lunes, 6 octubre 2025

Dick Van Dyke, leyenda de Hollywood: “A los 99 años, todavía me da energía estar ante el público”

La vitalidad ciñendo la imagen de Dick Van Dyke conduciendo los encabezados casi un siglo después de su nacimiento. A sus 99 años, el actor que hizo suyo al deshollinador Bert de Mary Poppins ha tenido, en cambio, una mi aventura dicho de una manera. La imagen que circula por internet corresponde a una charla íntima con sus seguidores, que se expone como una narración llena de recuerdos, proyectos no concretados… y una brújula para navegar el tiempo natal. En un mundo que se escurre, Van Dyke sería lo contrario: lo que subyace en la apariencia que desafía el transcurso del tiempo.

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ENCUENTRO, MEMORIA: DICK VAN DYKE

Fuente: Antena 3

Recientemente, en el entorno de un evento realizado en Malibú bajo la denominación de Vandy Camp, Van Dyke y su esposa Arlene (de 53 años) firmaron autógrafos, compartieron anécdotas y describieron vivencias con una conmovedora naturalidad. En ese marco, el actor no eludió la nostalgia: hizo remembranza de un plan fallido, el de junto a su amigo Ed Asner actualizar La extraña pareja, una oportunidad que nunca llegó a realizarse. «Hubiera sido muy divertido, y lo perdimos», comentó, con esa mezcla de tristeza y ternura que el tiempo logra forjar.

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Además, hizo una reflexión muy dura—pero verosímil—sobre lo que guarda de añoranza la longevidad: preguntado por sus amigos que ya no los están, contestó «he perdido a muchos amigos; es la maldición de vivir casi cien años». Su esposa, con una paz propia del amor duradero, agregó «esa es la maldición de vivir casi cien años». En ese cruce de palabras surge una verdad: vejez y pérdida suelen ir juntas, pero la actitud que nos armamos al momento de tenerlas es el eco que dejamos.

Aunque no todo en ese encuentro fuera tristeza; también hubo chispa y carisma. Van Dyke, que por cierto jamás renunció al espectáculo, incluso cantó con su mujer ante el público, llegando a decir —en tono de broma—: «Me encanta. Estar ante el público me da una carga de energía». Esa frase —dicha con una sonrisa en la voz— resume mucho de lo que lo sigue moviendo: la pasión, el vínculo directo con otros, el escalofrío de compartir algo vivo con alguien más.

A lo largo de la velada igualmente se refirió a la que él mismo llama «la ventaja y la maldición de una vida larga». Sin lugar a dudas, ha visto partir a colegas, amigos y compañeros de camino; pero se mantiene firme, animado, consciente del privilegio que es poder contar los años con sorpresa y no solamente cansancio. Esa tensión entre lo ido y lo mantenido —entre la memoria y la presencia— atraviesa el conjunto de sus relatos.

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