Mediaset prosigue con su campaña macabra contra María Teresa Campos 

La sustitución de Valerio Lazarov por Maurizio Carlotti a mediados de los noventa provocó un cambio de tendencia para Telecinco, que dejó de ser la televisión estridente de las Mama Chicho para pasar a convertirse en la televisión más rentable de Europa. 

Silvio Berlusconi respiró al comprobar que su emisario Carlotti, con la ayuda de Mikel Lejarza, disparó el share de la ‘cadena amiga’ gracias a fichajes amarillos, el noctámbulo Pepe Navarro, y a otras incorporaciones que practicaban un periodismo más blanco y familiar, véase María Teresa Campos. 

LA REINA DE LAS MAÑANAS

La primera reina de las mañanas cambió TVE por Telecinco, donde desplegó aquella televisión familiar llena de inofensivos ‘corrillos rosas’, debates políticos plurales y precoces guiños feministas. Aquellos contenidos, que en nada emparentan con la televisión de sucesos que hoy hace de oro a Ana Rosa Quintana y Susanna Griso, eran calificados de forma machista como de propios «para marujas». 

La Campos enarboló una televisión digna y muy competitiva que ahora parecen olvidar empresas que se hicieron de oro con ella como Mediaset, que parece no perdonarle aquel desafortunado «gilipollas» que la presentadora lanzó a Paolo Vasile cuando esta se había marchado a Antena 3.

El CEO italiano posteriormente la rescató para papeles tan menores como dignos, la presentación de ‘¡Qué tiempo tan feliz!’, pero desde hace cinco años Mediaset solo parece acordarse de la comunicadora de 80 años para ‘hacerla sufrir ante las cámaras’, ya sea hablando de su ictus, de la ruptura con Bigote Arrocet o de sus problemas para volver a encontrar trabajo.

MORBO

Telecinco, Telemadrid, TVE o Canal Sur han entrevistado en los últimos tiempos a María Teresa Campos, que hace unos días se lamentaba ante Bertín: «Soy mayor, pero eso no quiere decir que sea tonta. Eso no quiere decir que, de la noche a la mañana cumplas un numerito, que madre mía el numerito que todo el mundo se ha enterado, no valgas para nada».

Su hija Terelu intentaba interpretar su estado anímico: «El problema de la generación de mi madre es que no ha tenido un hobby, su satisfacción ha sido el trabajo, su diversión, su esfuerzo… Se resisten a que deben disfrutar pero no saben si no tienen el trabajo. Es una lucha. Ella necesitaría aunque fueran 10 minutos en un programa para decir ‘me siento útil'».

Días atrás, en Telemadrid y ante Anne Igartiburu, María Teresa parecía derrumbarse: «Necesito trabajar, aunque sea un poquito llena mi vida y no estoy en mi casa sentada. No me quiero poner a llorar, me está haciendo mucho daño. No soy más ni menos que nadie, soy una persona que he trabajado mucho. Yo sé que soy mayor, pero no sé por qué no hay un sitio en ninguna televisión de este país para mí». 

Y algunos medios digitales no se cortan a la hora de interpretar la situación de la malagueña: «Sus ochenta años se empiezan a notar. La mayoría de ellos (los usuarios de las redes sociales) piensan que la veterana comunicadora debería retirarse e irse por la puerta grande antes de acabar haciendo el ridículo. Las fotografías hablan por sí solas». ¿Cuál es el límite contra la Campos?

SUS ÚLTIMOS PROYECTOS

El final de ‘¡Qué tiempo tan feliz!’ en 2017 abocó a María Teresa Campos a aceptar algunos encargos menores. La presentadora dio luz verde a coprotagonizar una nueva tanda del reality show ‘Las Campos’, a ser entrevistada varias veces en ‘Sábado Deluxe’ o a presentar el efímero espacio de entrevistas ‘Las Campos Móvil’, que solo contó con una entrega.

Antes del estreno de este último formato se mostró «muy segura y agradecida por el trabajo que están haciendo el equipo de La Fábrica de la Tele y Mediaset España. El deseo de hacer las cosas lo mejor posible y esta sensación de nervios y de emoción los he tenido y los tendré toda mi vida. Nunca he entrado a un plató tras un tiempo de inactividad o tras cambiar de programa sin esa sensación, porque uno debe tener muy presente que al público hoy le gustas y quizá mañana no».

La Campos, entre medias, se dejó ver junto a David Broncano en ‘La Resistencia’ e incluso se atrevió a dar el salto a Youtube con ‘Enredados’, pero lo cierto es que ella esperaba un último encargo de grupos como Mediaset, RTVE o Canal Sur. 

No ayudó a ello que algunas de sus últimas visitas a los platós se hayan saldado con bronca. En una entrevista en ‘Viva la vida’ mostró su enfado ante Emma García por las polémicas preguntas que sufrió: «Me cabreo. He venido porque tengo que agradecerte muchas cosas y porque te quiero, no de ahora sino de hace mucho tiempo. Y me gustaría hablar de cosas bonitas. Este asunto hay que terminarlo, pero no por mí, también por ella».

Peor acabó en ‘Sábado Deluxe’, donde Jorge Javier Vázquez acabó atacándola y resumiendo así la entrevista que realizó: «Vimos a una persona que luchó y que perdió de una forma estrepitosa, escandalosa y a veces hasta bochornosa. Lo pasé muy mal el sábado, no esperaba que eso me lo hiciera una persona que conozco desde hace 20 años y que he protegido, a la que quería».

«No puedo llegar a entender que precisamente ella me pusiera las cosas tan complicadas y de una manera tan sucia. Hay líneas rojas que no puedo pasar, por honestidad. Esa noche, mi madre me llamó y para mí fue un shock, me dijo: ‘si la llego a tener delante no sé lo que le hago, no te puedes imaginar cómo están tus hermanas'», añadió.

Jorge Javier se mostró entonces inmisericorde: «Me sentí víctima de una trampa. No sé qué va a suceder entre nosotros, hoy me ha llamado y no le he cogido el teléfono. No lo hagas, María Teresa, porque no tengo ganas de hablar contigo, ni con Carmen y Terelu. No quiero tener relación ni con ella ni con sus hijas».

María Teresa, que tuvo que sufrir los dardos del de Badalona cuando este presentaba ‘Aquí hay tomate’, quizá no merezca ahora este tipo de desprecios de sus antiguos jefes y excompañeros.