Banco Popular, Liberbank y cómo los inversores determinan el valor de la acción

Mucho se ha hablado en las últimos meses del funesto final de Banco Popular y de sus posibles consecuencias en los mercados y en el sector bancario español. Aunque es normal que en situaciones de este tipo los inversores trasladen expectativas similares a otras compañías comparables, lo cierto es que en este caso el efecto contagio ha pasado prácticamente desapercibido en el sector financiero español.

Tan sólo el banco de reciente creación Liberbank ha sido el único en estar en los focos y no han sido pocos los que han señalado que podríamos estar ante un nuevo caso Banco Popular. Lo cierto es que, tras las agresivas caídas que ha tenido la acción de Liberbank desde que Banco Popular pasase a la historia de los parqués, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tomó cartas en el asunto y prohibió toda operación de cortos que tuviese como subyacente las acciones de Liberbank.

Aunque muchos celebraron esta noticia, el hecho de pensar que Liberbank o cualquier otra acción se comportase mejor en bolsa por el hecho de que limiten la operativa en corto, responde a una falta de conocimiento importante sobre el funcionamiento de la bolsa y del mercado en general. El hecho que una acción caiga se explica porque el mercado no confía en ella, independientemente del sector del que forma parte y, por supuesto, independientemente del porcentaje de su capital que está en manos de los bajistas. Inexplicablemente y por alguna razón, alguien se olvida aquí que la fuerza vendedora de los inversores alcistas también cuenta. Y mucho.

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Los inversores en el lado corto eligen una acción concreta por el mal comportamiento que ésta tiene en bolsa o por las malas expectativas que los inversores tienen sobre ella de cara a un futuro más o menos cercano. Por tanto, debemos tener claro que los bajistas son una consecuencia de la cotización actual o futura de una acción, nunca una causa. El único factor que de verdad hace que una acción caiga es la inoperancia de sus gestores y el traslado de esas vagas expectativas a la comunidad inversora.

Si echamos la vista atrás, el mercado nacional no deja lugar a dudas. La historia de la Bolsa española está cargada de ejemplos de acciones que perdieron un alto porcentaje de su valor (Inmobiliaria Colonial, IAG, Arcelor Mittal), al tiempo, el porcentaje que estaba en manos de los bajistas no fue ni mucho menos espectacular. De la misma forma, no ha sido menos frecuente ver espectaculares revalorizaciones en determinadas compañías (Gamesa, Sacyr, Dia…) durante épocas en las que el porcentaje de su capital que estaba en manos de vendedores en corto era considerablemente más alto que la media.

En este último caso, los bajistas no tuvieron más remedio que o bien ir deshaciendo las posiciones conforme las subidas se incrementaban o sino asumir una importante pérdida.

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Si el movimiento de la bolsa lo explicasen solamente los bajistas: ¿Por qué siguió cayendo en 2012 cuando suspendieron los cortos en todos los valores? ¿Por qué OHL y Sacyr llevan más de un 100% desde mínimos? ¿Por qué Dia lleva más de un 20% de revalorización desde que los bajistas marcaron un máximo histórico de porcentaje en sus manos? ¿Por qué ArcelorMittal y Técnicas Reunidas son los peores valores del año en España, si cuentan con un nivel de vendedores en corto residual?

Si bien es cierto que la acción de Liberbank repuntó tras la implementación de esta medida, este hecho no se puede considerar una norma sino una excepción. Aunque a día de hoy Liberbank está en las antípodas de convertirse en un nuevo caso Popular, los inversores están llevando a la acción hacia donde corresponde su valoración.

Si los inversores determinan que tras una prohibición de cortos, el escenario más probable siguen siendo caídas, las ventas en masa se sucederán y veremos más caídas. Si, por el contrario, la expectativas cambian y la acción que experimenta la prohibición de cortos se estabiliza, el mito volverá a aparecer en el mercado. Probablemente entonces alguien diga que eso ha sido gracias a prohibir los cortos por parte del organismo regulador pertinente, pero la realidad será bien diferente.

Rodrigo García, analista de XTB