas y Dubai, Los Ángeles también colaborará con la startup para que ponga en marcha su servicio, cumpliendo apenas por un año con las visiones de Philip K. Dick y Ridley Scott.

Tres actores destacados del negocio también han estado presentes en el Web Summit. Francois Chopard, fundador de la aceleradora aeroespacial Starbust, Alexander Zosel, cofundador y jefe de innovación de Volocopter y Matthias Thomsen, general manager de movilidad aérea urbana de Airbus, han debatido sobre la llegada de estas nueva forma o más bien nuevas formas de transporte. No habrá una sola, lo razonable es que convivan diversas opciones de movilidad.

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“Pensamos que en el futuro habrá un montón de conceptos para diferentes misiones. Queremos hacer sistemas de transporte, transporte público, no tanto para conducir. Pero más adelante haremos vehículos on demand, tipo Uber”, ha explicado el cofundador de Volocopter. En Starbust saben de buena tinta la existencia de diversas alternativas, ya que hasta la fecha han acelerado 215 startups relacionadas con la aviación, el ámbito aeroespacial, la defensa y la seguridad.

Para Thomsen los factores necesarios para la democratización de los automóviles voladores son la autonomía, la electrificación, los nuevos materiales y la conectividad. “Todo eso tiene que congregarse y miraremos al futuro. La gente está viendo todo esto con emoción”, ha señalado el responsable de Airbus. Alexander Zosel coincide en algunos puntos y opina que ya se cuenta con infraestructuras, por lo tanto, lo único que hace falta son “hacer más y mejores baterías eléctricas y otorgar los títulos correspondientes a los pilotos”. Mientras tanto, desde Volocopter aseguran que ya se dispone de certificaciones y aseguran que la meta debería ser la creación de un ecosistema conectado en el aire en el que todos los vehículos pudieran comunicarse entre sí.

Ruedas y carreteras, nunca más

Una de las principales preocupaciones de los gobiernos, las startups y los usuarios es la seguridad. Desde Starbust están convencidos de que está garantizada por las numerosas normativas que existen respecto a la circulación aérea y por pura estadística. “El aire es más seguro que las carreteras. Solo hay que comparar el número de accidentes aéreos, que se pueden contar con los dedos de las manos, con la gran cantidad de siniestros de tráfico que ocurren”, subraya Chopard.

Para el jefe de movilidad urbana aérea de Airbus “la automatización de momento se ve con cierto recelo, pero poco a poco esa imagen está cambiando y se comienza a percibir como algo que es seguro”. Thomsen cree que “un vehículo aéreo sin conductor puede asustar de primeras pero si está controlado todo es más seguro”. Aún así, el directivo es consciente de que aún hay mucho que hacer por la seguridad en este negocio, como evitar los hackeos, concretar acuerdos y preparar una regulación específica por partes de los gobiernos.

Otra de las trabas para la democratización de esta tecnología es su alto coste. En un principio se pagará más y solo podrán acceder a esta forma de transporte los que tengan bolsillos más pudientes, pero “la automatización será clave para democratizar el precio del servicio. Se tiene que ver su valor individual, contemplarse más como un servicio”, según Thomsen. Chopard vaticina que “el modelo sin pilotos y con electricidad será más barato e irá abaratando los vuelos”.

Entre las ventajas de los coches voladores se han citado la reducción de contaminación y el poder acabar con los atascos y la sobresaturación en las calles y carreteras, problemas que preocupan bastante en las grandes ciudades y que son el cáncer de las megalópolis. “Si despegamos en una dimensión, también ayudaría a reducir los problemas del tráfico. Si hay diez o veinte capas de altura para circular no habrá problemas de tráfico nunca más”, vislumbra el fundador de Starbust. “No necesitaremos carreteras ni ruedas nunca más”.