La ganadería intensiva representan el 14,5 % de las emisiones globales de gases invernadero

La ganadería intensiva es una actividad que ha crecido significativamente en las últimas décadas para satisfacer la creciente demanda de productos de origen animal. Sin embargo, este aumento en la producción ganadera conlleva importantes consecuencias ambientales, especialmente en términos de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la ganadería intensiva es responsable del 14,5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Estas emisiones provienen principalmente de la producción de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), que son subproductos de la digestión de rumiantes y del manejo de estiércol, respectivamente.

El metano, en particular, es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono (CO2), con un potencial de calentamiento global aproximadamente 28 veces mayor durante un período de 100 años. Esta alta eficiencia en la retención de calor contribuye significativamente al cambio climático.

Además de las emisiones directas de GEI, la ganadería intensiva también está asociada con la deforestación y la degradación del suelo, especialmente en regiones tropicales donde se talan bosques para la expansión de pastizales y la producción de piensos.

Para abordar este problema, se necesitan medidas para reducir las emisiones de GEI en la ganadería intensiva. Esto podría incluir prácticas de manejo de estiércol más eficientes, cambios en la dieta animal para reducir la producción de metano, y la promoción de sistemas de producción más sostenibles, como la ganadería regenerativa y el pastoreo rotativo.

Además, la transición hacia una dieta más basada en plantas también puede ayudar a reducir la demanda de productos de origen animal y, por lo tanto, las emisiones asociadas con la ganadería intensiva.

En resumen, la ganadería intensiva es una importante fuente de emisiones de gases de efecto invernadero y tiene un impacto significativo en el cambio climático. Es fundamental implementar medidas para reducir estas emisiones y promover prácticas ganaderas más sostenibles para mitigar su impacto en el medio ambiente.

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