La banca tiembla: Uber y Google se estrenan con tarjetas y cuentas

Si 2019 estuvo marcado por el anuncio de la moneda digital de Facebook (Libra) y las tarjetas de crédito de Apple, 2020 será el año en el que Uber se lance al mundo financiero con tarjetas y una billetera digital, mientras Amazon afianza su negocio de préstamos y pone en marcha sus propias cuentas corrientes.

En este contexto, el sector bancario tiembla ante las BigTech (Google, Facebook, Amazon y Apple), aunque lo cierto es que estas empresas no quieren ser bancos. De hecho, al no tener licencias para operar como tal, se asocian con bancos para lanzar sus productos. Hecho que genera cierta incertidumbre en el sector bancario.

En 2019, Apple lanzó una tarjeta de crédito en asociación con Goldman Sachs llamada Apple Card, que puede ser usada desde el móvil en cualquier comercio que acepte el sistema de pagos de la empresa, Apple Pay. Sin embargo, la compañía que dirige Tim Cook lo deja claro en su web, es “un nuevo tipo de tarjeta de crédito creada por Apple, no un banco”.

Luego está Amazon, que arrancó en 2011 con Amazon Lending, una plataforma de préstamos a corto plazo para pequeños comerciantes. Y van desde los 1.000 hasta los 750.000 dólares con plazos de hasta 1 año. El gigante no se ha estrenado aún en la banca de consumo, pero está negociando con JP Morgan para abrir sus propias cuentas corrientes.

2020 EL AÑO DE UBER Y GOOGLE

Sin duda, 2020 será el año de Google y Uber.  La primera quiere que antes de que acabe el año estén listas sus cuentas corrientes vinculadas a su sistema de pagos Google Pay. Y lo hará en colaboración con Citigroup. La compañía aprovecha los conocimientos financieros de sus socios.

Mientras que Uber, sigue los pasos de su competidor del sudeste asiático Grab, y se estrena en el mundo de las finanzas con una nueva línea, Uber Money que contempla una billetera digital y tarjetas de crédito y débito.

El objetivo es proporcionar a sus conductores de todo el mundo una cuenta bancaria móvil para que puedan recibir el pago inmediato después de cada viaje. De hecho ya se ha estado probando en Estados Unidos y otros mercados.

Entre los nuevos productos también se encuentra la billetera digital (Uber Wallet) que los conductores pueden usar para guardar dinero, rastrear su historial de transacciones y realizar pagos electrónicos.

Y además está la tarjeta de crédito o débito, un producto conjunto con Barclays, que introduce recompensas por los pagos dentro de los servicios de transporte y entrega de alimentos de Uber.

DUDAS SOBRE FACEBOOK

El caso Facebook y su moneda digital Libra sigue generando muchas dudas. La compañía de Mark Zuckerberg agitó el mundo financiero en junio de 2019 cuando anunció su lanzamiento. La idea pasa por poder hacer transacciones entre particulares y compras en establecimientos.

Sin embargo, se ha enfrentado a varios problemas por parte de autoridades y reguladores. Primero, tuvo la negación del presidente de la Reserva Federal de EEUU y después las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump. A las que siguió las del Banco Central Europeo.

Las preocupaciones sobre el daño que puede hacer a la soberanía monetaria de las principales economías mundiales han frenado el proyecto. Y algunos de sus socios abandonaron el proyecto. Por eso, no está claro si finalmente verá la luz en 2020.

Mientras, Facebook sigue trabajando en su nuevo servicio, Facebook Pay. Con el que se pueden hacer pagos en Facebook, Meesenger, WhatsApp e Instagram. Y se une a la competencia: Google Pay y Apple Pay.

LICENCIAS Y DATOS

Si hay algo que tienen en común todas estas compañías es que han dejado el trabajo a sus socios bancarios y no tienen planes de convertirse en instituciones financieras reguladas. Es decir, quieren seguir operando a través de socios con licencia.

Además, los expertos consideran que tiene poco sentido porque generan más ingresos como empresas tecnológicas que prestando dinero. Sin embargo, lo que ha generado bastante revuelo es el tratamiento de los datos. El sector considera que su modelo de negocio genera un conflicto de interés.

El problema está en que para conseguir más ingresos, necesitan publicidad y esto supone que el usuario esté más expuesto y por lo tanto tenga menos privacidad. Y si llevan este modelo de negocio al sector financiero sería un problema serio. En este sentido, la banca tradicional defiende que tiene ventaja competitiva, porque hacen un uso responsable de los datos. Y su negocio no es vender datos.